¿En que nos hemos metido?

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–¡¿De que vas Hermione?!– gritó un enfadado pelirrojo entrado en la casa de la joven sin ningún miramiento, hace ya unos años que Harry y Ron tenían llaves de su casa.
–Ron deja que te explique por favor
–No, no más Hermione, tú y yo estamos juntos.
–Ron...
–¿En serio? Esto no es parecido a ninguna de mis ligues.
–Ron...
–Cuando Lavender no estábamos juntos.
–Ron...
–Y además Tu con Krum también tenías...
–¡RON!
–¿Qué pasa?
–Me iban a matar si no me casaba con alguien de sangre pura.
Ron se sentó en el sofá y comenzó a rascarse la cabeza nerviosamente.
–¿Y ahora? ¿Después que?
–Yo...yo–en ese momento sonó una explosión en la chimenea y Draco salió de allí envuelto en una neblina verde con la ropa perfecta y el pelo lo más engominado posible.
–Buenos días cariño– dijo con sorna y una media sonrisa de suficiencia.
–Malfoy ¿Qué haces aquí?– dijo con asco.
–Ron, pronto seremos cuñados– dijo continuando con la broma.
–Eres un hijo de...
–Ron ya, vete por favor.
–Si me voy por esa puerta no volveré a entrar.
–Pues vete yendo Weasley– dijo Draco empujándolo con la varita.
Ron salió como una bala y dejó a una enfurecida Hermione y a un Draco con el ego por las nubes.
–¿Bueno que me querías decir?
–¿Qué hacemos ahora?
–Pues una boda, que sea creíble.
–No entiendo
–Hay que practicar, Hermi.
–No me llames así, Malfoy, lo nuestro es estrictamente negocios, para ti yo sigo siendo Granger, la cerebrito sangre sucia ¿Recuerdas?
–Vale, vale.
–¿Y que dices de practicar?
–Practicar–dijo con una media sonrisa burlona.
–No, no vamos a practicar– Draco sin inmutarse se acercó a ella y la besó con mucha pasión e ingnorando la negación por parte de la chica.
–¿De que vas?
–Son negocios Granger ¿Quieres que en las entrevistas parezcamos unos mojigatos? No pongas esa cara, tu aceptaste.
–No me lo recuerdes.–dijo Hermione decaída.
Draco se acercó mientras Hermione se quedaba quieta con resignación, sus labios se rozaron y lentamente comenzaron a juntarse. Hermione comenzaba rígida y sin apenas moverse sintiéndose como una vendida mientras Draco se movía con pasión como si no se estuviese besando con su peor enemiga, con la come libros, con la sangre sucia, pero en su cabeza no había nada de eso, se estaba besando con la niña más inteligente de su generación, con la chica que no tenía ningún tipo de prejuicio ante los demás, la niña que pese a que él se metía con ella lo llevó a la enfermería tras aquel partido en el que casi se queda sin descendencia. Ella era Hermione Granger. Hermione comenzó a soltarse al notar cosas que nunca había sentido, ni siquiera con Ron, poco a poco se fueron separando ambos con la respiración agitada y el estómago lleno de mariposas.
–Para ser una práctica no ha estado mal Granger.
–Aceptable Malfoy.
–¿En que nos hemos metido Hermione?
–En un pantano de barro en el que buscábamos agua.

La ley de matrimonio (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora