¿Tenéis tijeras para cortar la tensión?

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Ron calló al suelo después del puñetazo, Draco no espero a que se recuperase y lo agarró del cuello de la camisa levantándolo para asestarle un segundo golpe en la barriga, pero él se agachó y le dio una patada en la espinilla y un puñetazo en la barbilla que hizo que Draco se retorciése de dolor y perdiese toda la elegancia que tenía unos minutos antes.

–¡Parar en este instante!– Gritó la señora Weasley separándolos–¡No consideraré estas peleas en mi propia casa!

–¿Qué Ro-Ro, aún vives con mamá?– preguntó Draco burlonamente.

–¡Adentro los dos! ¡A arreglar esto!

–Mamá...

–¡Ya!

–Sin tratar de ofenderla señora Weasley, creo que no es normal que usted...

–Lo que no es normal es que yo tenga que aguantar a un bebé grande, depresivo y rencoroso que no quiere ver a sus amigos de toda la vida ¡Así que adentro!

–Si señora Weasley–Unos minutos después la señora Weasley consiguió lo nunca visto, que un Weasley y un Malfoy se sentasen en la misma mesa sin discutir hablando de lo que había ocurrido con un filete en el ojo y otro en la barbilla.

–Solo estaba cabreado...–dijo un adormecido Malfoy.

–Y yo lo tengo que pagar (?)

–No, no es eso, bueno si, pero... Agg– Se exasperó Draco.

–¿Qué ha pasado?

–Herm...Granger pasa de mi cara.

–¿Y eso es raro?

–Te costará de creer, pero empezábamos a llevarnos bien, muy bien.

–¿Estás enamorado de ella?

–¿Qué?

–Lo estás.

–No, no. Si, Oh por favor y quien no, es genial, no, no es genial, es impresionante y por dios es...es...

–Te entiendo y vienes aquí para...

–Para desahogarme, necesitaba pegar a alguien.

–¿Seguro?

–¿Qué insinúas Weasley?

–Solo que creo que a lo mejor lo que tú querías en el fondo era hablar, hablar con alguien que entendiese del tema ¿Me equivoco?

–Eres un tipo listo Weasley.

–Lo sé y tú no eres un mal tío ¿Sabes Malfoy? Tú y yo podríamos haber sido amigos.

–Quizás en otras circunstancias.

–Quizás en otras familias–se despidieron dándose la mano y Draco se montó en su escoba.

–Perdón por el puñetazo Weasley.

–Lo mismo digo.

–No te preocupes, el tuyo a sido como un dulce aleteo de una mariposa con guantes de lana.

–Pero si te has retorcido en el suelo–dijo el pelirrojo quedándose con el único sonido de la risa burlona del rubio.

Draco llegó a su casa a las dos de la mañana y se encontró a Hermione dormida en el sofá muy dulcemente, el sintió un nudo en la garganta y se acercó para verla mejor justo en el momento en el que ella se levantó sobresaltada.

–Hola Malfoy.

–No tenías porque esperarme despierta.

–No lo he hecho.

–¿Qué mierda te pasa?

–¿Perdona?

–Perdonada, nos llevábamos genial y yo pensaba que tú estabas sintiendo lo mismo que yo pero ya veo que a ti solo te importan los negocios.

–Tienes toda la razón, no sentimos lo mismo por el otro

Hermion subió las escaleras hacia la biblioteca donde se encerró a llorar desesperadamente

–No, no sentimos lo mismo por el otro Draco—dijo en un susurro–yo te quiero mucho más que tú a mí.

La ley de matrimonio (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora