Nacimiento

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A seis días antes del nacimiento de Scorpius la tensión seguía palpándose. Hermione despertó un día como cualquier otro y se desmayó, Draco condujo como loco en un coche muggle y al llegar entregó a Hermione a una enfermera.
–Llévela con alguien ayúdela por favor–El grandioso Draco Malfoy de orgullo inmenso estaba casi de rodillas ante una muggle rogándole ayuda.
–Señor, nosotros nos encargamos ¡Lleváosla a quirófano ahora!
-¿Quirófano? Está embarazada, no la pueden llevar a quirófano.
–Tranquilícese señor.
–¡Yo la acompañó! ¡No me voy a separar de ella!–gritó Draco como un histérico, lo último que sintió fue un pinchazo y luego oscuridad. Despertó en una camilla de hospital, el médico entró.
–Señor Malfoy, su mujer ha fallecido, lo lamento mucho.

En ese momento Draco despertó empapado de sudor en una silla del hospital y rezó porque el médico saliese pronto.
–¿Señor Malfoy?
–Si, soy yo ¿Cómo está?
–Acompáñeme–dijo guiándolo por unos estrechos pasillos hasta que se detuvo en una puerta–Su mujer está estable, solo es una simple apendicitis, pero la cosa se complica pues con el bebé es muy complicado extraer el apéndice y puede llegar a ser una peritonitis grave.
–No, me importa una mierda el bebé–gritó como un niño cuando quiere una piruleta–Me da igual, el bebé, sálvela maldito sea, hágalo o le mato y cojo sus ojos y los retuerzo y después...
–Draco–dijo una lastimera voz desde la camilla–Deja de llamar a nuestro bebé Mierda anda.
Draco se lanzó a besarla con locura.
–Te amo Hermione, me da igual el bebé y todo eso, me importas tu, eres lo que más me importa en este mundo.
Y entonces Hermione se volvió a desmayar.
–Quedan tres meses para que nazca el bebé, vamos a intentar sacarlo de allí prematuro.
–Haga lo que sea.

Dos horas después Draco esperaba en una sala de espera con Pansy, la cual cogía fuertemente la mano de Draco, Harry, el cual andaba por toda la habitación como un loco, Ron, que chillaba de vez en cuando, Theodore, que fumaba tranquilamente, y Neville y Luna los cuales se abrazaban con desesperación como si al soltarse fueran a caer por un terrible precipicio.

–Draco Malfoy, todo ha salido bien–Todos estallaron en chillidos de alegría–¿Quieres verlos?
–Si, si, Hermione ¿Cómo está Hermione?
–Míralo tu mismo.
–Hola mi amor–dijo Draco suavemente besándola.
–Míralo–dijo señalando una cuna sonriendo, Draco se acercó y vio a un pequeño con el pelo rubio y rizado–Soy tu papá, Eh peque, soy yo tu papi–Hermione río al oírlo–Me has dado lo mejor de vida Hermione.

La ley de matrimonio (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora