parte catorce

276 47 13
                                    

—¿Lo viste?— preguntó Mark, aún acostado boca abajo en su cama.

—Hoy no.— le contestó Youngjae, quien se sentó en el trasero de Mark, mordiendo una fresa.

—¿De dónde sacaste eso?

—De la casa de la señora Kim, genio, ¿de dónde más? todos los del pueblo le temen a los vampiros por culpa de ustedes, los que matan gente, ellos no tienen ni idea que existo yo, que soy prácticamente vegetariano.

—¿Te he dicho que me das asco?

—Síp.— Youngjae se recostó encima del cuerpo de Mark.

Mark se levantó de la cama provocando que el que estaba encima de él cayera al piso.

—Oye, estúpido, mi trasero.

Youngjae se puso de pie sobando su trasero.

—Algo le ocurre.

—¿Hum?

—Yo le dije, le dije que si se encontraba en peligro me llamara con el pensamiento, lo está haciendo, Youngjae.

Mark salió de su casa y recorrió el bosque, intentando prestar más atención  a sus reflejos y luego pudo notar aquélla bolita que temblaba, se acercó y lo abrazó por detrás. Jinyoung se encontraba sentado a un lado de la roca donde ellos amaban pasar el tiempo haciendo nada, el pelinegro se dió la vuelta abrazándose al cuerpo del castaño, escondiendo su rostro en el cuello del chico al que él amaba.

—¿Qué pasó?

—Tú no me harías daño, ¿no, Mark?

—Nunca.

—¿Ni por que soy sangre negra?

—No lo eres, Jinyoung, ¿quién te dijo eso?

—No me lo dijeron, me lo comprobaron, ¿dejarás de quererme?

—Jinyoung, te amo, seas lo que seas, te amaré siempre.

—Es mentira...

—¿Tú me amas?— preguntó Mark, acariciando la humeda mejilla de Jinyoung a causa de sus lágrimas.

—Claro que lo hago.

—¿Y sigues creyendo que eres sangre negra? Los sangre negra no aman, cariño.

Jinyoung lo dudó, se quitó la venda improvisada que había cubierto su herida y pudo notar que su sangre era roja, no un tono vino, sino simplemente roja.

—Pero Bambam... yo vi...

—Está jugando con tu mente, Jinyoung. Te hace ver lo que él quiere ver, no lo que realmente es. Ahora te preguntaré; ¿realmente piensas que él es tu amigo?

—¿Puedo quedarme hoy contigo?

—Iremos a pedirle permiso a tu abuela, ¿de acuerdo?

Jinyoung asintió sonriendo. Luego de recibir el de la abuela se encaminaron a la pequeña casa de Mark, Jinyoung se sorprendió de lo alejada que estaba de la casa de su abuela y aún así, en el pasado, cuando fueron novios, Mark iba todos los días a visitarlo.
Cuando entraron a casa, Jinyoung pudo ver a un cuerpo recostado en el sofá de la sala, sintiéndose celoso miró a Mark, serio, pero el castaño no notó esa mirada, en cambio lo que hizo fue sonreírle a Youngjae.

—Mark, llegas... te.— Youngjae miró a Jinyoung con una sonrisa en sus labios. —Hola, soy Youngjae.

Saludó el más bajo que él, tan bonito y delicado, con lindos labios y cuerpo. Jinyoung se sintió enfadado del por qué ese chico estaba en casa de su chico, porque Mark  era suyo.

—No te pregunté.— contestó el pelinegro. Mark y Youngjae lo miraron sorprendidos.

—Jinyoung...— Mark quería llamar la atención del pelinegro, pero éste no dejaba de mirar a Youngjae.

—Tú eres el mejor amigo de Mark, ¿no?

Jinyoung enfatizó esas dos palabras, causándole risa a Youngjae, quien ya se imaginaba lo celoso que debería de estar el chico que estaba enfrente.

—Así es, soy el mejor amigo de este bebote.— el chico también enfatizó sus palabras en un tono burlesco.

Oh, oh.

Los ojos de Jinyoung comenzaron a teñirse de negro, estaba sumamente molesto y celoso, muy celoso. Quería golpear a alguien.

—Mark...— la voz de Youngjae tembló con miedo por lo que estaba presenciando en aquéllos ojos.

—Vete, Jae.

Youngjae caminó despacio alejándose del pelinegro quien lo miraba sin ni siquiera parpadear, el castaño salió de esa casa y Jinyoung relajó los hombros.

—Hey, mi amor...— Jinyoung le miró. —es sólo un amigo.

Mark intento no titubear ante la mirada obscura del morocho, no quería que notara lo que estaba saliendo de él. Le besó los labios con una dulzura delirante, provocando que Jinyoung cerrara los ojos y lo abrazara por el cuello mientras que el castaño tomaba a Jinyoung por la cintura, debajo de su camiseta. Jinyoung jadeó, alejándose del beso, pero con los ojos aún cerrados, sintiendo ese bonito tacto en su pequeña cintura.

—Eres tan hermoso.— le susurró el castaño en los labios. —tan perfecto.

—Mark, quiero que seas tú... el primero.

—¿Ah?— Mark frunció el ceño confundido.

Un color rojizo invadió las mejillas de Jinyoung y sonrió apenado.

—Quiero que me hagas el amor.

—Oh, eso...

Mark lo pensó, él nunca había tenido relaciones sexuales, quería esperar al indicado o indicada, y cuando ya lo tenía enfrente, no sabía qué contestarle, en realidad, también quería que Jinyoung fuera su primera vez.

Por otro lado, Jinyoung se sintió herido al ver la cara confundida de Mark. Le tomó los antebrazos y alejó sus manos de su cintura.

—Lo siento, no quería incomodarte.

—No,— Mark lo volvió a tomar de la cintura, juntando sus cuerpos. —es que...— se acercó a su oído. —también soy vírgen.— le volvió a mirar a los ojos, el pelinegro le miraba con una sonrisa. —y quería ir lento contigo, pensé que lo necesitabas, pero no tengo ningun problema con que nos pertenezcamos desde ya.

〖someone like you〗  ;m.j Donde viven las historias. Descúbrelo ahora