parte dieciocho

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Ambos entraron a la cabaña/casa de Mark, para suerte de ambos Youngjae no se encontraba en esta así que fueron directamente hasta el cuarto del castaño donde el mismo sin dudarselo un segundo besó con fuerza a Jinyoung, succionando sin ser delicado los labios del pelinegro. Esta era la primera vez que Jinyoung era besado así por Mark y no era algo que le digustara, al contrario, quería más de él.

El menor se quitó la camisa que llevaba puesta y luego hizo lo mismo con la de Mark sin separarse ni un segundo de sus labios. Jinyoung tomó del rostro a Mark y pasó una de sus manos hacia su nuca enredando sus dedos con el cabello castaño del chico.
Por parte del otro, el mayor tenía bien sujeto a su pareja de la cadera, juntando y friccionando sus pelvis, escuchando leves gemidos que salían de la garganta del menor siendo atrapados en la boca del otro.

Estaba claro que esta vez no sería lento.

Mark subió a Jinyoung a su cama y desabrochó sus jeans para luego bajarlos rápidamente junto a sus boxers haciéndo él lo mismo luego de segundos. Se posicionó sobre el cuerpo del pequeño viendo cómo este echaba su cabeza hacia atrás y mordía su labio inferior mientras mantenía sus ojos cerrados, sonrió al ver cómo le ponía sin ni siquiera comenzar a penetrarlo. Las manos de Jin apretaron la almohada y gruñó bajo.

—Mark...— soltó en suspiro. —estoy desesperado...

—¿Así?— sonrió este. —¿cuánto?

—¡Mierda!, solo házlo

Mark rio y preparó a su bebé. Le invadió con dos, luego tres dedos y cuando vio que para el morocho no fue suficiente adentró su pene erecto, despacio, llenándolo hasta la mitad y luego se balanceó hacia atrás sin sacar por completo su miembro volviendo a penetrar despacio, y así lo hizo unas tres/cuatro veces hasta poder escuchar los gemidos de fascinación del pelinegro.

Mark salió de él cuando ambos llegaron al orgasmo y al regular su respiración, viendo a su pequeño ya medio dormido, bajó por su cuerpo hasta llegar entre sus piernas, sujetándole con seguridad y llevando su boca a su muslo interno, lamiendo y sintiendo su piel tibia, buscando el lugar correcto para hundir sus colmillos y cuando lo encontró, lo hizo escuchando un lindo gemido del menor.

Probó aquella sangre saciando su sed, tan espesa y para él, más deliciosa que cualquier antes probada. Estaba completamente ido, succionando y escuchando con atención los gemidos del pelinegro llegando por segunda vez al orgasmo, para un par de vampiros morderse también puede ser reaccionar al estar haciendo el amor.
Cuando Mark escuchó jadear despacio a Jinyoung se separó de él, preocupado, subió hasta la altura del rostro del contrario y le miró; Jinyoung cerraba sus ojos cansados sin poder mantener nada de fuerzas en su cuerpo, dejándose llevar por un sueño profundo, alterando a Mark pues este comenzaba a ver que la luz del alma del pelinegro comenzaba a apagarse; su piel palidecia y fruncia su ceño mientras las venas de su cuello y brazos comenzaban a verse como un montón de hilos negros enredándose.

—Jinyoung...— susurró Mark asustado. Si la luz del alma de Jinyoung se extinguia en ese momento, también sería su fin. —Mi amor...— sollozó de nuevo el castaño.

¿qué está pasando, qué está pasando? – se preguntaba una y otra vez el castaño, sin saber qué hacer besó los labios de su amado esperando obtener una reacción y así lo hizo, Jinyoung lo empujó sentándose en la cama respirando aceleradamente. Sus ojos eran negros y la palidez de su piel no se iba, sus venas negras eran notadas en sus muñecas, pero aún Mark viendo todo esto, vio cómo la luz del alma de su pequeño volvía a encender, como una luciérnaga, como la luz de la luna que le iluminaba.

—¿Mark...?

—¿Hum?— el castaño miraba con detenimiento a su chico.

—Me siento raro.

—Es que tú...

Y sin dejar que Mark terminara de decir algo, Jinyoung se cambió y salió huyendo del lugar sin hacer caso a los llamados de Mark. Se topó con la lluvia helada del exterior, la oscuridad de la noche era peor que cualquier otra, la luna era cubierta levemente por las nubes de la noche y aún con el suelo lleno de barro que ensuciaban sus pies desnudos.
Lo que estaba sintiendo no era normal, sentía cómo era que dejaba de ser él y se convertía en alguien más, de pronto llegó a pensar que no se conocía, no reconocía esos sentimientos, la fuerza, su propio cuerpo lo sentía distinto; entonces miró sus antebrazos y pudo notarlo, presenció aquellas venas negras y supo que quizá esto no iba a terminar bien.

—Ayúdame a buscarlo, Youngjae.— le pidió el castaño a su amigo en cuando amaneció ya que en toda la noche no pudo dar con el pequeño cuerpo del pelinegro.

—Mi instinto de supervivencia hacia los sangre negra denega tu petición.— Youngjae comía cereal.

—Esto no es un juego, Jae, es el amor de mi vida, por favor.— las palabras de este hicieron vibrar su corazón.

—De acuerdo...— suspiró y se puso de pie, saliendo de la cabaña junto a Mark.

Ambos comenzaron a buscar a Jinyoung, por los lugares más alejados y ocultos del bosque, aquellos los cuales ni siquiera el vampiro sangre vino más osado se atrevería a visitar. La busqueda se extendió todo el día y llegando la tarde Mark pudo notar una pequeña espalda, el cuerpo de Jinyoung estaba tirado al final del río, a un lado de la cascada más grande y alejada de ese bosque, corrió lo más rápido que pudo hacia aquél pequeño cuerpo y le dio la vuelta para poder verlo.

Estaba sucio, de todos lados. Mark cargó a su chico percatándose de las pocas chispas que lanzaba su alma, a punto de apagarse y sin tratar de evitarlo soltó un pequeño sollozo acompañado de una lágrima, sabía que estaba perdiendo a su novio y eso era lo que más le dolía en toda su vida.

Llamó a Youngjae con el pensamiento avisándole que Jin había aparecido y que regresara a casa, sin responder la pregunta de su amigo si su novio estaba bien.

El castaño entró a la orilla del río, lavando las partes del cuerpo de Jinyoung que podían verse fuera de la ropa, lavó su cabello, su cara, sus brazos y pies. Y allí se quedó, con el pelinegro en brazos, a la orilla del río hasta que este despertó y le miró confuso, sin saber bien qué sentía, sin saber si lo que sentía seguía siendo amor, tratando de no estar asustado al ver a Mark y no sentir lo que sentía antes. Quizá, había perdido todo, hasta su alma.

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⏰ Última actualización: Apr 12, 2020 ⏰

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