Capítulo 12

1.4K 175 14
                                    

-Esta mas que claro que nosotras tres vamos a estar juntas-. Rukia sonrió mientras se señalaba a ella, Nel e Inoue.

Los demás asintieron sin prestar mucha atención, estaban más enfocados en saber quien iba a estar con Ichigo.

-¿Con quiénes voy a estar?- Rukia suspiró exasperada, su amigo a veces era demasiado tonto e... Inocente.

-Conmigo, Mi rey- su sonrisa maliciosa hizo aparición-. Conmigo y con Kokuto.- Aclaró posteriormente, bajo las atentas miradas de los demás.

-Yo igual quiero compartir habitación con Ichigo- Shinji se acercó, tenía una sonrisa, pero sus ojos no reflejaban la misma alegría que sus labios.

-Ni loco comparto habitación contigo, Shinji-. Shinji hizo un puchero después de lo dicho por el menor.

-Mo~ Yo quiero dormir contigo- se quejó.

-Yo quiero dormir con él.- Pidió Kon, recibiendo miradas asesinas por parte de algunos.- Lo siento, Rukia-chan no quiso estar conmigo.

Ichigo analizó la situación, los que más les convenía para compartir habitación eran Renji y Kokuto. Se sentía incómodo con Ulquiorra y Grimmjow, ni loco compartía habitación con Shinji, le molestaban los ronquidos de Kon y Shirosaki no lo iba a dejar dormir. Nnoitra no estaba siquiera contemplado.

-Voy a compartir habitación con Kokuto y Renji.-Soltó, viendo como los demás hacían muecas molestas.

-Ichigo-. El nombrado se sorprendió al escuchar la voz molesta de Shirosaki, en especial con que no lo hubiera llamado con el apodo que le había puesto-. Ya había dicho cómo íbamos a dormir.

-Pero él dijo como quiere dormir así que, no empieces una pelea, por favor- Rukia intervino antes de que la cosa se pusiera más fea.

Shirosaki soltó un gruñido pero no dijo nadamás.

-¿Los demás?

-Nnoitra, Ulquiorra y yo en una- informó Grimmjow.

-Supongo que Shinji, Shirosaki y yo vamos en otra- concluyó Kon haciendo una mueca, no le agradaba la idea de compartir habitación con Shirosaki.

-Supones bien.- Le dijo Shirosaki, recuperando su sonrisa.

Rukia se sorprendió debido a que la división de habitaciones no había tardado mucho.

Cada tercia llevo sus cosas a la habitación correspondiente.

Ichigo sonrió complacido al ver la habitación, era bastante grande. Dentro había una cama y una litera; junto a la cama había un tocador y al lado de la litera había un closet. En una esquina había una puerta, la cual supuso que era la del baño.

Apenas entró, depositó su maleta sobre la cama, dejando en claro que Renji y Kokuto tendrían que compartir la litera.
Renji entró siguiéndolo, poniendo sus cosas en la litera de arriba, dando por entendido que Kokuto iba a ocupar la de abajo.

Renji se tiro un rato sobre la litera e Ichigo, aprovechando el tocador a lado de su cama, empezó a colocar algunas pertenencias en el primer cajón, dejando los dos restantes para Kokuto y Renji. Después, la ropa que podía colgar la puso en el closet, con las hombreras que amablemente alguien había dejado ahí.

-Renji, puedes poner tus cosas en el tocador y colgar algunas prendas en el closet, hay hombreras aquí. -Informó Ichigo, mientras regresaba a su cama y guardaba las cosas que no pensaba sacar de su maleta.- Sólo que deja un cajón para Kokuto y algunas hombreras para él.-Dicho esto, se salió de la habitación.

Apenas salió, escuchó una queja proveniente de Shinji.

-¿Por qué trajiste muchas playeras?No vamos a estar un siglo aquí.- No escuchó una respuesta proveniente de Shirosaki y se sintió culpable, después de todo, Shirosaki había traído muchas debido a él.

Se acercó a la habitación y se puso en el marco de la puerta, pues esta estaba abierta. Adentro del cuarto pudo visualizar a un Kon tirado en la litera de abajo, escuchando música con sus audífonos, Shirosaki colgando varias playeras en el closet y Shinji a su lado quejándose. La habitación era parecida a la de él, tenía casi las mismas cosas, sólo que estas estaban colocadas de diferente forma.

-Shiro- nombró Ichigo, a pesar del tono bajo que utilizó, y los gritos de Shinji, Shirosaki se volteó de inmediato.

-¿Qué pasa, Mi rey?- Ichigo casi sonríe al ver que ya lo volvía a llamar con ese apodo.

-Dame algunas playeras, para que no ocupen mucho espacio.- Shirosaki arqueo una ceja confundido, para después adoptar un rostro molesto y dirigirle una mirada molesta a Shinji.

Aún así, agarró unas cuantas playeras, las cuales eligió cuidadosamente, y se las entregó a Ichigo.

-Gracias, Shiro- después de eso, regresó a su habitacion.

Las playeras que había adquirido las dobló y las puso en su maleta, total, su uso no iba a requerir que lucieran perfectas.

Cuando todos terminaron de desempacar sus cosas, Rukia los llamo a la sala dónde cada quien se coloco en un espacio; alguien en el sillón de uno, dos en el de dos, uno acostado en el de tres, Kon tirado en el piso...

El caso es que varios estaban viendo la tele, pues a pesar de que Rukia los había llamado, no había dicho nada y se había quedado hablando por teléfono. Cuando terminó su llamada, llamó a Ichigo, Shirosaki y Ulquiorra a la cocina.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó, mientras vigilaba que Kon no rompiera ese jarrón tan bonito con el que se encontraba jugando.

-Tenemos que ir a comprar las cosas para la comida.- Anunció Ichigo, mientras veía la alacena y el refrigerador.

-¿Vamos todos?-preguntó Ulquiorra, el cuál se encontraba a lado derecho de Ichigo, bastante pegado a él.

-Se va a hacer un alboroto.- Observó Shiro, dando una larga mirada a los demás. Al parecer, a pesar de su apariencia relajada, cuando se requería era alguien serio.

-Pero si no los llevamos, el alboroto se hará aquí, porque nosotros somos los que vamos a ir.-Explicó Rukia, lo cual hizo que los demás se quedaran viendo a sus amigos en la sala.

-No hay de otra, vamos todos.- Dijo finalmente Ichigo, los demás asintieron y se acercaron a sus amigos.

-Oigan.- Al escuchar el llamado de Rukia, Orihime le bajó el volumen a la televisión.-Vamos a ir a comprar la comida, todos.

El resto se quedaron viéndose entre si, no muy seguros de la decisión que aquellos cuatro habían tomado, pero aún así asintieron. Apagaron la televisión, agarraron sus celulares y carteras y salieron poniéndole seguro a la bonita casa de playa, sabiendo que aquella ida a la tienda, iba a estar entretenida.

Lo único en comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora