11. ¡Sorpresa!

105 9 1
                                    

—¡Así no es! —Gaten me miraba con aire cansado —¿Qué te pasa hoy? Estas en la luna —y tiene nombre, se llama Jung Kook.

—Perdón.

—Deja que yo lo haga—le cedí mi asiento y Gaten comenzó a escribir los comandos correctos—Esta materia es muy importante para mí, lo sabes. Debo sacar "A" para que me den la beca completa.

—Es verdad perdón. Ya me concentrare — forcé a mi mente a dejar a Jung Kook.

Dicen que se parecía a Jung Kook —me giré rápidamente para observar de donde provenía la pronunciación de su nombre. Ni el ambiente me ayudaba a que dejará de pensar en él.

¿Estas de broma? Dudo que él venga aquí, no tienes a qué —respondió una chica de mi clase (que no tenía idea de su nombre) a otra.

Llevaba un cubrebocas. Seguro vio mal y no era él

¡Dios mío! Me levante rápidamente a donde estaban ellas.

—¿Dónde lo vieron? —ellas se asustaron al notar mi presencia repentina.

¿Que?

—¿A dónde vieron a Jung Kook? — me miraron de mala manera —bueno, al supuesto Jung Kook.

En la entrada de la universidad, se dirigía al edificio de prácticas de las ingenierías.

Me di la vuelta y caminé donde Gaten sin siquiera agradecerles.

¿Es esa la que hizo el montaje de Jung Kook en su casa no? — escuche decir a una.

Es verdad, no pensé que fuera en nuestro grupo ¡qué horror!

Leí que estaba desesperada por publico, por eso hizo eso.

Es una gamer y friki después de todo — rieron como cacatúas.

¿Qué se supone que significa eso? ¿Qué tipo de concepto tienen ellas de los gamers o frikis? Están muy mal. Detesto a la gente que se pone a juzgar a otra sin conocerla.

—Gaten, vuelvo en unos minutos ¿sí? — le mire suplicante.

—¡No! Necesito tu ayuda — frunció el entrecejo.

—Lo sé. Tendré mi celular por si acaso. Te responderé las veces que sean necesarias. ¿Por favor?

—Está bien — rodó los ojos por mi cara de súplica exagerada.

Sali corriendo del aula y me dirigí al edificio de "Practicas de Ingeniería". De vez en cuando podía escuchar las conversaciones de las chicas afirmando que sí, se trataba de mi Jung Kook. Y otras, que decían, que no era él.

Llegué frente al edificio con el corazón saliéndose del pecho ¿Qué tal si en verdad no era él y estoy sobre actuando? Pero ¿Y si es él, que hare? ¿Por qué vino? No, no creo que este tan loco como para venir. ¡Esperen un momento! Se trata de mi niño de oro.

Será mejor que sepa dónde está. Saque mi celular y le mande un mensaje.

"¿Dónde estás?"

Espero que no esté aquí. Aunque una parte de mi desea que si haya venido a verme. Puse las manos en mis mejillas sintiéndome muy feliz. ¿Vino a verme?

"Mas cerca de lo que crees"

—Hola — escuche la voz que tanto amo en un susurro cerca de mi oído. Me exalté sintiendo un escalofrió por la columna haciéndome despegar los ojos del celular.

—Pero ¿Qué haces aquí? — tomé su mano y lo llevé a un aula desocupada.

—Ya te había dicho que quería venir a verte — se encogió de hombros con aquel aire inocente, con el que, era imposible enfadarse con él.

—Entonces ¿Preguntaste por mi hasta encontrarme?

—A cada alumno — sonrió de oreja a oreja. Amo esa sonrisa.

—Te dije que tus ARMY's te reconocerían.

—No. Lo dudo mucho —hizo un además despreocupado.

—¡Pero si! Ya se corrió el rumor de que estas aquí, y andan buscándote — me asome por la puerta viendo a ambos lados del pasillo, verificando que no viniera nadie.

—¿Qué? Pero si Tae Hyung me dijo que con esto no me reconocerían. Que mentiroso.

—¿Él ha salido a la calle con eso?

—Bueno no, pero — cruce mis brazos con aire enojado —Ah ya, está bien me equivoque. Pero quería verte — esta última frase la dijo en un susurro y se agachó tímido.

Ocupe toda mi fuerza de voluntad para no soltar un "Aww" y dejarme caer a sus brazos. Era consiente que, con cada día que pasaba, cada momento que estaba con él, mis sentimientos crecían de una manera descontrolada.

Era posible que terminara perdiendo, debido a mis sentimientos tan grandes, pero quería arriesgarme, despues de todo, las emociones fuertes son las que te hacen sentir vivo, ya sean de tristeza o felicidad.

—Durante todo el día, te he pensado — confesé.

—¿De verdad? — sonrió emocionado y se acercó a mí.

Sentí la proximidad de su rostro con el mío. Deseaba ese contacto de sus labios con urgencia. Pero escuchamos de fondo voces que se aproximaban al aula.

—Escóndete.

—¿Dónde?

—No sé, debajo del escritorio.

Jung Kook corrió debajo del escritorio quedándose muy quieto. Las chicas que entraron al aula, eran las mismas a las que escuche por primera vez, que Jung Kook estaba aquí. Esas chicas prejuiciosas.

¿Encontraste a tu Jung Kook? — sonrieron al unísono por su burla hacia mí.

Seguro está aquí su Jung Kook imaginario.

Que patética.

Está loca.

Que horror que sea compañera nuestra.

—Disculpen — Jung Kook salió de debajo del escritorio. ¡No, Santo Cristo Redentor! Ayúdame —Retráctense por favor, y también pidan disculpas.

—No por favor. No te quites el cubrebocas — le susurré.

Él se colocó a mi lado tomando mi mano. Me quede sorprendida por su gesto protector. Nuevamente me estaba cuidando. Me transmitía confianza a través de su contacto. Pero tampoco quería causarle problemas por una pequeñez.

A este tipo de gente, lo mejor es ignorarla. Porque nunca paran de hablar y siempre pensarán que tienen la razón.

Ellas miraron de arriba abajo a mi niño.

¿Y quién eres tú?

Similares a Nuestra Manera (JungKook y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora