15. De regreso al principio.

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¿Qué es este sentimiento? Me oprime el pecho, es tan fuerte e intenso, que se sale por mis ojos en forma de lágrimas. Claro, estaba más que consiente en las diferencias entre nosotros ¡No, no, no! No hay diferencias, yo también soy una chica muy valiosa e inteligente. Con un futuro visiblemente exitoso. Entonces ¿Por qué me siento así? Poca cosa.

Joder. Nadie me dijo que el desamor dolía a tal magnitud. Eso me hace pensar, cuan feliz estuve en su momento, lo feliz que ese chico de oro me hizo.

Pero, ésta no era yo, yo no me dejaba vencer. Seguiría simplemente mi vida, como lo hacía antes de conocerlo. Simplemente, tendría que olvidar el tiempo que pase con él. ¡Como si eso fuera posible! Y de nuevo aquí, este dolor agudo en el pecho como si fuera a romperse, me dificultaba respirar, y cada que lo hacía, me dolía más y más.

Entre al aula con unas ojeras visibles por mi falta de sueño. Incluso ese dolor, evita que logre dormir y cuando lo hago, le recuerdo más. Tampoco había stremeado.

Cuando estaba a punto de sentarme, sentí un empujón desde la espalda haciendo que tirara los libros que llevaba en las manos. Al percibir el aroma supe de quien se trataba. Susi.

—Debo pedirte disculpas querida. Por creer que ese era Jung Kook — dijo irónica. Apretaba sus labios para no reírse.

—No sé cómo creímos que podía estar con una perdedora nerd como tú — Lin hizo un ademán y un gesto desdeñoso hacia mi persona. Ambas se carcajearon burlonas.

—Honestamente — me acerqué para susurrar de manera que solo ellas me escucharan —Sabia que eran estúpidas en la escuela. Pero ¿Al grado de no reconocer a uno de sus cantantes favoritos? Vaya, deben tener retraso — mi mirada era fría.

—¡Idiota! —Susi grito tan fuerte haciendo que todos la miraran.

—Eres una imbécil — Lin me soltó una bofetada fuerte, que me hizo girar el rostro. Aun así, no mostré ni un asomo de dolor. Susi rio satisfecha.

—¿¡Que te pasa!? — Gaten gritó y se acercó a mi rápidamente.

—No sé si se han dado cuenta. Pero este no es su trabajo chicas. Aquí no pueden comportarse como unas cualquieras — dije antes de que Gaten estuviera a mi lado.

—¡Eres una maldita! — unos chicos apresaron los brazos de Lin.

—¿Cómo te atreves? — Susi escupió esas palabras mientras me tomaba del cuello, haciendo presión en el.

—¡¿Qué pasa aquí?! — grito el profesor al entrar al aula.

—Ellas se pusieron de agresivas — contesto Gaten rápidamente, apartando bruscamente a Susi de mí.

—Sera mejor que vayan con el director, Lin, Susi. Dudo que le vaya a gustar que agredieron a la mejor estudiante de la universidad — la mirada de ambas hacia mí era de rabia. Humedecí mis labios y me acerqué a ambas lentamente.

—Se van a arrepentir por esto —susurré solo para ellas con una sonrisa de lado. Ellas abrieron sus ojos como platos asustadas.

Bien, quizás me había pasado un poco. Pero no estaba para aguantar sus comentarios tontos. Aun me sentía muy dolida y lo que menos quería era aumentar mi tormento. Además, no dije nada que no fuera verdad.

—¿Estas bien?

—¿Ah? — Gaten me miraba con preocupación.

—Si, si, no te preocupes.

Mi amigo estaba al tanto de todo, ni si quiera tuve que contárselo, es decir, ¡Salió en televisión! Bueno qué más da, en poco tiempo olvidare todo. Como si fuera eso posible...

Desde el día de los premios no stremeo. Quiero decirles por mi propia boca a mis seguidores la buena noticia sobre el equipo profesional que quiere contratarme. Había dicho que sí.

Aunque debía mudarme a la cuidad vecina, se me dificultaría la ida a la universidad, pero ellos dijeron que me facilitarían las cosas de muchas maneras. Un cambio de aires no me vendría mal.

Avise a mis seguidores por mis redes sociales que estaría ausente, por la misma razón. Ellos estaban ansiosos porque volviera, formando parte ya, de aquel equipo gamer.

Jung Kook me había estado mandando mensajes diciendo que quería hablar conmigo. No veo sobre qué. Todo estaba muy claro, al menos para mí.

El timbre sonó repetidas veces. Quien quiera que sea, seguro quería ir al baño. Cuando abrí la puerta, Jung Kook entro rápidamente dejando detrás de si una ráfaga de su aroma delicioso. Sentí una punzada de nostalgia. ¿Cómo es posible que haya extrañado tanto este olor?

—¿Por qué? — espetó. Me limite a cerrar la puerta mientras el caminaba de un lado a otro en la sala como un león enjaulado —¿Por qué no has respondido mis mensajes? ¿O mis llamadas? ¿Estas evitándome? Estaba tan preocupado por ti y tu solo... — dio una bocanada profunda de aire.

Llevo sus dedos a sus cabellos metiéndolos. Quede hipnotizada unos segundos. Despues me repuse y continúe viéndolo. Debía ser fuerte. No podía flaquear en este momento. Todo este dolor no habrá valido la pena. Si tenía una explicación, ya había pasado el momento para darla. Por mucho que lo amara yo...

—Perdón — me miro con una pizca de dolor. Sentí que mi corazón flaqueaba —Perdóname.

—¿Por qué? — logré preguntar sin que mi voz se quebrara.

—Iba a decirte lo de los premios. Ellos dijeron que sería bueno para terminar de una buena vez con todos los rumores. Incluso yo pensé que era buena idea durante un momento.

—Está bien Jung Kook —me gire para no verlo —No tiene nada de malo que salgas con alguien, y no tienes que explicarme nada.

—Pero no — se apresuró a decir, haciéndome callar —Estas equivocada. Yo no salgo con nadie — malditos sentimientos traicioneros.

—Mira, desde un principio visualice hacia donde terminaría todo. Tu eres un gran cantante, una gran persona famosa. Y yo bueno, yo soy una gamer —reí irónica encogiéndome de hombros.

Mi niño de oro camino colocando sus manos en mis brazos. Se acerco lentamente pegando su frente a la mía. ¡Hay no! Por favor no. Cerré los ojos apretándolos. No quería llorar, no debía llorar. No frente a él. No soy débil. No soy débil.

—Mírame — su aliento choco con mi rostro. Seguía impresionándome la magnitud en que lo había extrañado, me contuve para no lanzarme a su cuello y besar esos labios que tanto anhelaba.

—No — susurre.

—Por favor — su voz era suplicante.

Abrí los ojos encontrándome con su mirada oscura. Era como si todas mis dudas se despejaran. Aquella manera de mirarme era ¿Cómo podría explicarlo? Tierna, romántica, linda, con amor, preocupación. No sabría decirlo con una palabra. Es indescriptible, y aún más, lo que me hizo sentir.

Su rostro acortaba distancia del mío. Mi corazón comenzó como loco a latir, ahora tenía esperanza, ahora se sentía lleno y completo. Su recorrido fue interrumpido por el timbre. Nos quedamos unos segundos sin dejar de mirarnos. No quería abrir la puerta, se rompería la burbuja que habíamos creado. Volvió a sonar.

—Debería abrir — musité. Él humedeció sus labios. ¡Deseaba tanto volverlos a sentir!

—Está bien — me soltó.

Cuando abrí la puerta, me sorprendió ver a Gaten con una cajita de chocolates en las manos.

—Hola — llevaba esa sonrisa que podría conquistar a cualquiera, pero que, normalmente no brindaba al público —¿Estas ocupada? — ni si quiera me dio tiempo de responderle y pasó.

Cerré la puerta y al girarme vi a los dos chicos uno frente a otro. La sonrisa de Gaten había desaparecido por completo y llevaba las manos hechas puños.

Sentía que una escena poco agradable se avecinaba.

Similares a Nuestra Manera (JungKook y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora