Dos semanas habían pasado desde que Mike habló con Andy, él hacía todo lo posible para poder hablar pero sólo lograba que Andy se alejara más. No se sentía bien, él quería verlo, quería hablarle pero nada de lo que hacía o intentaba podía recuperar lo que tenía con él; sin duda la estaba pasando mal pero no podía dejar que todo eso influyera en su vida. Él debía seguir adelante.
Llegó a su salón y vio a Gastón sentado con los audífonos puestos y leyendo uno de los tantos comics de DC que tenía, pensó que sería buena idea hablar con él, por lo que se acercó al pupitre que estaba al frente y se volteó para quedar mirándolo a la cara.
—Hey —le dijo, Gastón cerró el comic y se sacó los audífonos.
—Hola Mike—frunció el ceño fastidiado pero intentó no expresarlo tanto, había notado que el chico no se encontraba del todo bien por lo que debía comportarse de otra forma —. ¿Qué sucede?
—Quiero confesarte algo —el pelinegro lo miró curioso y esperó a que continuara con la oración —. ¿Recuerdas cuando besaste a Keyla en el campus? Ella estaba vestida súper raro y loco que jamás en la vida pensarías que se podría poner.
—Ajá.
—Fui yo quién gritó tu nombre para que te separaras de ella, disculpa —se encogió de hombros un poco tímido y se fijó en el ceño fruncido del chico.
—¿Entonces?
—¿No te molesta eso?
—Pensé que había algo más que contar —gruñó —; reconocí tu voz ese día. Eres muy obvio con las cosas Mike. Por cierto, ¿no deberías estar con tu novio?
—Andy no es mi novio, ya no quiere estar conmigo. He intentado estar cerca de él y buscarlo y no quiere dejarse ayudar, no quiere siquiera que le hable; estoy muy confundido y frustrado por eso.
—¿Eres acaso un idiota? Si te gusta entonces haz todo lo posible para que las cosas sucedan —rodó los ojos —, es tonto que te des por vencido tan rápido.
Y él tenía razón, Mike sabía que él tenía razón pero ¿qué podía hacer cuando Andy no quería estar cerca de él? ¿Cómo podía demostrarle que sí valía la pena todos los prejuicios que su padre les había impuesto?
El amor era amor, no importa de dónde ni de quién provenga. Por eso nunca debes estar en contra de dos personas que se aman realmente, no importa el sexo, el género, la edad ni ningún otro prejuicio que la sociedad impuso. El amor debe ser libre, debe de hacerte sentir como si fueses capaz de hacer lo que quisieras, como si nada más importara y como si todo a la vez importara demasiado porque a pesar de todo, el amor es un poco contradictorio, o quizás es el ser humano el que se contradice siempre.
Por eso Mike sabía que Andy incluso cuando ya le había dicho que quería alejarse de él, lo que su corazón pedía a gritos era que nunca lo dejara, porque el corazón es tímido, es debil cuando no tiene a nadie a quíen amar, es un poco reservado pero sobretodo, el corazón siempre expresa y te dice al oído lo que tú ya sabes pero no quieres escuchar. Esa verdad de la cual estás consciente pero no quieres terminar de conocer.
Al salir de clases, Mike decidió buscar a Andy, debía enfrentarse otra vez a sus palabras, quizás él volvería a negarse pero debía intentar una otra vez. Si David derrotó a Goliat, ¿por qué él no podía lograr nuevamente su amor?
Lo encontró hablando con una chica, la había visto varias veces pero no le tomó importancia, sólo se dedicó a caminar hacia ellos y esperar que ella se diese cuenta de que necesitaba dejarlos solos; y así fue, la chica al verlo fingió que tenía que ir a algún lado para poder dejarlos solos.
—No huyas más de mí—le dijo tomándolo del brazo —. No huyas más por favor—pidió, Andy se soltó del brazo y suspiró.
—Mike, esto es por el bien de ambos, necesitamos alejarnos—comentó—. Yo...estoy viendo a alguien más.
—Mientes—respondió—. Frunces los labios cuando lo haces, ya lo he notado; no tienes a más nadie.
—Quizás porque estoy esperando que consigas a alguien mejor que yo.
—Pero nadie es mejor, Andy—susurró e intentó acercarse para besarlo pero Andy se lo impidió.
—Quizás es porque todavía no me conoces del todo—respondió—, pero tú y yo no podemos estar juntos, no en este momento. Ya te lo dije, debo resolver mis problemas primeros.
—Entonces esperaré a que lo hagas.
—Tú no entiendes, ya no quiero estar contigo—habló y tomó sus cosas para alejarse. Mike quedó parado observando cómo caminaba hasta perderse entrando a una de las facultades.
Suspiró y aguantó las lágrimas que querían salir de sus ojos. Él debía ser fuerte, no podía dejarse caer.
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Él era un chico [#EEUC #1]
KurzgeschichtenÉl era un chico y a Mike le gustaba. Pertenece al Universo literario de Sunny Ice. Obra registrada en Safe Creative bajo el código 1712275190841. Se le prohíbe la copia.