Sábado con sabor a Martes.

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Tony muere un sábado por la mañana y Steve desaparece un martes por la noche.

Nadie nunca supo a ciencia cierta dónde fue a parar el rubio y más de alguno creyó que volvería al pasar de los días; con la pérdida de Tony tan reciente, todos creyeron que Steve necesitaría su propio tiempo para poder asumirlo, y lo más probable es que frecuentar los lugares en los que alguna vez estuvieron juntos, nunca lograría darle la paz que el hombre necesitaba en ese momento.

Pero cuando ya pasa un mes desde aquello y el Capitán no da señales de vida y mucho menos de querer aparecer, su propio equipo comienza a preocuparse. Natasha, quien era conocida por mantener el temple tranquilo bajo situaciones de estrés y desesperación, estaba inusualmente ansiosa. Y qué se podía decir del resto.

"Tenemos que hackear el sistema de SHIELD. Ellos tienen que saber dónde está." Exclama Sam con sus nervios a flor de piel. Wanda, en medio de su mutismo autoimpuesto desde hace tres semanas, niega suavemente con la cabeza.

"Visión ya lo hizo," Susurra Clint por la chica, y sus ojos celestes brillan en conmoción mal contenida. "Y no dio con nada. Chicos, esto ya me está dando muy mala espina..."

"Es como si la tierra se lo hubiera tragado." Dice Nat sombría, y todos guardan silencio automáticamente.

Tony hubiera sabido que hacer, demonios; era más que seguro que él lo hubiera traído de vuelta a la semana y de paso con un jalón de orejas por ser tan imprudente. Y entonces Natasha no puede evitar pensar con dolor de que Tony sabía hacer muchas cosas antes de todo esto, y de las cuales ella siempre estaría orgullosa, aunque nunca lo hubiera dicho.

Nunca había querido decirlo porque no había parecido necesario y lamentablemente Tony falleció sin saber lo que pensaba Romanoff sobre él; Tony nunca se enteraría de que Natasha lo admiraba por ser como era y mucho menos de que lo amaba más que a nadie en este mundo (después de Clint, claro está) por haber confiado en ella a pesar de que le hubiera mentido en su primer encuentro. Natasha adoraba a Tony porque, aunque discutieran como perros y gatos frente a los demás, él siempre estaba ahí para ella con su hermosa sonrisa y abrazos cálidos de los que nadie nunca se enteraría.

Tony era su hermano, aunque no compartieran ni una gota de sangre; era el hermano que ella misma escogió proteger y que la puta vida le había arrebatado, a pesar de que hubiera llorado y jurado por todo lo hermoso del mundo ser una mejor persona si le dejaban tenerle un segundo más a su lado.

Pero tristemente sus lágrimas habían terminado por secarse y el sol de un nuevo día la trajo abruptamente a la realidad.

Tony se había marchado ese día, pero ella aún quedaba. Así que hasta con el último de sus alientos, ella se encargaría de amar y velar por todas aquellas personas a las que alguna vez Tony amó.

Sin embargo, Steve no se la estaba poniendo para nada fácil.

Un suspiro nace desde su pecho y Natasha lo deja salir suavemente. "Tenemos que encontrarlo, muchachos. Tony resucitará especialmente para matarnos si no lo encontramos luego." Musita ella con determinación hacia sus amigos y ellos asienten en silencio.

Minutos después, las instrucciones fuertes y concisas de Romanoff se escuchan como un eco en toda la habitación, y la misión para encontrar al Capitán América empieza.

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El día que ellos logran dar con Steve Rogers luego de meses de búsqueda, marca un notable antes y después en sus vidas.

Natasha no puede evitar que un entumecimiento similar temor le recorra la espalda cuando el primer contacto se hace y lo que nunca imagino ver ni en sus peores pesadillas, se hace realidad justo enfrente de sus ojos.

"¿Steve...?" Susurra ella sorprendida, y el rubio termina por reventar la cabeza del sujeto entre sus manos para mirarla con absoluta calma.

Ya no hay bondad en él, (Natasha siente que la respiración se le corta e inconscientemente toma entre sus manos su fiel pistola, lista para atacar); lo que alguna vez fue la inocencia y compasión en persona, fue exterminada y eliminada de la faz de la tierra por el hombre que ahora yace frente a ella.

Romanoff siente la bilis subir por su cuerpo y trata de volver a respirar profundamente, para no terminar vomitando encima de los zapatos del que alguna vez fue uno de sus mejores amigos.

"Hey, Natasha." Saluda Steve, con manos llenas de sangre y voz tranquila. "¿Quieres unirte a la diversión? Temo decir que no queda mucho, pero creo que puedo dejarte unos pocos si deseas." Invita él, señalando con la cabeza a un grupo de niños que intentan pasar desapercibidos.

Y entonces ella de pronto lo entiende.

Tony murió un sábado por la mañana, pero lamentablemente no fue al único amigo que perdieron ese día.

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He loved you even when you foughtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora