Esa noche

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Esa noche, Tony siente como el mundo cae a sus pies mientras que la marca de unión que tiene sobre el cuello y que lleva desde hace ya seis años, empieza a dolerle como si un caldero de lava ardiente hubiera sido volcado justo encima de ella.

Peter, su hermoso cachorro de tres meses, grita a todo pulmón desde su habitación con un llanto desgarrador que resuena por toda la mansión. Tony siente el llanto como un llamado lejano; sabe que es su bebé, sabe que es el cachorro que cobijó por nueve meses dentro de su vientre, pero por alguna extraña razón, no puede acudir a él.

Paralizado, el hombre se deja caer contra el suelo agarrándose con fuerza el cuello. Arde, maldita sea, le arde como si le estuvieran desmembrando la piel con pequeñas, filosas y calientes agujas.

Millones y millones de agujas sobre su cuello, y que no se detienen por nada del mundo.

"Steve... Por favor, no." Solloza Tony y las lágrimas descienden como un riachuelo desde sus ojos.

Friday activa el protocolo de emergencia cuando las pulsaciones de su jefe se disparan por los cielos. Ella intenta llamarle, decirle que todo estará bien y que Pepper junto con Rhodes vienen en camino para socorrerle, pero él no logra escucharla.

Algo malo sucede, su pecho arde y el lazo punza como una daga. Es Steve, pero dónde—

De pronto un dolor agudo, semejante a una descarga eléctrica, le da en la planta de los pies y le nubla la razón. Tony aúlla de dolor y se estremece en el suelo como un pez fuera del agua. Dos, tres, seis más y de pronto todo se detiene. Él suda, sintiendo como el aire le vuelve lentamente a los pulmones y el dolor se disipa de sus ojos.

Peter continúa gritando a todo lo que su pequeño cuerpo puede, impregnando la casa con un olor desesperante. Tony, sintiendo los músculos agarrotados, se levanta y camina tambaleante hasta la habitación de su hijo en donde el aroma se hace aún más fuerte hasta el punto de provocarle náuseas.

"Tranquilo, Peter. Shhh..." Susurra él, intentando calmarle.

Gruesas lágrimas recorren las tiernas y sonrojadas mejillas de Peter cuando Tony llega a su lado. Su pequeño niño se remueve como una lombriz sobre el acolchado de la cuna y él se limita a soltar feromonas maternales mientras remueve la cuna para hacerle ver que está allí. Peter cesa un poco su llanto cuando el olor de su padre llega a su pequeña nariz y el movimiento oscilante le calma de la pesadilla que acudió a su infantil sueño.

Diez minutos después el niño ya no llora, pero mira a Tony fijamente. El castaño mayor tiene un surco de lágrimas secas que no se molesta en limpiar y le devuelve la mirada con la misma intensidad a su cachorro.

Ambos lo sintieron, por todos los Dioses. Ambos lo saben, pero no parecen querer asumirlo.

Segundos después, Pepper con el pelo revuelto y mejillas rojas entra a la habitación. La Alfa suspira aliviada al verlos sanos y salvos, y se acerca con presura hacia el Omega para envolverlo en un abrazo.

"¿Qué pasó, Tony? Friday llamó y dijo que tu corazón—"

"Mi marca Pepper..." Musita suavemente el hombre entre sus brazos, cortándole las palabras. La mujer lo siente tiritar y un extraño presentimiento le recorre el vientre. "Mi marca..."

"¿Qué pasa? ¿Qué sucede con ella?"

"Es Steve..." Un sollozo silencioso suena y todo se termina por romper para el castaño. "Lo mataron, Pepper. Mataron a mi Alfa."
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Media hora después, Friday establece una llamada con Natasha Romanoff.

La Alfa pelirroja tiene los ojos verdes hinchados de tanto llorar, pero se mantiene firme y con frialdad propia de ella, suelta las palabras que Tony nunca olvidaría. "Lo tienen, Tony. HYDRA tiene a Steve."

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He loved you even when you foughtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora