Antes de la Media Noche (#6 Saga Odio a los chicos)

Capítulo Treinta

—¿Estas esperando a alguien?.—Me pregunta Seth.

Parpadeo retirando la mirada de la puerta, coloco la siguiente servilleta que doble en triangulo junto a las demás y sigo con la siguiente.

—No, a nadie.

Él sonríe.—Se te nota en la cara, vamos y no has dejado de observar esa puerta desde que llegaste.

Quizás si estoy esperando verlo hoy.

¿Por qué sigo haciéndolo?

Casian ya dejo de venir.

—¿Y bien?

Dejo de doblar las servilletas—Te lo diré si me acompañas al médico.

Me señala el brazo.

—¿Ya van a quitarte los puntos?

Asiento.

—Supongo que si nadie más quiere ofrecerse.

Le lanzo una servilleta y se echa a reír.

—¿Y?

—Estaré ahí.

—Bien, ahora trata de mover la mano.—Me pide el doctor luego de examinar mi mano, el proceso de quitar los puntos fue doloroso y nadie me advirtió que no usaría anestesia.

Hago lo que me pide.

El suspira y mete ambas manos dentro de su bata blanca de doctor.

—Se ve bien y no sientes dolor, aunque recomiendo que no hagas mucho esfuerzo con ella, al menos unos días.

Le doy una mirada a Seth.

—Estoy bien, ya lo dije, creí que ahora que no tengo los puntos me daría completamente de alta.

—Seria así si no hubieras forzado tu brazo durante el tiempo que mantuviste los puntos.—Me reprocha y mi boca se abre.—Soy doctor, señorita, veo cosas, sé que no estuvo reposando como le advertí.

Es un jodido adivino.

Se sienta en su escritorio a escribirme una receta.

—Solo son si siente dolor., de lo contrario evite tomarlas.

Suspiro.

—Bien.

Seth se queda de pie burlándose de mí y saliendo del consultorio le reprocho, ya que estamos cerca del centro comercial, vamos por un helado como su disculpa , pido el de tres bolas más una yapa de los cuales contienen chocolate, fresa, menta y lúcuma, Seth se pide de un solo sabor maracuyá y paseamos por el centro mientras él me explica que se asegurara de que no vaya al trabajo esta semana, trato de no discutir y terminamos por entrar a algunas tiendas de cámaras, videojuegos y todo lo demás, a excepción de ropa, finalmente nos quedamos de pie frente a los televisores que usualmente están encendidos y observamos los de último momento.

—¿Cuántas pulgadas crees que tenga ese?.—Pregunta señalando el de la vitrina, que es lo único que nos separa de ellos.

—Estoy segura que es el doble del que tenemos Maggie y yo en casa.—Arrugo la nariz y pruebo otra cuchara de helado.—Mejor el triple.

—Joder, no necesitaría ir al cine con él.

—¿Quieres decir que quieres ir al cine?

Sonríe.

Suspira observando el televisor.—Algún día serás mío, bebé.

Me rio y mi sonrisa se va cuando ante el televisor aparece Casian y Sienna Montgomery, se me revuelve el estómago y tengo ganas de vomitar la mayor parte del helado de fresa que comí al ver sus manos sosteniendo su brazo , él sonríe y me causa malestar que se vea mejor que antes, aunque debería estar feliz, peor me molesta que esa tranquilidad sea gracias a ella.

—Kendall.—Escucho la voz de Seth, pero no puedo observar.

"¿Y bien Casian.. Hemos oído rumores de que tu relación con Sienna ha avanzado desde que volvieron, pero estamos cansados de los rumores y deben saber que si los invitamos es porque la audiencia que nos sintoniza, al igual que nosotros deseamos saber la verdad"

Risas y más risas.

Ambos comparten una mirada y él le sonríe antes de hablar.

—¿Y bien?

—Cariño.—Murmura Sienna aferrándose a su brazo.

En este momento, desearía no haber pedido esos tres sabores de helado con yapa.

"—El próximo mes.—Dice con una sonrisa sin rastro de mentira en su rostro.—Sienna y yo nos casaremos.

Aplausos, solo escucho aplausos y gritos eufóricos junto a celebraciones.

"—Muchas felicidades"

Entonces lo entendí, lo nuestro estaba oficialmente acabado y quizás debía ser así,quizás Casian y yo no debíamos seguir juntos, porque después de todo él había empezado a seguir su vida y yo debía hacer lo mismo.