El reloj marcó las tres de la tarde, la hora en la que Mina salía de la escuela. Tomé mis cosas y salí del restaurante. Subí a mi carro y después me dirigí a su escuela.
Estaba esperando afuera de la entrada cuando mire que Mina venía con su maestra. De seguro se había metido en problemas.
"Hola maestra," sonreí.
"¿Puedo hablar con usted a solas?" Dijo la maestra.
Mire a Mina quien tenía la mirada triste.
"Mina, puedes esperar en el auto." Dije.
Ella asintió y después salió corriendo al auto.
"¿Pasa algo?" Pregunté.
"Mina agredió a una compañerita," la maestra informó.
"¿Que? Mina es una niña tranquila. Ella jamás haría eso," dije confundida.
"Si lo sé. Por eso estoy preocupada," dijo ella.
"Tuvo que haber un motivo," dije.
"Al parecer su compañerita lleva varios días molestándola. Le dice que no tiene papá por qué él no la quiso," le maestra explicó.
En ese momento mi corazón se rompió en mil pedazos. Mi pequeña estaba sufriendo burlas de sus compañeros por la culpa del idiota de su papá. Cerré mis manos formando un puño. Quería llorar. Me sentía incapaz de hacer algo. Quería que mi hija fuera feliz pero ahora está sufriendo por Jimin.
"Por favor, le pido qué hable con ella." La maestra me aconsejó.
"Lo haré," respondí.
Ella sonrió y después se marchó.
Todo el camino a casa fue un silencio total. Mina no dijo nada, sólo miraba por la ventana del carro. Yo sólo la observaba por el espejo. Mi pequeña estaba sufriendo. Su pequeño rostro estaba triste. Evité preguntarle algo ya que quería hablar con ella en la casa.
"Llegamos," dije.
Mina se desabrochó el cinturón y se bajó sola. Corrió así la puerta pero se quedó parada mirándome ya qué estaba con seguro.
"Espérame," le dije.
Abrí la puerta y lo primero que hizo fue tirar su mochila al suelo.
"Levanta tú mochila, por favor." Le ordene.
Ella se quedó parada en las escaleras mirándome.
"Levántala tú," dijo.
"Mina, no estoy jugando. Levanta tu mochila," dije alzando la voz.
"No quiero," ella dijo.
"¿Qué te pasa?" Pregunté.
Pequeñas lágrimas comenzaron a caer de sus preciosos ojos rasgados.
"¿Por que mi papá no me quiere?" Preguntó llorando.
Mis lágrimas comenzaron a salir también. Mi corazón estaba completamente destrozado.
"Claro que te quiere," mentí.
Claro que era mentira. Jimin no la quería. Él me dejo sola.
"¿Por que no está con nosotras?" Preguntó.
"Él.... él está.... está trabajando muy lejos," volví a mentir.
"Quiero verlo," dijo tirándose al suelo llorando.
Me dolía ver la así. Me acerqué a ella y la tomé entré mis brazos. Besé su cabeza.
"Mi pequeña hermosa, no llores." Traté de consolarla.
Ella no para de llorar. Cada vez lloraba más fuerte.
"Mami, quiero ver a papá." Dijo.
La mire a los ojos y limpié sus lágrimas. No podía permitir que sufriera de esa manera.
"Te prometo que llevarás a tu padre," dije.
Ella se calmó y me miró a los ojos.
"¿En serio?" Preguntó.
Asentí y después la abracé muy fuerte.
"Te quiero," escuché su linda voz.
Ahora tenía que buscar a Jimin para cumplir la promesa a Mina. Tenía miedo de volver a ver a Jimin después de mucho tiempo pero tenía que hacerlo por mi hija.
ESTÁS LEYENDO
Seré Un Buen Padre, Lo Prometo
Fiksi PenggemarÉl desapareció sin dejar ningún rastro cuando se enteró que estaba embarazada. Nunca necesité de él pero ahora tengo que buscarlo para que se haga cargo ya que su pequeña lo quiere conocer.