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"Limpió el sudor de su frente con la parte posterior de su camisa, y sonrió mirando a la otra persona por el reflejo del espejo —Lo tenemos casi dominado Jungkook.
El castaño asintió luego de pasar el agua, y la dejó de vuelta en el suelo para estirar los músculos. Se sentía cansado.
—No lo creo, hyung.—aquello solo confirmó sus sospechas para el mayor, su maknae estaba actuando extraño. Casi no lo llamaba por hyung estando solos. Volvió a pasarlo por alto.
—A mí me parece que sí, es suficiente por hoy, vamos, invito la cena.
—Si quieres vete hyung, yo me quedaré. —otra cosa que no solía ocurrir. JK rechazando comida gratis.
Jimin se sentó frente a él, y sonrió —¿Qué tienes? ¿Estás bien?
El castaño se encogió de hombros antes de responder con desgano —Solo estoy cansado.
—¿Sí? ¿Y eso no tiene que ver con que ayer regresaste antes de tu cita con Yugyeom?
—No era una cita.
Jimin rió, por la reacción de Jungkook —¿Entonces qué?
Tardó en responder, primero se puso a jugar con la botella de agua —¿Por qué es tan complicado salir con un hombre?
Su hyung respondió —Hombre, mujer, gato, siempre será difícil. Debes esforzarte si quieres ser feliz.
—¿Gato?
—Yoongi hyung es como un gato, ¿Sabes? — los dos rieron —. Tranquilo JK, estoy seguro de que todo saldrá bien. Su química es genial, y sé que está loquito por ti.
Volvieron a reír, y el estómago de Jungkook rugió —¿Sigue en pie la invitación a comer?
La noche es fría, tanto que el cuerpo de Seokjin tiembla a pesar de tener puesta esa sudadera rosada. No sabe qué hora es, y no le importa, lo único que cruza por su mente es que está jodido. Sus bellos labios rosados están resecos y con grietas, su rostro ya muestra una palidez preocupante, las marcas en su cuello han comenzado a notarse más, y ni siquiera se siente con la fuerza para ponerse de pie. El hambre y sed comenzaban a cobrarle factura. Soltó un suspiro que demostraba toda su frustración. Sus amigos estaban dormidos, o eso pensaba al verles desde el otro extremo de la habitación. No planeaba ceder al sueño como ellos, no sabiendo los peligros que corrían, en vez de eso prefería mantenerse en alerta. En ocasiones escuchaba ruidos tras la puerta, pisadas, risas, e incluso le pareció oír el chirrido de unas ruedas, pero prefería atribuirlo a su imaginación. Aquello era mejor. También miraba al reflector, seguro de que no había escapatoria de él una vez y se encendiera.
