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"Nunca estén en la calle pasadas las 12 de la noche solos, si es necesario, deberán ser acompañados por los guardaespaldas. Son idols, tienen que estar atentos a todo y todos. Por favor, tengan cuidado."
La campanilla de la tienda sonó cuando el joven salió, con una lata de refresco entre sus manos con guantes puestos. El típico chasquido sonó, una de sus manos dejó el cubre bocas hasta bajo la barbilla y finalmente le dio trago seguido de un suspiró de satisfacción. Ya más refrescado, sacó el móvil de su bolsillo y comenzó a caminar hacia su hogar.
Jeon Jungkook avanzó por las calles vacías de Seúl, mandando todavía mensajes entre su buen amigo Yugyeom, soltando unas pequeñas risas con las cosas que le decía. Le pedía que se apresurara a llegar a su hogar, pues dentro de nada serían las 2:30 A.M. Jungkook solo le respondió con que mandaría un mensaje a sus hyungs, para avisarles de que pronto arribaría. Solo entonces después de despedirse, guardó su móvil notando lo solo que se veía todo. Sonrió. Desde que se había vuelto un idol, le era prácticamente imposible el poder caminar entre esas mismas calles, pero en ese momento se sintió tan libre, que incluso comenzó a caminar con más calma. Deseaba poder andar el mayor tiempo que pudiese. No recordaba las palabras que su manager les había repetido hasta el cansancio, y sin embargo, jamás les había tomado importancia.
Cruzó la avenida luego de que la luz roja detuviese a dos automóviles, los únicos que había visto desde que salió del apartamento de su amigo. Siguió bebiendo de su refresco, pasando las cuadras conforme transcurrían los minutos, acercándose al edificio donde vivía. Fue entonces que le vio, a un hombre sentado en la acera de la calle, con una sudadera y con un cigarrillo entre sus dedos. El de cabellos castaños no le prestó atención, por lo que continuó con su camino pasando a su lado.
Hacia bastante frío, justo el que debía hacer a finales de Enero. Terminó de beber de la lata, y presumiéndose a sí mismo su fuerza la estrujó con una mano. Sonrió tirándola a un contenedor de basura, apenas pasó a su lado, y al hacerlo, de reojo vio un pequeño punto luminoso. Tan solo girando la cabeza, notó que el hombre ahora estaba recargado en una pared, con la capucha puesta cubriéndole la mitad del rostro, y la diminuta luz roja de su cigarro cercano a sus labios. El humo brotó de su boca, al tiempo que dejaba caer el brazo y la cabeza la tiraba hacia atrás, recargándola también contra la pared.
Jungkook de forma inconsciente se colocó de forma correcta el cubre bocas, y después retomó su marcha. Ahora estaba más atento. Con el sentido del oído concentrado al máximo, logró escuchar pasos tras él, y eso le hizo preocuparse. Sacó su móvil, y con una increíble rapidez, escribió a Seokjin, su hyung mayor.
