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"Sus piernas y brazos eran sostenidos mientras avanzaban, manteniéndole boca abajo, con la vista centrada en los zapatos de sus secuestradores. Dejó de forcejear, se detuvo al percatarse de que no le dejarían ir, de que le habían separado de sus amigos, de que le harían daño. Las lágrimas no paraban de caer junto a las suplicas, ambas siendo cruelmente ignoradas. El rostro ya le dolía por los golpes recibidos antes de ser arrastrado por ese pasadizo, y estaba seguro de que vendrían más y peores golpes. Hoseok tenía tanto miedo.
—¿Dónde le dejamos? —oyó a alguien preguntar, e intentó levantar la cabeza para ver dónde estaba. Era un tipo de sótano, con mucha basura, muebles desgastados y colchones sucios, ahí dormían sus secuestradores, lo tuvo seguro.
No entendió la respuesta, fue dada en otro idioma, o simplemente su pronunciación no era la mejor, de todas maneras le soltaron como si nada. Hoseok jadeó por el golpe, volviendo a llorar al sentir el fuerte azote que dio contra el suelo, le dolía la cabeza. Como si no fuese mucho, un fuerte y estallante dolor se posó en su cabeza, al tiempo que su cuerpo era arrastrado, sus cabellos naranjas fueron tirados hasta llevarle a una de las esquinas del lugar, y ahí le dejaron. Sus manos dañadas y temblorosas se posaron sobre su cabeza, tratando de protegerla de otro tirón, miro con los ojos llorosos a los hombres parados frente a él. Uno se acercó más, mientras otros se dispersaban por ahí, incluso pasando a otro cuarto, pero el que se agachó frente suyo fue quien portaba la máscara de cerdo —No puedes verlo, pero estoy sonriendo Hoseok, estoy orgulloso de ti. Eres fuerte, me alegra, salvaste a tu amigo —sus palabras no tranquilizaron en absoluto al joven—, pero para tu mala suerte no me obedeciste, así que solo queda corromperte —se levantó, sacudiendo su pantalón antes de hacer una seña para que se acercaran los hombres que estaban a unos pasos de ellos—, solo no lo maten, ¿Entienden?
Y se fue, ignorando por completo los dolorosos gritos que rasparon la garganta de Hoseok al recibir golpes."
Seguía teniendo pesadillas relacionadas con la que estaba seguro era la peor noche de toda su existencia, pesadillas donde recordaba cada lágrima derramada con dolor. El psicólogo al que estaban yendo le dijo que encontrarían la manera de mandarlas lejos, de intentar superarlo pero algo dentro de Hoseok le decía que sería terriblemente difícil, más no imposible. Sus amigos y novio le daban energías con solo quedarse a su lado, todos se apoyaban para seguir adelante y miraba al frente con positivismo. Ellos podían continuar con sus vidas, lograrían volver al escenario, Hoseok se aferraba a esa idea.
Había pasado ya casi un año y seis meses desde aquellos horripilantes eventos, y luego de hablar entre los siete, decidieron volver a pisar la compañía luego de tanto.
