Capítulo dieciocho

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Capítulo dieciocho

Un paso. Manos a la cabeza. Puños apretados. Se detiene. Una maldición. Una vuelta más. Sus ojos en mí. Misma acción de nuevo.

Observo el recorrido de Wyatt de un lado al otro de la sala de estar intentando asimilar como me siento acerca de esto. Sin duda, que mi mente se encargará de armar una situación en donde todo, absolutamente todo, se descubría me está ayudando a mantener la calma ahora.

Pudo ser mucho peor o eso creo. En realidad, no he querido ver la foto pero cuando mi mirada se encontró con la de Wyatt y él negó con la cabeza supe que no era tan malo como parecía.

— ¡Vamos a demandar! No sé quien coño libero estas imágenes pero solo hay alguien que podría haberlas tenido —espeta Wyatt.

Y da la casualidad, que comparto la sangre con ese alguien.

Christina cierra los ojos mientras se pellizca el puente de su nariz y cuelga el teléfono.

—Owen y tu padrino vienen en camino —informa parpadeando continuamente. Nunca pensé ver el día en el que Christina estuviera a segundos de echarse a llorar.

No la culpo.

Nicholas llega a mi lado y me ofrece una taza llena con la cosa azul que él insiste en llamar té.

Hago una mueca cuando observo el agua verdosa y suelta una carcajada. Doy un sorbo y un escalofrió recorre mi cuerpo cuando trago.

Asqueroso. ¿Cómo alguien puede tomar algo así de forma voluntaria?

Nada como una deliciosa taza de café humeante...Eso es delicioso.

—Dramática —susurra depositando un beso en mi nariz y sentándose a mi lado.

Le saco la lengua haciéndolo reír de nuevo.

Este es el momento en donde digo que podría estarlo viendo sonreír por siempre. Este hombre es tan asombroso que no ha querido ver la imagen hasta que yo me arme de valor para hacerlo.

Solidaridad y respeto, o algo como eso dijo.

Ni siquiera ha preguntado aunque la curiosidad está implícita en cada uno de sus movimientos.

Aprieto su mano antes de dejar la taza en la mesa frente a mí y caminar hacía Wyatt. Me detengo frente a él y extiendo mi mano pidiéndole el celular.

Frunce el ceño y en vez de darme el aparato me hala hacia sus brazos abrazándome contra su pecho e instintivamente enrollo mis manos alrededor de su cintura.

—No es tan malo como pudo haber sido...pero aun así, tampoco es bueno —susurra en mi oído haciendo que me tense.

Este es Wyatt, siempre queriéndome proteger de todo...incluso de lo que yo provoque.

Me libero de su abrazo y tomo el celular de sus manos por mí misma. No lo veo.

Giro sobre mis talones sintiendo su mirada preocupada todo el tiempo en mi y toma asiento de nuevo junto a Nicholas.

Le doy un sorbo a mi Nicholas especial, lo dejo en la mesa, tomo una respiración profunda y desbloqueo el teléfono bajo su atenta mirada.

Dejo de respirar.

Escucho el jadeo de Nicholas a mi lado y dejo que quite el teléfono de mis manos mientras las lágrimas comienzan a salir de mis ojos sin permiso, los recuerdos me llevan a uno de mis días más oscuros aunque sin duda, no uno de los peores.

Vuelvo a tener diecisiete años y no soy nada más que una sombra. Ya había tocado fondo, había pasado por cosas que la mayoría de las personas solo imagina y me lo había hecho a mí misma. Puedo culpar a mi familia por disparar contra mí pero al final, la culpa es mía también.

Un Nicholas para Nicole (TOP FLAIR I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora