Capítulo veinte

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Capítulo veinte

Todo va a estar bien.

Esas son las palabras que me repito una y mil veces mientras el chofer de Owen gira en la última esquina antes de poder entrar a la urbanización donde viven la hermana y la mamá de Nicholas.

Estoy nerviosa por lo que pueda encontrarme cuando llegue a mi destino. Mis manos sudan y ¡mis manos nunca sudan!

¿Lo impresionante? Aparentemente, nadie estaba monitoreando a Owen por lo que no hemos tenido ningún encuentro que evitar.

Lo que es aun mejor, el apartamento de Nicholas es un hervidero al igual que el mío por lo que es algo bueno que no tuviera que ir hacía allá.

Diviso la casa que concuerda con la descripción que Nicholas me envió por mensaje y suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo cuando todo parece libre de prensa.

Acomodo los lentes oscuros sobre mis ojos y dejo que mi cabello caiga libre sobre mis hombros para ayudarme a cubrir mi rostro.

El chofer detiene el auto y sin esperar que abra por mí, salgo.

Le informo que puede retirarse e ir a buscar a Owen en la cabaña en cuanto yo entre a la casa y comienzo a caminar.

Mi suerte no podía durar por siempre, por supuesto.

Siento alguien observando cada uno de mis movimientos y mientras más me acerco a la entrada, más cerca lo siento. No hay que ser un genio para adivinar que está tomando fotos de cada uno de movimientos pero al carajo, al menos es solo un paparazzi.

Ellos no hacen preguntas. Solo buscan imágenes lo suficientemente morbosas que vendan revistas y les garanticen unas cuantas miles de libras en sus cuentas.

La casa debe tener al menos dos pisos y está pintada de color crema. También tiene muchos ventanales en la parte de arriba y el jardín está muy bien cuidado, el pasillo que da hacia la puerta principal está bordeado por la única planta que podría reconocer en el mundo; rosas.

Rosas de color blanco. Uno apostaría que las favoritas de todo el mundo eran las rojas, pero al parecer, no las de la mamá de Nicholas.

Llego a la puerta de madera y toco el timbre que está justo a su lado mientras siento en todo momento los disparos de la cámara a mis espaldas. Sé que la prensa no va a tardar en llegar aquí.

Es solo cuestión de que entre a la casa para que no tenga más fotos que tomar y entonces haga una llamada.

Me distraigo observando el patrón de la puerta. Tiene rosas talladas en ella. Es impresionante, podría llegar a parecer algo ostentoso pero el diseño simple lo vuelve hermoso.

Una mujer de cabello castaño, al menos cinco centímetros más baja que yo y menuda sin llegar a ser excesivamente flaca aparece en mi campo de visión. Automáticamente me doy cuenta que es la mamá de Nicholas.

Al menos, ya sé de dónde saco sus ojos. Es en ese momento cuando me doy cuenta de la enormidad de esto; estoy conociendo a la mamá de Nicholas.

Mierda.

Esto es realmente serio.

No es como si le hubiéramos puesto nombre pero los dos dejamos muy claro hacía donde queríamos ir con nuestra relación y ahora estoy conociendo a su mamá.

Decir que vamos rápido, es el eufemismo del año.

—Tú eres Nicole —afirma regalándome una sonrisa que hace que parte de la tensión que se había ido acumulando en mi cuerpo desde el momento en que la puerta se abrió y mientras me observaba fijamente me abandona.

Un Nicholas para Nicole (TOP FLAIR I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora