Capítulo once
Tomo una respiración profunda cuando me doy cuenta que solo faltan dos escalones para estar en la mira de todos.
No es como si hubiera algo que esconder pero el trabajo de la prensa radica en conseguir historias y cuando no lo hacen: inventarlas.
No puedo creer que en algún momento de mi vida, ese hubiera sido mi trabajo soñado. Colocarlos a todos en el mismo saco es injusto ya que algunos aún se aseguran de revisar las fuentes...De hecho, ese es el problema en este momento.
—Parece como si estuvieras a dos segundos de tener un ataque de pánico—musita Nicholas mirándome preocupado.
Si él supiera que no estoy muy lejos de eso...
—Estoy bien. De acuerdo, es hora de entrar al ojo del huracán.
No parece muy convencido y con toda razón, nunca he sido del todo buena escondiendo mis pensamientos.
Acomodo los lentes oscuros sobre mis ojos y doy los pocos pasos que faltan. Puedo sentir a Nicholas caminar detrás de mí en silencio y lo agradezco.
Entonces, la locura comienza:
— ¡Nicole! ¿Qué puedes decir acerca de las declaraciones de tu madre? ¿Por qué nadie sabía de ellas?
Así quisiera responder a ello, no podría porque no se qué fue lo que dijo.
Los porteros del edificio intentan mantener a los periodistas a raya pero aun así ellos se las arreglan para que sus gritos traspasen el cristal de las puertas, ahora cerradas.
— ¡Oh por Dios! ¡Ese es Nicholas Hampton! Nicole, ¿Están saliendo? ¿Cuánto tiempo tienen juntos? ¿Nicholas es el hombre misterioso con el que escapaste del aeropuerto?
Las mismas preguntas son gritadas una y otra vez mientras nos aproximamos al ascensor. En una situación normal, subiría los veinte pisos por las escaleras pero dudo que Nicholas estuviera muy feliz con ello.
Los flashes de las cámaras no cesan incluso cuando nosotros solo estamos parados uno junto al otro sin ningún tipo de contacto entre nuestros cuerpos.
Veo a Nicholas de reojo y me giña un ojo, creo que para tranquilizarme. Por alguna razón, no parece muy molesto con la idea de que lo involucren de distintas maneras conmigo.
Después de lo que se sienten como siglos, el ascensor llega.
Los disparos de las cámaras no paran y ellos siguen haciendo preguntas aun cuando es bastante claro que no vamos a responder ninguna de ellas. Entramos en el ascensor y suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo mientras me apoyo en el cristal del interior.
—Es un buen momento para confesar algo más sobre mi —susurra Nicholas, escuchándose como si hubiera corrido un maratón cuando las puertas se cierran.
Me giro para mirarlo y lo encuentro en la misma posición en la que yo estaba hace segundos.
»Soy algo claustrofóbico...Odio los ascensores.
Una risita escapa de mí pero muerdo mi labio para detenerla.
Me acerco a él y esta tan pálido que pienso que en cualquier momento podría desmayarse.
—Quizás es un buen momento para confesar que solo tome el ascensor porque creí que tú no querrías subir los veinte pisos por las escaleras...que es lo que yo hago siempre.
Abre los ojos que mantenía firmemente cerrados y me mira incrédulo.
— ¿Estas bromeando? Cariño, en este momento mi cerebro tiene muchos problemas para seguir esta conversación.
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Un Nicholas para Nicole (TOP FLAIR I)
Roman d'amourLa vida cambia en dos segundos. Nicole es muy consciente de ello, una decisión es todo lo que se hace falta. Después de todo, una decisión casi la llevó a la tumba y una decisión la volvió vocalista de Top Flair, la banda con más éxito en Inglaterra...