Capítulo treinta y tres

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Capítulo Treinta y tres

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro

Y...

No hace falta llegar a cinco porque antes de que termine de contar, la puerta se abre y frente a mi aparece la persona de la que he estado huyendo desde hace años.

La persona con la que desearía poder romper todos los lazos que nos unen.

Esta es la cosa: venimos al mundo programados para amar a nuestros padres y se supone que ellos deben amarnos de vuelta. Es ley de vida, pero siempre hay personas dispuestas a romper las reglas. A salirse del molde...Mi madre pertenece a ese grupo.

Nunca fui una prioridad en su vida del modo en que Wyatt fue y sigue siendo la prioridad de su mamá. Por mucho tiempo intente averiguar que estaba mal conmigo hasta que me di cuenta que la única persona que tiene algo malo es ella.

Cuando la fama comenzó a llegar a mí, intento a acercarse. De repente, yo representaba algo para presumir pero cuando la ignore y elimine su apellido de mi nombre pareció entender el mensaje.

Sin embargo, ahora está aquí, mirándome fijamente como si hubiera hecho algo malo.

Lástima que su mirada ya no tiene el mismo efecto que antes en mí.

Es increíble el poder que tiene la mente. Es increíble que yo me estuviera negando avanzar por no creerme capaz de hacer cosas para las que estoy lista hace mucho.

Se hace un lado alzando una de sus perfectas cejas instándome a pasar.

Alzo la cabeza y decido que no va a lograr intimidarme. Andrés tiene razón, hace mucho que estoy lista pero seguía empeñada en creer que no era lo suficientemente fuerte y cuando te dices a ti misma que no puedes, nunca serás capaz de salir adelante.

—Pensé que te había enseñado mejores modales. Cuando una habitación está llena de personas, las palabras a decir son buenos días, buenas tardes o buenas noches...ya sabes, dependiendo de la ocasión.

Bufó poniendo los ojos en blancos.

—Demasiado tarde para pretender ser una madre que educa a sus hijos, Regina.

Dalilah camina hasta ella y entrelaza uno de sus brazos al de ella.

Nunca fui parte de eso. Ni siquiera puedo recordar un solo abrazo por parte de mi madre...un solo te quiero. ¿Cuán triste es eso?

—Te dije que se había convertido en una niñita altanera que se abre de piernas con cualquiera —dice sonriendo,

—No hablemos de mujeres de la mala vida, Dali. ¿No querrás que le cuente a mamá sobre aquella vez que te encontré en una urgía en la cama en donde ella y papá duermen o sí? ¿Cuántos hombres eran? Ah sí, cinco y tres de ellos tenían muchas canas.

Retrocede de golpe llevando una mano a su rostro para cubrir su boca.

—Perra —sisea.

—Así suelen llamar los mentirosos a las personas sinceras.

—¡Por ello nunca nadie te ha querido!

Pongo los ojos en blanco aunque eso dolió...No porque sea cierto del todo, pero de algún modo así me sentí durante el tiempo que compartimos un techo. Sin embargo, no estoy aquí para dejarlas lastimarme.

—Nicholas estaría muy en desacuerdo contigo y Owen, Wyatt, Grayson, Christina, Fernanda, Camille...¿Quieres que siga? Creo que tu lista se reduce a mamá y cierta amiguita que al parecer tiene miedo de dar la cara porque ni siquiera papá ha estado lo suficientemente cerca para querer a alguna de nosotras.

Un Nicholas para Nicole (TOP FLAIR I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora