Ellery llegó a un bar buscando un poco de buen sake para acompañar la noche, aunque fuera un bar cualquiera en Kabukichou; no muy llamativo en una zona común de Tokio, estaba seguro de que no encontraría mejor sake, en cualquier otro país de los que había visitado.
Pedir atención y pasar desapercibido no implicaban ningún problema. Ser políglota y haber viajado por todo el mundo más veces de las que puede recordar, eran la ventaja perfecta en este tipo de situaciones. Una leve reverencia, gonbanwa y sumimasen, le garantizaron una botella de sake caliente; perfecto para el frío y un par de brochetas de calamar para acompañar la bebida.
A su lado se encontraba un japonés con apariencia de oficinista recién salido del trabajo, ropa ajada, corbata suelta, olor a alcohol mezclado con sudor, era difícil no notarlo, imposible ignorarlo cuando derramó un poco de salsa de anguila sobre la rodilla de Ellery.
--Mil disculpas señor! oh por Dios, mil disculpas, mil disculpas.
--Que desastre! cantinero, por favor una botella con agua gasificada.
--Amigo, limpiaré su pantalón muy pronto, no quedará ninguna mancha.
Ellery, que es muy paciente y listo, no perdió la compostura ante la situación, para él siempre era fácil ver el panorama desde afuera, aunque él estuviera adentro
--Tranquilo, fue un accidente, no tienes que preocuparte.
--Le pasa a cualquiera y más si como tú, estás falto de fuerzas, imagino que acabas de salir del trabajo y estás muy cansado.
--Sólo querías un par de tragos mientras inventas qué le dirás a tu mujer al llegar a casa a estas horas--El hombre no contestó, solo se limitó a limpiar con un pañuelo impregnado del agua gasificada, un poco torpe por su estado de ebriedad, pero aún así, tan diligente como podía.
Ellery sabía que no dejarlo arreglar lo que aquel hombre hizo, era una falta de respeto mucho más grande que el accidente en si mismo.
Al terminar de limpiar, Ellery comentó: vaya, tenías razón, no se ve ninguna mancha, gracias... eh... ¿tu nombre es?
Hisashi -respondió-
--Bien Hisashi, arigato gosaimasu. Mi nombre es Ellery, mucho gusto.
--Y qué me dices? ya pensaste en que dirás al llegar a casa?
--Son las 4 de la mañana, aunque tal vez tengas suerte y ya todos estén dormidos.--No hace falta que invente nada, media noche, una, dos, tres, de la mañana, incluso si no aparezco durante un mes, no tiene importancia en lo absoluto.
--No tengo hijos, esposa, ni siquiera una novia o amigos ...no tengo casa.[Bic]--He vivido en cyber café por cuatro meses ya.
--Trabajaba para un banco, en el departamento de tarjetas de crédito.
--La responsabilidad era tan grande, que debía exigirme de más, trabajaba unas 120 a 200 horas extras al mes. Mi función era administrar sus sistemas informáticos.
--No tenía tiempo de ir a casa, tenía que tomar una siesta en la oficina y trabajar cuando me despertaba, no distinguía el día de la noche.
--Las personas me decían que estaba irritable, ido, emocional.
--Pero yo no me daba cuenta de esas cosas, solo me concentraba en mi trabajo, era mi pasión y mi responsabilidad.
--Mi doctor me diagnosticó depresión.
Fue justo en este punto de la historia que su nuevo amigo le contaba, que Ellery pudo imaginarse como fue su experiencia en aquel tiempo. Cada detalle estaba dibujado en la expresión de su rostro, su boca a penas abierta como si no tuviera completo control de ella y ni siquiera se daba cuenta, indicaba que esos recuerdos le producían desilusión.
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Engañando a la vida U.W. Cys
Genel KurguEllery es un inmortal que viaja por el mundo ayudando a tanta persona como puede, sin importar en que situación o problema se encuentre, usando métodos nada ortodoxos, el hecho de ser inmortal lo obliga a trabajar desde las sombras para proteger su...