Había acordado la hora en que vería a su padre en las oficinas de su empresa, a las seis de la tarde se encontraba sentado en la sala de espera con un manojo de emociones mezcladas, sentía miedo por su confesión y emoción por enfrentar a su padre. El sonido del reloj y el ambiente silencioso de aquella sala hacía que sus nervios subieran de nivel a cada tick-tack de las manecillas del reloj, de vez en cuando su vista pasaba desde los grandes ventanales que daban vista hacia la cuidad, el crepúsculo se estaba presentando poco a poco dando los característicos colores violeta, naranja y amarillo dando los siguientes de la noche, ahora sus ojos se fueron hacia el escritorio de la secretaria de su padre.
Dorian K. decía la pequeña placa de presentación de la joven azabache, esta solamente se entretenía con su móvil, tal vez hablando de chismes con sus compañeras de trabajo, lo de siempre de una secretaria.
Shouto estaba demasiado impaciente, sus manos sudaban un tanto y aunque tratara de limpiarlas con la tela de sus jeans volvían a estar húmedas. Nunca en su vida se había sentido tan nervioso ni siquiera en los exámenes de ingreso a la universidad o de alguna materia difícil. Estaba consciente de que el tema era bastante serio y podría romper lo que quedaba de la poca relación familiar que tenía con su padre pero como dicen "El corazón no manda de quién enamorarse" a veces se preguntaba por qué tuvo que sentir aquellos sentimientos hacia la pareja de su padre, hubiera preferido mil veces que su corazón eligiera a su compañero de clases Midoriya Izuku. Es un buen chico, amable y cariñoso, era la primera amistad que tenía en su vida pues, no era una persona muy social pero aquel joven pecoso se acercó a ofrecerle su amistad.
E incluso había tratado de salir con una de sus compañeras de aula, Yaoyorozu Momo. Aquella preciosa chica que siempre le mandaba cartas de amor en secreto, no podía negar que la chica era toda una Diosa: inteligente, sabia, buenos sentimientos y sobre todo unos buenos dotes físicos sin embargo su gusto sexual salió a flote al ver por la televisión aquel festival deportivo de la Facultad de Medicina de la Universidad Plus Ultra.
Al principio era un tanto aburrido ver a aquellos futuros doctores realizar aburridas competencias, tipo rally. Estaba a punto de cambiar de canal hasta que enfocaron a aquel revoltoso rubio cenizo de ojos rubies, su entusiasmo por ser el ganador se transmitía en sus gestos de victoria y su sed de dar por todo, en ese momento su corazón comenzó a latir varias veces con solo ver aquellos rubies mirar a la cámara y gritar con entusiasmo:
"¡SERÉ EL NÚMERO UNO!"
Y como lo había prometido el rubio había terminado en el primer lugar, recibiendo con una amplia sonrisa de orgullo la medalla de oro. Ese joven radiaba un aura de orgullo y entusiasmo, era como la belleza encarnada en un ser tan perfecto: aquella sonrisa amplia con sus dientes blancos, su piel tan nívea, cabellos rubios y rebeldes y sobre todo aquellos luceros carmesíes. La única palabra que se le venía en sus pensamientos era la perfección hecha en persona, a partir de ahí sabía que había encontrado la persona con quién estaría por el resto de su vida así que decidido empezó a investigar sobre el rubio cenizo encontrando primeramente su nombre:
Bakugou Katsuki
En cuando el sonido del reloj sonó dando las siete de la tarde, la hora de salida de los trabajadores de la empresa de su progenitor. Notó como la joven empleada tomaba sus pertenencias rápidamente, pues a pesar de que apenas era lunes todos querían regresar a sus hogares y descansar de la larga jornada.
- Buenas noches, joven Todoroki. Su padre lo verá en unos minutos, que tenga una excelente noche -Se despidió cortésmente la joven para dar una pequeña reverencia y salir de su escritorio e ir hacia los elevadores.
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Burning Up
Fanfiction"Tu alma y la mía cantan la misma canción " -Akiva, Daughter Of Smoke And Bone. Katsuki Bakugou uno de los jóvenes más cotizados en la industria del modelaje, es conocido como "Explosive Boy" o como el "Maldito del amor". A lo largo de su corta eda...