Capítulo VI - Problemas

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Una vez que ya hayas difuminado el corrector es momento de aplicar la base según el tono de tu piel...

Dio click por un momento al vídeo de maquillaje para poder enfocarse en el espejo y poder "difuminar" o como él entendía embarrar bien aquella mancha de color verde claro que se había colocado en su mejilla derecha sin embargo no lograba ningún éxito por lo que hizo presión en aquella zona, grave error.

— ¡Maldita sea! —Gritó a todo pulmón Katsuki al sentir el dolor en la gran hematoma que tomaba forma en la nívea piel de su mejilla, con coraje proseguía con los movimientos bruscos pero solo obtenía que el color abarcara más de su piel por lo que se rindió y ahora tomó aquel frasco de color blanco para agregar varias gotas de base.

Al cabo de unos pocos minutos terminó con el cubrimiento en su rostro sin embargo al mirarse en el espejo descubrió la obra maestra.

— ¡Me lleva la-! —Con enojo tomó aquel corrector que había elegido para después leer la marca de este y continuar maldiciendo. — ¡Maldigo quién haya inventado este maldita cosa del infierno! —Sin más azotó contra la mesa aquel labial extraño.

Lo que no sabía el rubio cenizo es que aquel producto era en realidad un labial de efecto secado inmediato, el cual duraba alrededor de 10 horas.

Furioso tomó ahora su móvil para llamar a la caballería, y esa caballería tenía un nombre:

— ¡Cara redonda! —Hablaba con su móvil en un tono desesperado. — Tienes 15 minutos para llegar a mi departamento, no preguntes y trae tu bolso de brujería. Si tardas, te mato. —Al terminar aquella llamada el rubio se dispuso a intentar limpiar su pieza, pues prácticamente su sala de estar estaba patas arriba, como si un huracán hubiera pasado... 

Un huracán llamado Enji.

Quince minutos después se escucharon unos toques en la puerta principal así que Bakugou se acercó a esta para abrirla, olvidándose completamente en haberse quitado el desastre en su rostro. Al abrirla notó como los marrones ojos de su compañera y amiga Ochaco Uraraka se abrían de golpe y una mueca en su sus labios se formaban antes de empezar a soltar un sinfín de carcajadas mientras soltaba el bolso de maquillaje en el suelo para abrazar su abdomen.

— ¡¿Bakugou?! —Preguntaba entre risas la castaña de cabello corto. — ¡¿En verdad eres tú?! ¡¿No me equivoque y llegue a un burdel de Drag Queens? —Proseguía entre carcajadas la menor.

Aquellos comentarios hicieron que Katsuki entrara en calor, pues dio un último intento en "arreglar" su rostro para estar presentable para la joven maquillista pero solo obtuvo como decía, algún tipo de Drag Queen.

— ¡MUERE!

🌻

— Lo siento, Bakugou-kun —Hacía alrededor de 10 minutos que la joven castaña continuaba pidiendo perdón por el incidente al llegar al departamento del modelo, pues era la única impresión que tenía al verlo.

— Tsk... ¿Si digo que si dejarás de joderme? —Preguntó ya fastidiado el ojicarmín mientras hacía su típico ceño fruncido mientras era limpiado con desmaquillante su rostro de forma delicada.

— ¡Si! —Respondió Ochako con una sonrisa en sus labios para después dedicarse a asear el rostro de su amigo.

Aquella chica castaña de cara redonda era compañera de trabajo y amiga de Katsuki alrededor de unos 2 años, en su antigua agencia era exclusivamente su maquillista. Al principio ambos no eran compatibles para nada en lo absoluto por lo que era inevitable que cada día en que venía a trabajar el rubio terminaran en una pelea y siendo regañados por su primera pareja, Tsunagu Hakamata. Por el paso del tiempo se dieron una oportunidad de conocerse y para milagro ambos tenían cosas en común, como la música, hobbies e incluso algunas comidas.

Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora