Capítulo IX - Pasado pt. 3

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ADVERTENCIA

🌻Este último capítulo será narrado por Bakugou.

🌻Narración de pelea, posiblemente mala porqué nunca he escrito una(?)

🌻 Errores ortográficos serán editados.

🌻Posible violación(?).

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Voces, miles de voces se escuchaban a mi alrededor... Mi cabeza da vueltas, es como si tuviera en estos momentos una resaca, pero... no he bebido últimamente. Mi visión estaba borrosa, ¿Dónde mierda estoy? Trato de abrir mis ojos pero mis parpados estaban demasiados pesados. ¿Qué fue lo que pasó?

Verga, me duele la nuca y todo el cuerpo, en especial mi abdomen. ¡Vamos imbécil recuerda!

A ver... Recuerdo que me encontraba en Stigma House, hoy es mi primer día de trabajo: Había estado repartiendo bebidas a los invitados hasta alrededor de las 3 de la mañana, el hombre que me había contratado me pidió que fuera hacia una de las habitaciones de la mansión para irme a vestirme con mi segundo guardarropa de la noche así que le seguí a dicho lugar.

Aquel hombre de traje me dejó completamente solo para que pudiera desvestirme a mi gusto, en realidad me sentía muy contento al tener un buen trabajo a lo cual me pagarían de lo mejor así podría ayudar a mi viejo con el dinero de la operación de la vieja bruja. Mientras me despojaba de mis ropas pude notar que la habitación estaba decorada al estilo victoriano: los muebles estaban en un tono caoba oscuro, la cama portaba una manta y almohadas de color vino, tipo sangre, un color realmente que me agradaba, había un gran ventanal al final de la habitación al cual me daba iluminación con ayuda de la luna.

Estaba a punto de tomar mis ropas -que se encontraban sobre la cama- pero por un momento de dispuse a acercarme hacia al mirador para observar como la cuidad me regalaba una vista, al parecer aun había personas que seguían despiertos. Un ruido hizo que interrumpiera mis pensamientos, estaba seguro que había colocado la cerradura a la puerta para poder estar más a gusto, se puse alerta hacia mi invitado nocturno, pensaba en darle una golpiza por haber interrumpido mi rato a solas así que al instante en que me di vuelta aquel extraño se adelantó tomando con fuerza mi brazo derecho retorciéndolo detrás de mi espalda causó que soltara un suspiro de queja mientras que su mano libre trataba de colocarme un extraño paño en mi nariz y labios, por suerte con mi brazo libre le acerté un fugaz pero firme impacto en su abdomen, provocando que el hombre me soltara de golpe.

Noté como se quejaba y se encogía en su lugar por el dolor, aproveché ese momento para tomarlo por sus cabellos para chocar su rostro contra una de las paredes.

Una, dos, tres

En la habitación solamente se escuchaba el sonido limpio de cada choque de su rostro contra el frío concreto, nadie se metía en mi camino y menos un maldito bastardo. Estaba demasiado entretenido dándole su merecido que no me di cuenta que ahora entraban dos más personas para detener mis movimientos, en un principio pensaba que era la seguridad pero fue un error. Dos hombres me tomaron de los brazos para inmovilizarme, gruñí de enojo al no poder realizar algún movimiento, mi enojo e ira subían de tono cada vez que trataba de zafarme sin embargo un golpe llegó a mi rostro causando que soltara un poco de sangre y así siguieron los golpes pero ahora por todo mi cuerpo, no podía hacer nada...

¡Maldita sea!

Luego de unos pocos minutos los golpes se detuvieron, sentía mi anatomía arder de dolor, la sangre escurrir de mis labios y nariz. Nunca en mi vida me habían tratado como saco de box, normalmente yo lo hacía con los imbéciles que se cruzaban en mi camino pero esta vez era diferente... Pude sentir como uno de los hombres me tomaba por mis brazos para colocarlos detrás de mi espalda, escuche el ruido de algo metálico chocar y por el rabillo de mis ojos observé que eran unas esposas, inmediatamente cambié las posiciones, colocándome ahora detrás del sujeto para abrazarle por sus caderas y con toda mi fuerza, levanté su cuerpo llevándomelo hacia atrás para impactar su cabeza contra el suelo. Pude escuchar cómo se quejaba, lo solté para ahora encargarme del segundo bastardo, en esta ocasión solamente lo cogí de sus ropas para levantarlo del suelo y lanzarlo con furia hacia una de las mesas de cristal.

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