Capítulo 21: Volver

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Katniss

— Regresaremos al doce, ¿vas a volver con nosotros? —me pregunta Haymitch.

Me gustaría permanecer en este lugar, sentada esperando a Peeta, esperando a que regrese a mí, amándome como antes; pero no es eso lo que va a ocurrir.

Al menos no por un largo tiempo.

— Sí —contesto —, no puedo estar en un hospital con los niños.

— Sabes que podemos quedarnos con ellos, no es ninguna molestia.

— Te lo agradezco, pero ya estuve mucho tiempo alejada de ellos, y no pienso en dejarlos solos ahora que ese hombre anda suelto por ahí.

Él le hizo daño a Peeta, no podría soportar que lastime a mis hijos. Lo sabía, sabía perfectamente que esta nueva realidad en la que vivo estaba siendo demasiado buena para ser real.

Y nada es tan fácil como parece.

— Entonces nos vamos a preparar las maletas y buscar a Elizabeth.

— Los acompaño, no tengo gran cosa que hacer aquí —digo, sé que una cosa es estar al lado del Peeta que me quiere y otra completamente insana estar al lado de alguien que ahora me odia.

— Apuesto a que en esta ocasión él no intentará matarte.

¿Matarme?

Me detengo de golpe frente a las puertas de cristal, tropezándome con mis propios pies al darme cuenta de que en algún momento la misma situación se salió de control por completo.

Algo mucho peor de lo que me pude haber imaginado.

— ¡Haymitch! —exclama Effie endureciendo sus facciones — Deja de ser tan directo.

— No es mi fuerte, mujer —responde el aludido.

Mi mente parece viajar lejos en cuestión de segundos, ignorando la pequeña discusión de la pareja frente a mi, la palabra «matar» inunda mis pensamientos.

Sé que la familia perfecta que he estado disfrutando podría terminar si Peeta no logra recuperarse. Dos niños con un padre loco es completamente inaceptable, tal vez ni siquiera yo esté segura ahora, y lo peor es que nada de esto es culpa de Peeta.

— Necesito ir al hotel.

Tomo de las manos a mis hijos y pido un taxi, al llegar al hotel e ingresar a la habitación, la encuentro del mismo modo en que la dejamos, lo único distinto es la cama que parece estar bien arreglada y encima de las sábanas descansa una caja, como un regalo.

Desconfiada llevo a los pequeños frente al televisor y los dejo entretenerse allí, mientras me acerco a la cama y tomo entre mis manos la caja para abrirla con cuidado y vacilación.

Como si no pudiera empeorar más la situación, me encuentro con algo que ya había visto antes; la misma muñeca que me fue arrojada cuando llegué a la fiesta; la muñeca que representa, claramente, a mi hermana pequeña Prim.

Ni siquiera la toco, suelto la caja y la cierro nuevamente para arrojarla por la primera ventana más cercana, veo cómo gira y queda atrapada en una de las tantas copas de los árboles que están a metros abajo de nosotros.

Recojo todo lo que puedo, tanto mis pertenencias como las de Peeta y de nuestros hijos, finalmente los tres nos cambiamos de ropa antes de abandonar por fin este asqueroso lugar.

— Papá... —balbucea Rye, y sé que tanto él como su hermana lo echan de menos, al igual que yo.

— Él estará bien.

Tiempo » [Katniss & Peeta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora