Victorian Boy » larry stylinson | Traducción Oficial

• CAPÍTULO XXII •

Capítulo dedicado a:

Hazz-loves-lou, AnaVLs, RoStylinson69, NotHeartbroken_, _flan_, MarBris, pescetti, Pr0serpina_, petitelouie

No entiendo por qué todos se alteran cuando empiezan a hablar sobre sus roles en la cama. Yo no puedo decidir quién será tops o no, pero sin duda alguna, soy feliz con ambos en esa posición. Pero por supuesto, esa sigue siendo mi opinión.

Disfruten el capítulo (o casi...)

Pidan dedicaciones aquí.

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"Para algunos de sus más ardientes entusiastas,  el ajedrez se ha elevado a una ciencia o a un arte. Su verdadera y principal característica parece radicar en aquello que más gusta a la naturaleza humana: en el combate"

— Emanuel Lasker

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     Harry capturó el peón de Louis. 

     Yacían tumbados sobre la cama de dosel con batas de cachemira, las cortinas de dosel se cerraban a su alrededor, la cama se había convertido, pues, en un dormitorio dentro de una habitación.

     Había una bandeja de servir color plata al lado del tablero de ajedrez con bollos, bayas y té. Louis se llevó la taza de porcelana a los labios mientras contemplaba su siguiente movimiento.

          —Has dejado a tu rey en el centro del tablero. No está protegido. No enrocarlo es muy arriesgado —Harry le reprendió—. ¿Pensé que habías dicho que jugabas ajedrez con tu hermano? 

     Louis inclinó su torre hacia adelante.

          —Jugábamos. Pero era su hermano menor, me dejaba ganar.

     Harry capturó al vulnerable caballo de Louis. 

          —Tú no eres mi hermano. No haré tal cosa.

     Louis frunció el ceño. Él sobresalía en juegos intuitivos como el póquer, donde podía engañar a su oponente y ocultar su mano. En los juegos de estrategia como el ajedrez, en donde sus piezas se encontraban encima del tablero y su oponente podía verlas, demostraba ser más difícil. 

     Era casi mediodía. El sol atravesaba la tela de dosel iluminando el tablero a cuadros y las piezas de marfil. Estaba lo suficientemente liviano bajo el dosel para saber que un nuevo día había comenzado, pero lo suficientemente oscuro para fingir lo contrario.

     Louis se sentía amoroso y tentado de olvidar el juego de ajedrez pero pensó que era prudente seguir el ritmo. No estaba seguro de que pudieran moderar sus pasiones. El pecho enrojecido de Harry traicionaba a su excitación pero él también actuaba como si estuviese cautivado por el juego.