"Lamentando el pasado y con la esperanza puesta en el futuro, nunca conforme con el presente: eso es lo que paso toda mi vida haciendo"
—Piotr Ilich Chaikovski
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La primera vez que había ido a Moscú, William lo había hecho como un sirviente. En su segunda visita, era considerado un prodigio.
Toda su vida se había enseñado a sí mismo a ser invisible, sirviendo a su amo en silencio. Ahora, se esperaba que lo vieran y aún más importante, que lo escucharan. Lejos de los aposentos lujosos en los cuales se había quedado cuando había viajado junto al duque, Piotr Chaikovski vivía modestamente en una pequeña pero encantadora casona cerca de los Bolshói.
William dormía en las habitaciones para invitados, reservadas para los pupilos más prometedores del compositor. Se levantaba temprano cada mañana, pulía sus zapatos, planchaba su camisa y recitaba el mismo mantra: Soy una persona diferente. Nunca volveré a ser lo que alguna vez fui.
Piotr se levantaba incluso más temprano. Estaba despierto antes del amanecer.
Tras la obra de Shakespeare, el compositor estaba preparando su decimoctavo opus, La Tempestad, una sinfonía de fantasía en Fa menor. Lo estaba consumiendo.
Era muy diferente a su vida junto al duque, quien no trabajaba y mucho menos dormía hasta pasado el mediodía. Lo que valoraba Piotr por encima de todas las cosas, eran la disciplina y la rutina.
Ni siquiera tomaba un carruaje al teatro, caminaba bajo el frío glacial. Era, de nuevo, parte de su rutina.
Atravesaban San Clemente, la iglesia con cinco cúpulas cubiertas de nieve y el monumento de bronce a Minin y Pozharski en la Plaza Roja. Una paloma posada en la mano de Minin, que se extendía orgullosamente hacia el Kremlin de Moscú.
William estaba templando, incluso con su nueva capa y su sombrero de piel. Piotr le había preguntado si prefería tomar un carruaje y agitó la mano hacia el cochero. No obstante, cuando el caballo se acercó, se asustó y dejó escapar un relincho temeroso.
El chico pasaba sus días entrenándose en el conservatorio donde Piotr alguna vez había enseñado y sus noches con los Bolshói, mirando desde las vigas como el colega de Piotr, Nikolái, dirigía la orquesta. El compositor se paseaba detrás del escenario con una oreja crítica. Nunca aplaudía. La menor desviación de su partitura lo volvía loco.
Tenía un gran interés en los estudios de William y vigilaba de cerca su progreso. A petición del compositor, el chico tocaba cada noche para él.
Una noche, durante la cena, Piotr colocó sobre la mesa su tenedor y cuchillo y le pidió a William que tocara una pieza de La Tempestad.
Por miedo a decepcionarlo, William interpretó la obra sin ningún error.
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Victorian Boy » larry stylinson | Traducción Oficial
FanficHarry, el duque virgen de Somerset, sabe poco del amor, mientras que Louis, el astuto duque de Warwick, sabe demasiado. Cuando ambos duques asisten juntos a la cacería anual de zorros en Yorkshire, Harry se encuentra a sí mismo tendido sobre la cama...