Fue escrita por el poeta, narrador, editor, antólogo y periodista hondureño Froylan Turcios, inspirándose en las personas y en el paisaje de su país natal, Honduras.
¡Bendiga Dios la pródiga tierra en que nací! Fecunden el sol y las lluvias sus campos labrantíos; florezcan sus industrias y todas sus riquezas esplendan magnificas bajo su cielo de zafiro.
Mi corazón y mi pensamiento, en una sola voluntad, exaltarán su nombre, en un constante esfuerzo por su cultura.
Número en acción en la conquista de sus altos valores morales, factor permanente de la paz y del trabajo, me sumaré a sus energías; y en el hogar, en la sociedad o en los negocios públicos, en cualquier aspecto de mi destino, siempre tendré presente mi obligación ineludible de contribuir a la gloria de Honduras.
Huiré del alcohol y del juego, y de todo cuanto pueda disminuir mi personalidad, para merecer el honor de figurar entre sus hijos mejores.
Respetaré sus símbolos eternos y la memoria de sus próceres, admirando a sus hombres ilustres y a todos los que sobresalgan por enaltecerla.
Y no olvidaré jamás que mi primer deber será, en todo tiempo, defender con valor su soberanía, su integridad territorial, su dignidad de nación independiente; prefiriendo morir mil veces antes que ver profanado su suelo, roto su escudo, vencido su brillante pabellón.
¡Bendiga Dios la pródiga tierra en que nací! Libre y civilizada, agrande su poder en los tiempos y brille su nombre en las amplias conquistas de la justicia y del derecho.
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Honduras
Não FicçãoPor guardar ese emblema divino marcharemos ¡Oh Patria! hacia la muerte generosa será nuestra suerte si morimos pensando en tu amor. Defendiendo tu santa bandera en tus pliegues gloriosos cubiertos serán muchos Honduras tus muertos pero todos caerán...