TROIS

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París, Francia.

[Gisselle]

Mierda, mierda.

Me dirigí sigilosamente hacia la salida, esperando no toparme con Hoseok, no sé que demonios sucede con él, pero siempre que trato de estar lejos de él, pareciera que un imán se activa y no puedo quitármelo de encima.

Por favor, que ésta vez sea diferente, por favor, por favor.

Genial, estoy a  mitad del campus, caminando, casi corriendo, necesito salir de aquí sin llamar mucho la atención, pero al parecer no lo estaba logrando, sentía la mirada de todos sobre mí, pero muy seguramente sólo era cosa mía. 

Mi teléfono comienza a sonar, lo que hace que de un respingo. 

Llamada entrante:

Sunshine

Estaba por contestar, cuando siento como alguien arrebata de mis manos el teléfono.

- ¿Hola? Sí, ella no te puede atender ahora mismo, por favor intenta contactarla más tarde.

El que había arrebatado el teléfono de mis manos y contestado no era otro más que Seok Jin, la falsa voz con la que contestó era muy suave y ligera, hasta podría decir que afeminada. No sabía que él podía cambiar su voz tan radicalmente.

- J-jin, ¿qué haces aquí? Se suponía que llegarías en diez minutos... 

- Gisselle, ya pasaron, pero bueno, eres distraída así que no me sorprende que tu percepción del tiempo sea mala, aunque es extraño ¿no? Digo, una bailarina debería tener muy bien contemplado el tiempo siempre, pero nuestra querida Gi, es un caso especial. - Sonríe y me da una palmada en la espalda. 

- Basta, no soy tan distraída y tampoco es tan raro que eso suceda... Pero dime, ¿qué es lo que necesitabas hablar? - Esta situación se volvía cada vez más rara, ¿será algo tan malo que se avergüence de decirlo en público? ¿tendrá alguna enfermedad rara? 

- Mira, no quiero sonar grosero, pero debemos irnos de aquí, nunca se sabe quién pueda estar escuchando. Vamos a otro sitio. - El usual tono de voz amable que usaba, se había desvanecido por completo, contadas son las veces que he oído la seriedad de su voz, realmente debe ser algo importante.

- ¿Iremos a la cafetería más linda de todo París? - Le dije con alegría en los ojos, realmente amo su cafetería, de cierta manera también lo decía para intentar relajar el ambiente, pero al parecer este comentario no ayudaba mucho a la situación.

Me tomó del brazo y comenzamos a caminar a un ritmo lento y mecánico. 

- No, si Hoseok quisiera encontrarte sería al primer lugar al que iría. - A estas alturas, parece un fugitivo de película, al parecer lo tenía todo fríamente calculado. 

- Seokjin, me estás asustando, ¿qué sucede? - El ambiente cada vez se sentía más tenso, tanto que fácilmente podría ser cortado con un cuchillo. 

- Espera a que lleguemos, ¿sí? Te prometo que no es nada malo. - Dejó de hacer presión en mi brazo, se le podía notar un poco más tranquilo, pero la mirada de sable aún estaba ahí, analizado cada una de las posibilidades. 

Louvre Montanna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora