Louvre Montanna.

SEPT

27 de Noviembre. París, Francia.

[Gisselle]

El camino fue genial, risas y futuros planes de fin de semana. Hicimos acuerdos de como pagaríamos las facturas. Siempre quise ser roomie de alguien. 

Llegamos a Le Palais Rose, fuimos recibidos con una amplia sonrisa, como es costumbre, aunque ésta vez no era como habitualmente lo era, estoy segura que es por mi compañía y todo lo que hablamos hace un rato. Cuando Jin entró en cuenta de nuestra actitud esa sonrisa cambió a una mirada desconcertada.

- ¿Hay algo sobre lo que me quieran contar chicos? - Me veía fijamente, mientras limpiaba su zona.

- Sí, en realidad sí. Pero no estoy segura sobre cómo decirlo Jin. - Lo miraba con tanto temor de que fuera a explotar. 

- ¿Hablas en serio Gisselle? - Detuvo sus actividades y sonaba molesto. 

- Aún no ha dicho nada Jin, creo que primero necesitas escuchar lo que tiene que decir. - Hoseok le dijo calmado pero firme. 

- Gisselle no tiene nada más que decir, porque esas simples palabras me transmitieron todo. Se mudará contigo ¿no es así? - Después de decirle eso al pelinegro, me vio a los ojos, los cuales se pusieron cristalinos. 

- Sí, pero no quiero que esto sea una causa para pelear o incluso distanciarnos. - Aún con la mirada cristalina, hablé con firmeza. 

- Eso lo entiendo a la perfección Gisselle, pero hablamos. En fin, no me alejaré sólo por eso, te dije que no lo haría, además dime ¿qué clase de amigo y persona sería si lo hiciera? - Su mirada y cuerpo se relajaron. - Lo que ahora me preocupa es que vayan a tomar malas decisiones por su juventud.

- Vamos Jin,  Gisselle tiene 20 y yo 23, ya no somos niños y tú no eres tan mayor. - Se soba la nuca. - Por cierto, gracias.

- Pues mis 25 años, son más que los suyos. He aprendido a la mala, así que si pueden tomar un consejo de alguien mayor que ustedes, háganlo. - Nos da la espalda para preparar las bebidas que de costumbre pedimos. 

- Gracias por entender y apoyarnos Jin.- Le digo casi sin verlo. 

- Gisselle, no tienes nada que agradecer, los verdaderos amigos estamos aquí en las buenas y malas. No me parece adecuado que vivan juntos, pero no hay nada más que hacer, mas que apoyarlos e intentar que vean las cosas de otros ángulos.

- Muchas gracias aún así, lo agradezco y aprecio tener a alguien como tú en mi vida. - Esta vez lo veo a los ojos.

- Jin,¿podríamos pedirte un favor? - Hoseok habla sereno.

- Ya les hago muchos, ¿no? - Dice con autoridad y desdén finjido.

- Sí, pero en verdad necesitamos uno más. - Ahora habla Hoseok, hace cara de cachorro y un tono de voz más dulce.

Suspira. - Díganme en qué puedo ayudarlos-.  Dice resignado. - Chai para Gisselle, aquí tienes. - Me extiende una taza.

- Pues verás - Tomo un sorbo de mi té antes de continuar. - Necesitamos algunas cajas para la mudanza. - Me alegra tener este tipo de amigos, los cuales no dejan un amargo sabor de boca después de un tema algo turbio como este.

                               ****

[Seok Jin]

Por mi mente pasan miles de cosas, ¿acaso no escucharon una palabra de lo que les dije?  

- Claro que las tengo, veanme en la puerta trasera, en cuanto terminen sus bebidas. - Extiendo una taza a Hoseok. - Pero antes, necesito preguntarles algo.

- ¿Qué cosa Jin? - Gisselle me observa mientras toma de su taza.

- ¿Me lo están confirmando? - Sentencio, clavo mis ojos fijamente en ambos.

Hoseok se atraganta con su café y se apresura a contestar. 

- No. - Tose. - Sólo somos amigos, ya te lo había dicho. - Me lanza esa mirada que significa "cállate". Una de las razones por las cuales no me parece que vivan bajo el mismo techo, pobres.

- Entonces... ¿Vamos atrás? - Gisselle se levanta y sale por la puerta principal.

                               ***

[Gisselle]

"Sólo amigos".

                               ***

[Hoseok]

-Oh, Jin. Tenías que hablar, ya te había hablado de eso el otro día. Le diré en el momento adecuado. No quiero perjudicar sus estudios y los míos tampoco, además después del intenso momento.- Hago una pausa. - Gracias amigo. - Lo miro. 

- Disculpa, pensé que habías cambiado de opinión. Vamos a alcanzarla, no quiero que se enfade. - 

Veo como sale de la estación de café y se dirige a la parte trasera de la tienda. Me levanto y hago lo mismo, pero salgo por la puerta del frente. 

Rodeo la calle y me encuentro con Gisselle y Jin, están charlando y ella parece molesta y él al parecer intenta explicarse. Puede que hablen de algo delicado después de lo de hace un instante.

- No, no y no, jamás terminaremos hoy. Y ¿en patineta?  ¿en serio? Quieres que nos rompamos algo, ¿verdad? - Gisselle se cruza de brazos. 

Oh, ahora todo tiene sentido. 

- Ah... De acuerdo no quería hacer esto.- Suspira mientras saca algo de su bolsillo. - Toma. - Le da a Gisselle unas llaves. - Esto reafirma mi confianza en ustedes, no lo arruinen. 

- ¡Wow! ¿De verdad? Te lo agradezco tanto, ¡gracias, gracias, gracias! - Se lanza a su cuello y lo abraza, mientras besa sus mejillas. - Eres el mejor Jin.

Finalmente corre hacia mi y me toma de la mano, para arrastrarme con ella a algún lugar.

- ¿A dónde vamos? - Digo mientras aún me arrastra con ella.

- Jin me prestó la camioneta, las cajas están en la parte de atrás, así terminaremos o avanzaremos más rápido, ¿no es genial? - Al fin me suelta, para poder montarse en la camioneta.

Me subo del lado del co-piloto, pongo las mochilas atrás, junto con las cajas. Arranca, comienza a conducir y enciendo la radio. Comienza a sonar una de mis canciones favoritas, "The last".

- Hey, hemos llegado, deja de fantasear con Yoongi. - Dice mientras apaga el motor de la camioneta, bajamos y ponemos los seguros, cada uno de su lado.

- No fantaseo, sólo me gusta demasiado su rap. - Camino al interior del edificio.

Una vez en el departamento, con las cajas, comienza a guardar mi libros e historietas, cuando termina de guardarlos, cierra la caja y escribe con plumón "Libros e historietas <3". No creo que haya sido necesario. 

Me dirijo a la habitación principal y guardo mis zapatos. Una vez que llenamos las cajas que subimos, bajamos y las colocamos en la camioneta. Repetimos el proceso hasta que las cajas se terminaron.

Ahora, nos dirigimos al departamento de Gi, nuestro departamento. No puedo creer que al fin podré tener un lindo momento fraternal y divertido, lo estoy teniendo. Creo que al fin me siento libre después de tanto.