SEIZE

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[Gisselle] 

Han pasado los días fluidamente y este fin de semana ha sido una tremenda locura, terminamos la mudanza de ambos departamentos, es increíble que en tan pocos días todos nos estemos llevando como si siempre nos hubiéramos conocido, aunque realmente Tae tiene lagunas momentáneas y se aleja, lo entiendo, pues está en un país nuevo con desconocidos que tratamos hacer de su estancia un buen momento. Sunshine me ha dicho que le deje acomodarse, que posiblemente esas lagunas pasen con el tiempo, debemos darle su espacio y dejarlo descansar. 

Hoy es Lunes, realmente estoy ansiosa por llegar a la escuela y conocer al fin al muchacho nuevo, estoy muy segura que amará la escuela y las aulas. 

Luego de toda la rutina matutina a la que últimamente se han sumado un par de actos lindos y húmedos, salgo del departamento sin olvidar la patineta y cerrar con llave. Decidí tomar el camino largo e ir por las escaleras, jamás me cansaré de las pinturas que adornan las paredes, justo de bajo de cada una de estas hay una mesita con un pequeño florero y dos wisterias, son flores que dan un muy buen aroma a todo el lugar y por supuesto, son hermosas y me transmiten una paz y tranquilidad que no sé cómo describir.


                                                                                 .. x ..  x .. 

La noticia de quien es ese misterioso chico nuevo me ha caído como balde de agua fría, jamás imaginé que sería Tae, mi nuevo vecino, uno más de los chicos. Aunque pensándolo mejor, no será algo incómodo pues ya tenemos un par de días de conocernos así que haré un mejor trabajo, pues realmente quiero que sienta este santuario de las bellas artes como un segundo o tercer hogar. 

Me dirijo al edificio donde se encuentran las oficinas de los directivos, para recoger a mi nuevo amigo y poder mostrarle las instalaciones como el arte manda. Todo esto me complace demasiado, ya que tengo todo el día para mostrarle uno de los lugares que más amo, es un templo del arte y del amor, sí, sólo por estar en París, la ciudad más romántica del mundo. 

Justo antes de entrar al edificio tomo una gran bocanada de aire, esto es emocionante. Entro sin más preámbulos a las oficinas y ahí veo una cabellera gris, al acercarme más me percato que está dándole una ojeada a algunos papeles del instituto. Toco tres veces la puerta antes de entrar, él aún no me ha visto, a pesar de los paneles de cristal que están entre la oficina y el pasillo. 

Los directivos me ven y sonríen con un gesto de la mano, indicándome que puedo pasar.

- Buenos días. - Sonrío a mis mayores y volteo a ver a Taehyung, no muestra el interés por saber quién será su guía. 

- Buenos días, Gisselle. - Contestan al unísono los directivos. En ese momento Taehyung volteó lentamente y sus ojos no pudieron ocultar la sorpresa.

- Hola, Taehyung ¿listo?. - Madame Ágnes arqueó una ceja, mostrando su incertidumbre, antes de que pudiera decir algo mi compañero, Madame Ágneshabló.

- Dime Gisselle, ¿cómo es que sabes su nombre? ¿Cloe te lo dijo? - Definitivamente no lo hizo.

- Ah, madrina. - Se apresuró a decir el de grisasea cabellera. - Sí, ya nos conocíamos, es mi nueva vecina, he estado conociendo a algunas personas gracias a ella. Por cierto, buenos días Gi. - Se levantó de su lugar mientras dejaba los papeles a un lado. 

- Entiendo, pero debo recordarte que enfrente de nadie más puedes llamarme de esa manera, ¿está claro? - Contestó la directora. 

- Bien, entonces no harán falta las presentaciones, es un alivio para todos, ¿no? - Monseur Gustave, comentó antes de que nadie pudiera decir algo. - Perfecto chicos, los dejamos continuar con sus actividades pendientes. Confiamos en ti, Gisselle. - Inclinó levemente la cabeza.

- No tienen nada de que preocuparse, si eso es todo nos marchamos, con permiso, Madame, Monseur. - Salí primera del despachó, Madame Ágnes le dijo algo a su ahijado, no pude escuchar el qué. Al salir mi nuevo compañero, cerró la puerta tras de si y me miró de arriba a abajo.

- Vaya, no creí verte en otro lugar que no fuera el departamento, ¿qué otras sorpresas tienes para mi? - Me dijo mientras acomodaba un maletín que colgaba de su hombro.

- Tampoco creí verte en otro lugar, supongo que es una sorpresa para ambos. En fin, sígueme, te mostraré el campus. - Comencé a caminar por el pasillo hasta salir del edificio. 

- Gi, quiero hacerte una petición. - Se detiene, hago lo mismo que él.

- Claro, dime ¿qué pasa? - Se acerca un paso a mi. 

- No me des el típico recorrido, no soy un turista. Muéstrame lo mejor que tiene la escuela, hagamoslo divertido, ¿estás de acuerdo? - Me miraba a los ojos, siento que de a poco este muchacho irá despertando. 

- Lo que usted pida. - Reí un poco. 

- Perfecto, entonces te sigo. Ah, otra cosa, deberás contestar todas mis preguntas. - A partir de ese momento ya no iba más detrás de mi, me alcanzó y así comenzamos el tour por la escuela. 

Habían pasado cerca de 40 min, para ese momento ya le había mostrado tres edificios y los salones respectivos a su horario, compartiríamos algunas clases. 

- Bien, Taehyung  ya que conoces lo primordial, ahora comienza lo divertido, ¿listo? - Le digo sin detenerme ni mirarlo. 

- Vaya, que alivio, ya comenzaba a aburrirme. - 

- Bueno, es una fortuna que comenzaremos con la diversión, ¿por donde quieres comenzar? ¿Un jardín secreto o un salón genial?

- No conozco este lugar, así que guíame.

Escuchando esas palabras, le hago un gesto con la mano al muchacho para que me siga, continuamos caminando, llegó un punto en el que nos alejamos un poco de todos los edificios, estábamos situados en medio de un pequeño jardín con unas mesitas y una fuente de pared, una a cada lado de la entrada, eran pequeños querubines a los cuales les salía agua de entre los labios. Un momento totalmente relajante, pero un tanto extraño, mi acompañante me tomó de la muñeca. 

- Necesito que me hagas una promesa, justo aquí antes de que alguien llegue. En realidad es más un llamado de ayuda con promesa. - Me mira directo a los ojos, los de mi interlocutor estaban cristalizados, realmente lo que debe estar por pedirme podría ser algo difícil. 

- Promete que no me dejarás solo y me ayudarás a encajar con todo este caos, es decir que me ayudes con el caos que soy ahora para poder encajar con la maravilla de mundo que tengo ante mi. - Sujeta más fuerte mi muñeca y agacha la mirada. - Lo siento Gisselle, no quiero obligarte a nada, pero realmente no sé qué más hacer, ni a quien acudir, estoy solo aquí y se supone que nadie debe saber lo de mi madrina, me siento sólo y ya no quiero eso más. - Suelta el agarre.

- Te ayudaré, pero me será imposible si antes tú no haces nada por ti. Es bueno reconocer que necesitas ayuda y te la brindaré, pero ahora tú promete que no le alejarás y que si necesitas tu espacio sólo lo dirás y no sólo correrás a refugiarte. Tae, desde el momento que pisaste París, tu nueva familia somos nosotros, tus amigos y estaremos  ahí siempre que nos lo permitas. - No entendía el porque se su solicitud, pero lo que decía era en serio, siempre que esté en mis manos ayudarlo, lo haré.

- Gracias Gisselle, me reconforta escuchar eso, espero que los demás también piensen lo mismo, realmente me encantaría tener una familia tan linda y poder tirar el pasado a donde pertenece.

- Oh, eso me parece que sólo tú podrás hacer eso, nosotros no podemos interferir con las cosas que cargas, esa debe ser una decisión absoluta y completamente tuya. -

Después de esa charla no se dijo nada más y nos sentamos a contemplar el bello jardín que parecía congelado por el tiempo y olvidado por el resto de los alumnos.





Louvre Montanna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora