"Perfidia"
Mujer,
Si puedes tú con Dios hablar,
Pregúntale si yo alguna vez
Te he dejado de adorarÁmbar
Amanecía. Después de una semana las nubes se despejaban para dejar que el sol nos iluminara. Muy mal. ¿Por qué justo hoy las cortinas de mi cuarto están abiertas? Le he dicho a Amanda que las cierre cuando termine de limpiar, pero siempre lo olvida. Ahora recibo los rayos del sol sobre mis ojos, y con lo cansada que estoy no me dan ganas de levantarme.
Poco a poco comienzo a abrir los ojos, aunque con algo de dificultad. Cuando por fin enfoqué bien la vista, descubrí que no era mi habitación donde me encontraba, que no era mi ventana a través de la que estaba viendo... no era mi televisor donde André y yo veíamos por horas las caricaturas. No era mi cama donde había llorado en un sinfín de ocasiones, no era...
Al intentar salir de las sabanas me percato que un brazo, grande y fuerte, me tiene sujeta de la cintura, además de que me encuentro totalmente... desnuda. Voy volteando lentamente mi cuerpo para descubrir a Simón durmiendo tan plácidamente a mi lado. Su respiración es tranquila y su rostro demuestra que se encuentra relajado, una sonrisita tierna enmarca su rostro. Fue en ese entonces cuando un remolino de escenas, emociones, se agolparon en mi cabeza, y una opresión se hizo en mí al recordar lo que había hecho con el hombre que estaba en este momento justamente a mi lado.
Recordaba todo lo que sucedió... las caricias, los besos, cada movimiento... sus labios...
Te amo, Ámbar.
Las palabras que salieron de los labios de Simón mientras me hacía suya sonaron tan sinceras... tanto. Entonces ¿Por qué me sentía así... Como si hubiera cometido el error más grande de mi vida? Era una especie de culpa lo que oprimía mi pecho y no pude más...
Moví el brazo de Simón con cuidado para no despertarlo, tomé una de las sábanas que nos tapaban para cubrir mi cuerpo y después ir a buscar mi ropa. Abrí la puerta con discreción y caminé por el pasillo, un sonido salía desde la sala, fui hasta el lugar y vi que la televisión seguía encendida, seguramente la luz había llegado en la noche y es por eso que las luces de la cocina también están encendidas.
Me dirigí al baño a buscar la ropa que había traído ayer mojada. Ahora estaba casi seca, aunque no completamente. Aún así me la puse y volví a la habitación donde Simón dormía todavía, y el sentimiento de culpa volvió a mí, ¿Por qué? ¿Era eso realmente lo que quería, no? Entregarme completamente a él, pero algo dentro de mí decía que esto estaba mal.
Muy, muy mal.
Me acerqué hasta donde él dormía y me senté al borde de la cama. Las sabanas cubrían únicamente la parte baja de su cuerpo por lo que su pecho estaba al descubierto; nuevamente las escenas de la noche anterior me asaltaron y un escalofrío recorrió mi espalda, la forma en la que hicimos el amor había sido algo tan mágico, tan bello, ¿entonces por qué me siento como la basura más grande del mundo? ¿Será que yo no amo a Simón?
Es verdad, me gusta, pero decir que lo amo es hablar palabras mayores. Sí, debe ser eso, yo no amo a Simón, y lo de ayer fue una simple muestra de gratitud de mi parte. Simón se movió hacía donde antes yo estaba acostada y me asusté por su acción, sin embargo no despertó. Tenía que salir de ahí antes de que despertara, necesitaba aclarar mis ideas y... mis sentimientos.
Besé la frente del hombre que en estos momentos dormía como un angelito y salí del lugar, decidí ir a dar una vuelta por el parque, necesitaba un poco de aire para respirar y poder aclarar las dudas que nuevamente asaltaban mi mente y sobre todo... mi corazón.
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FRÍA COMO EL VIENTO |SIMBAR|
Fiksi Penggemar"Fría como el viento, peligrosa como el mar, dulce como un beso, no te dejas amar, por eso..."? ✨Esta maravilla de historia pertenece a Ángel Zafiro. Yo solo me dedico a adaptarla, espero que les guste!.✨