Epílogo.

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+5 años después+



El tiempo pasa vertiginosamente en la vida de las personas, tan rápido es su paso, que siempre procuramos vivir el día a día sin complicaciones, trabajando y luchando para que no le falte nada a nuestros seres queridos que, muchas veces, olvidamos el objetivo de nuestras metas y sueños. Sin embargo, la vida misma se encarga de cobrarnos cada uno de nuestros fallos. Y esta familia ya había pagado con creces su deuda.

Es por ello que cierto día de verano, los miembros de la familia Álvarez y la familia Smith se encontraban en la sala de la mansión Smith, esperando por algo.

-"¿Sabes para que nos citó tu padre aquí, Pedro?".- peguntó un hombre de cabellera canosa, David Álvarez, que el paso de los años hicieron que algunas canas comenzaran a salir en su sedoso cabello. Junto a él, su inseparable esposa Victoria, a quien los años hacían lo contario que su esposo, pues se veía tan radiante y hermosa como siempre.

-"No lo sé". –respondió el aludido. –"Me llegó un mensaje con mi secretaria diciendo que nos viéramos hoy a esta hora aquí".- contestó el mayor de los hijos del dueño de la industria automotriz más importante de Argentina.

Su semblante era serio y sus facciones más estilizadas, sin duda el matrimonio le había traído una responsabilidad muy grande al joven Smith, y ahora que esperaba a su primer hijo, junto con Delfina, a quien el embarazo le sentaba de maravilla, sus perspectivas de vida cambiaron, y ahora quería dar lo mejor para su nueva familia.

-"Me muero por saber qué nos mostrará, ¿será alguna nueva sucursal en Europa? No creo poder ir a la inauguración... a menos que espere a que nazca el bebé".- comentó Delfi, quien desde que supo que estaba embarazada, no había dejado de comprar, junto con su madre, ropa y accesorios en todas las tiendas de maternidad que visitaban.

-"Buenos días a todos".- saludó un jovencito de ojos verdes y cabellera negra, muy apenado de estar con la familia.

-"Oh, André, ¿Cómo estás?"

-"Muy bien, Pedro, no sabía que estarían aquí todos".- dijo mientras hacía una reverencia a los demás miembros de la familia.

André había crecido bastante en los últimos años, y aunque apenas tenía diez años, ya había alcanzado a su madre en estatura, su enfermedad estaba curada, aunque debía asistir a chequeos cada tres meses para ver que todo estuviera bien. Era un chico muy alegre, un estudiante muy inteligente, jugador de futbol en el equipo de su escuela, y admirado por muchas jovencitas de su edad. André estaba agradecido con los Smith, por permitir que él y su madre vivieran en la casa y darles todo lo que tenían ahora.

-"Mi padre nos citó a todos, dice que nos dará una sorpresa".- le comentó Pedro mientras lo invitaba a sentarse. André se convirtió en su segundo hermano desde que regresó a Argentina, no dejó de administrar las oficinas de Europa, sólo que ahora lo haría desde su hogar. Delfina también se había encariñado con el muchacho y al igual que su esposo, lo consideraba parte de la familia.

-"Vaya, vaya, ¿Qué hacen tan temprano por acá?".- la voz de Rey Smith hizo que los presentes lo miraran de forma extraña y se miraran entre ellos con curiosidad. –"¿Algo importante para hoy?".- preguntó, bromeando el dueño de la industria automotriz.

-"Tú nos citaste a todos hoy a esta hora".- dijo extrañado David señalando a todos, quienes estaban realmente desconcertados por la situación.

-"¿Yo?" –se extrañó. –"Que raro, yo no llamé a nadie"

-"En realidad, fui yo".- toda la familia observó a la joven empleada que venía de la cocina. Amanda se acercó a su hijo que permanecía sentado en un sillón individual de la sala. –"Yo llamé a sus secretarias y les dije que vinieran el día de hoy a la casa"

FRÍA COMO EL VIENTO                                          |SIMBAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora