Capitulo 25

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Narra Zayn

-Entonces, ¿tú decidiste vivir en el campus?- preguntó Joanna. Sonreí avergonzado.

-Despertarse temprano no es lo mío- admití. -Si viviera en un apartamento creo que llegaría tarde cada mañana. Especialmente, considerando que no tendría ningún compañero de cuarto dispuesto a despertarme. -rió.

-Te entiendo, créeme. Si fuera por mí, inventaría alguna especie de regla que no permita que una universidad dicte clases ante de las 8am.-

-Así que, ¿cómo pagas la renta y todo lo demás? ¿Trabajas en algún lado?

Sacudió la cabeza. -No, pero debería empezar. Mis padres se ofrecieron para pagar por todo lo que necesitara durante el primer año, es decir, hasta que me haya acomodado a la rutina y demás. Pero, teniendo en cuenta que ya estamos en el segundo semestre, supongo que debería ir pensando en qué haré.- hizo una mueca.

-¿Y tienes alguna idea de qué te gustaría hacer?- pregunté indiferente.

-Nop, no tengo nada- suspiró. La miré y sonreí, a la vez que una idea comenzaba a tomar forma en mi cabeza. -¿En qué piensas?

Una mesera en delantal rojo nos interrumpió en ese momento, con nuestros platos de pasta en sus manos. Los colocó enfrente nuestro y se retiró con un simple "Que los disfruten". Fijé mi mirada en Jojo nuevamente; ella me observaba con expectante pero a la vez con una expresión de pánico en su rostro, como si fuera a ofrecerle alguna locura.

-Bueno..quizás tenga algo. No es el mejor trabajo del mundo, pero la paga es buena...-

Se puso totalmente seria. -¿Es una estafa?- reí ruidosamente y noté por el rabillo del ojo que algunos de los otros clientes se voltearon hacia nuestra mesa.

-¿Qué? No, claro que no- dije entre carcajadas. Se relajó un poco y comenzó a reír conmigo. -Como dije, no es el mejor trabajo del mundo, pero estoy seguro de que te agradará...Además, me podrás ver más seguido..-le guiñé un ojo.

Me miró con ojos entrecerrados. -¿Estás coqueteando conmigo, Malik?

-Sí- admití. -Será mejor que te acostumbres- reí y ella puso los ojos en blanco. -Entonces, ¿qué dices? ¿Aceptas el trabajo?

-Ni siquiera me has dicho de qué se trata!- se quejó.

-Es..una sorpresa

-Oh Dios, eso no suena nada bien. Tiene que ser muy malo para que no me lo quieras decir..- reí.

-Juro que no lo es, sólo di que sí. Sólo confía en mí

-Confío en ti, Zayn.

Sonreí. -Bien, entonces tomarás el trabajo. Al menos inténtalo, si no te agrada puedes renunciar...-. Se lo pensó unos segundos y asintió.

-De acuerdo, tomaré el trabajo.- Sonreí ampliamente y ella me devolvió la sonrisa en señal de derrota.

Las calles camino a su apartamento estaban tan oscuras como una cueva. Parecía una escena sacada de algún relato antiguo que tenía a Sherlock Holmes como protagonista. Los adoquines húmedos debido a la constante llovizna emitían un único y acompasado sonido al encontrarse con la suela de nuestro calzado, rompiendo el silencio que se expandía por varias cuadras a la redonda. Plat, plat, plat.

-¿Tienes frío?- pregunté al sentir que se estremeció levemente.

-Un poco- admitió. Una nube de vapor blanco se extendió frente a su rostro; el calor de su respiración contrastando con el frío del aire. Me quité mi chaqueta de cuero y se la pasé sobre los hombros. Tomé su mano, entrelazando nuestros dedos, y acerqué su cuerpo más al mío, en un intento de transmitir el calor hacia su cuerpo más rápidamente. Levantó su mirada y me sonrió, a la vez que daba un pequeño apretón a mi mano. -Gracias.

En menos de cinco minutos, ya estábamos frente al complejo de apartamentos. Se volteó hacia mí para devolverme la chaqueta y quedamos observándonos el uno al otro por unos minutos. Esta situación resultaba un tanto incómoda. Decidí romper el silencio.

-Yo..-

-La pasé genial, Zayn- me interrumpió, sonriendo. -En serio, me encantó todo. Gracias..- no pude evitar devolverle la sonrisa.

-Me alegra escucharlo, yo también la pasé muy bien.- Y ahí fue cuando, por segunda vez en la noche, me encontré hundiéndome en sus ojos por segundos interminables. Lo interpreté como falta de descanso, era demasiado bobo como para que se me ocurriera otra razón.

Aprovechando que nuestras manos estaban aún unidas, tiré de ella suavemente y la acerqué a mí hasta sentir su respiración cálida pegándome en el rostro. Coloqué una de mis manos en su mejilla, me incliné hacia ella y deposité un beso sobre su pómulo, aunque quizás descansando mis labios en él un poco más de lo normal. A ella no pareció importarle mucho.

-Luego te llamo- susurré a medida que soltaba su mano y me alejaba un poco de ella. Sonrió ampliamente y asintió.

-Que descanses..

-Tú igual- me di la vuelta y me encaminé de vuelta hacia el campus.

Strong | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora