CAPITULO V

2K 214 55
                                    

Siempre estaré ahí

El curry picante que preparaba la señora Hyuga en la cocina, burbujeaba. Hana levanto la tapa de este dejando escapar su delicioso aroma que al instante invadió sus fosas nasales. Apago la llama de la estufa y volvió a taparlo para conservarlo caliente. El platillo ya estaba listo para ser degustado.

Fue en busca de platos y cubiertos, los cuales se encontraban en la alacena. Ya con ellos en mano, se dirigió al comedor donde los acomodo y enseguida los demás trastos.

En el momento en que coloco el último cubierto sobre la mesa, el sonido de la puerta principal azotarse la sobresalto. De manera inconsciente corrió hasta la entrada, al no ver nada extraño la relajo un poco; pero aun así tenía un mal presentimiento.

Subió corriendo las escaleras hasta llegar a la habitación de su única hija.

—Hinata —llamo y toco a la puerta.

Nadie contesto.

“Quizás este durmiendo” pensó al instante, pero el ruido que escucho con anterioridad no lo había imaginado y eso la mantenía preocupada.

—Hinata voy a entrar —y tal como dijo lo hizo.

Su corazón empezó a bombear sangre de manera agitada. El cuarto de la joven ojiperla estaba hecho un desastre, con el armario saqueado y los cajones del tocador en el suelo. Pero mas importante, Hinata no estaba ahí.

La azabache se desplomo sobre el suelo con las manos en el pecho y las lágrimas resbalando por sus pálidas mejillas. Tenía la mente en blanco y se le hacia imposible moverse.

Si eso se trataba de una cruel broma, ya quería que terminara.

Gateo hasta la cama y con ayuda de esta se puso de pie.

—¿Dónde... —miro a través del ventanal percatándose de la nota que había dejado el Uzumaki.

Las gotas saladas no dejaban de salir por los cristalizados ojos perla de Hana, pero aún así logro dibujar una pequeña sonrisa en su rostro y decir:

—Debería empezar a acostumbrarme, después de todo, los jóvenes hacen muchas locuras.

~♥~

La esquina estaba repleta de gente esperando que el semáforo peatonal les permitiera el paso. Hinata camino entre todas esas personas hasta quedar al frente y, en cuanto el color cambio a verde, continuo corriendo.

Sus pisadas eran rápidas y resonantes, apenas lograba ver el camino por el que pasaba. La idea de animar a Naruto era la que la guiaba.

—Ahí esta —detrás de los arboles del parque se lograba ver el enorme edificio de la universidad—, solo un poco mas de... ¡Ahh!

Una chica se detuvo a unos cuantos metros de por donde iba a pasar corriendo la Hyuga e inevitablemente chocaron cayendo una sobre otra.

Hinata se levanto de un salto, ya que ella había quedado arriba. Tomo del brazo a la otra chica y la ayudo a ponerse de pie.

—Lo siento —dijo rápido y miro a sus espaldas.

—Creo que yo debería disculparme —los marrones ojos de la chica miraron a Hinata de arriba a bajo.

La azabache sudaba por montones y su rostro era de un notable color rojo. Sus ropas estaba desalineadas y ni siquiera tenía las agujetas abrochadas. En pocas palabras, se veía fatal.

—Etto... —rasco su sien—, se que me veo terrible pero es porque llevo prisa. Así que si me disculpas —alzo la mano despidiéndose y se impulso para seguir corriendo.

You Belong With Me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora