CAPITULO XIV

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Sentimiento unilateral

Acerco su rostro al de ella hasta sentir su agitada respiración, sus miradas contrastadas de rubor chocaron antes de cerrar sus ojos y unir sus labios en ese anhelado beso.

Un beso lleno de confusión. Uno que, al menos Hinata, había querido desde que conoció al rubio. Solo que ahora, era diferente; y a pesar de que siempre lo quiso, no podía aceptarlo.

La Hyuga lo tomo por los hombros y se separó en un solo acto. El rostro agitado de Naruto se quedo inerte y sus azulados ojos recayeron en los suyos.

—No debemos —bajo la mirada y se rodeó así misma con los brazos—. No podría hacerle esto a Kiba-kun —murmuró.

—Yo... —el rubio se paso el dedo índice por los labios—, no se porque lo hice. Yo...

—Oye, Naruto—. En ese momento en el que Kiba me llamo y me dijo de forma hostil: —Te lo explicaré rápido, Hinata y yo somos pareja ahora—, mi cuerpo se lleno de rabia y mi corazón palpitaba muy rápido, sentía que se me salía del pecho. Solo pude ocultarlo poniendo una tonta sonrisa en el rostro. Pero esta vez no me resistí en demostrar lo que sentía, yo...”

—Quizá no debí venir... —abrió el pasador y abrió un poco la puerta.

—Hinata —susurró en un intento de grito. Ella volteó de inmediato temerosa—. Perdoname, no se lo que me hizo actuar de esa manera.

“Yo... La mire mas haya que una amiga, incluso dude sobre si verla como hermana.”

—Mantengamos esto en secreto —apoya las manos sobre el pecho—, ¿sí?

—Esta bien —soltó de manera apagada el ojiazul.

La azabache, al comprobar que el baño estaba de vuelta solo para ellos, abrió por completo la puerta del cubículo y fue directo al lavabo. Se empapó el rostro con agua fría y lo secó con un poco de papel que tomo de esa caja plástica negra junto a ella.

—Regresemos con los chicos —sonrió volteando a ver al Uzumaki.

“Aunque congeniamos solo un momento pude darme cuenta que...”

Naruto la siguió con cuatro pasos de diferencia y salió del baño seis segundos después que ella. Se detuvo antes de llegar a la mesa y miro como Kiba la rodeaba de los hombros con su brazo derecho.

—¿Por qué tardaste tanto? —pregunto curioso—, estaba a punto de ir por ti de lo preocupado que estaba.

—¿Tarde tanto? —le sonrió de lado.

—Tanto que los extraterrestres vinieron y declararon la Tierra como suya.

Hinata miro divertida el rostro del Inuzuka y empezó a reír a carcajadas con la mano cubriéndole parte de la boca.

Naruto, aun alejado se llevo las manos a la cabeza y camino para sentarse a lado de la rubia. Se disculpo por su alargada ausencia y escuchó la conversación que mantenían el castaño y la ojiperla.

“Me di cuenta de que no es arritmia, sino celos lo que siento al verte con Kiba...”

—Tú comerias todo lo que se mueva si te fuera posible—, comentó la Hyuga ante la nueva conversación.

—No puedo negarme —sonrió mostrando los dientes el Inuzuka—, solo que sería algo asqueroso si se tratase de un insecto.

La azabache apoyo su mano en la de él y le beso la mejilla.

—Con que no me comas en el desayunó eso me basta.

—Entonces serás la cena.

—¡Kiba-kun! —gritó alegre y lo golpeo ligeramente en el pecho.

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