CAPITULO XIX

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Corrigiendo el error parte I:
, yo y ella

¿Miedo?

¿Tristeza?

¿Melancolía?

¿Qué era ese extraño sentimiento saliendo de su pecho?

A cada paso que daba para acercarse a Kiba, ese sentimiento se iba intensificando.

Sentía que justo cuando llegara a su lado se desmayaría, o lloraría, o todo lo que dijera sería confuso, o saldría corriendo. Reaccionaría de cualquier otra manera menos de como en verdad quiere reaccionar.

—Justo estaba por ir a buscarte, amor.

Temblaba, y mucho. No sería fácil. Menos ahora con tal recibimiento. ¿Enserio? ¿Amor? ¿Cómo debía actuar? ¿Qué debía responderle? Con esa simple palabrita la dificultad de hablarle se multiplicó. Y más aún de terminarlo.

Ahora si que se trata de una misión imposible.

—Ho...la —masajeo un mechón de cabello con ambas manos—, Kiba-kun.

—Te notas rara, ¿sucede algo?

Obvio que sucede algo, pasa que ella quiere terminar contigo pero no puede porque eres demasiado lindo.

—Este, sí. Sucede algo —movía las manos conforme hablaba—. ¿Crees que podamos hablar sobre eso? Bueno, si tienes tiempo. Claro.

—Siempre tengo tiempo para mi persona favorita —sonrió ampliamente mostrando su dentadura.

Sí, confirmado, Kiba Inuzuka es un chico extremadamente lindo. Tanto que siente pena en tener que terminarlo. Si fuera otro tiempo y, quizá, si lo hubiera conocido antes, seguro lo amaría muchísimo. Pero eso no es así. Ella está enamorada por completo de Naruto Uzumaki, y si siguiera con el Inuzuka engañaría a su corazón.

—Pero aquí no —se limito a decir—. ¿Qué tal si vamos a un lugar más... Solitario?

Si el lugar en que se encontraban ahora no fuera el patio central de la universidad, con cientos de alumnos vueltos locos, y algunos normales; quizá sería el lugar perfecto para platicar.

—¿Y a dónde quieres que vayamos? —rió nervioso y acarició su nuca con la mano izquierda.

—Pues...

¿Cuál sería el lugar perfecto para terminar con alguien? Fácil: ninguno. En primer lugar, si sales con una persona es porque la amas; y en segunda, ¿para qué debería existir un lugar para tal cosa? El simple hecho de terminar con alguien es muy triste. No es como que se necesitara un espacio específico para recordar ese suceso.

—... ¿La biblioteca?

—No creo que en la biblioteca se nos permita hablar, Hinata —quiso reírse, pero en vez de eso tomo la mano de la chica—. Si quieres que hablemos, yo conozco el lugar perfecto.

—¿Dónde?

—Ya verás cuando lleguemos —camino unos pasos y su brazo se estiro un poco, puesto que Hinata no le seguía—. Vamos.

—Con que no sea fuera del instituto esta bien —alardeó—. Recuerda que tenemos clase en cuarenta y cinco minutos. Y yo tengo que presentar un examen.

—Nos tardaremos más si no nos movemos de aquí —volvió a jalar de su brazo.

—Bien, vamos.

En un soplo comenzaron a caminar, entre pasillo y pasillo, esquivando a cada alumno que se les ponía en frente y a los profesores también. Llegando así hasta la entrada principal del instituto. O, en este caso, la salida.

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