"SANGRE DE HADES" [H&L0.]MINSUNG [COMPLETO][✅]

⚔️III⚔️

Capítulo 3:Reencuentro

Con el cuerpo desecho Minho escupía su último atraco de sangre, con una voz que repercutió a lo lejos.—Cariño—sus ojos se desvanecieron haciéndole perder la conciencia una vez más.

—¡Jisung! ¿Qué mierda? ¿Desde cuándo estás con alguien? —el resto de los rebeldes le observaron.

—Young hyung, el es un especie de rebelde infiltrado, por eso luce como un noble; sin embargo, no lo es ¡DEJENLO! —sus palabras lograron paralizar a los atacantes. Al alejarse Han únicamente fue capaz de correr y abrigar con su cuerpo al dañado desconocido, lo levantó con pesar para iniciar su caminata, lamentablemente su amigo de batalla no sería capaz de continuar fácilmente.

Jeongin presenció el final de la escena, asustado por su hermano mayor se acercó a ambos cuerpos —¿Él? —cuestionó.

—Lleva el caballo con Hyunjin, intenten salvarle la vida, el viejo Jong suk sabrá qué hacer, puedes pedirle a ¡ESOS ESTÚPIDOS! Para que te ayuden, al final es su culpa —escupió el resto de su oración en fuerza para continuar.

El desconocido no es reconocido por ser liviano, sus pies se arrastran y su sangre se conjuga con la ropa de su salvador.

Al llegar a su pequeño hogar, Jisung  tomó un trozo lechoso de manta, la empapó de agua para posarlo sobre el rostro de Minho, limpiaba cada herida con su pequeño botiquín. En aquel botiquín ha marcado cada uno de sus trabajos, desde ser golpeado por unas cuantas monedas, hasta ser usado por unas malditas monedas, al llegar a casa, en cada madrugada, limpiaba con dolor su ser, desinfectaba sus pensares y al final se acurrucada en lágrimas de vida.

—Estarás bien, no se quien eres, lamento que esto te haya sucedido —el cuerpo frente al suyo progresaba, se movía lentamente sin observarle.

Le arrebató uno de las cuantas profesiones que Hyunjin tenía, el uniforme de espadachín parece hacerle más atractivo al desconocido. Al tomarlo para cambiarlo sus ojos se abrieron en un grito de terror.

Minho agarró a Han por sus hombros hasta recostarle bajó suyo —¿Quién mierda eres para tocarme? —sus ojos apuntaban dolor y desconfianza sobre el menor.