XIV

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- Minami-kun - repitió varias veces ese nombre con el sentimiento de querer que todo fuera una mentira. 

- Kenjirou ingresó a urgencias ayer a las 22 horas, me lo informaron después de que dejé tu habitación... lo siento tanto, no quise decirte para no lastimarte más por el momento - en algún momento Viktor llegó a donde estaba Yuuri, en su rostro se reflejaba el pesar que sentía por lo que Yuuri estaba presenciando. 

- ¿Cómo? ¿cómo lo dejaron salir a pelear? - habló con voz en un susurro al principio, volteó a darle la cara a Viktor y con gesto desencajado por la tristeza se lanzó a los brazos de su compañero aferrándose de su camisa blanca. - ¿POR QUÉ LO HICERON?¡¡ ES TAN JOVEN, VIKTOR!! - gritó y sus piernas se doblaron al grado de que Viktor lo tuvo que sostener para que este no tocara el suelo. 

- Lo siento tanto, pequeño - Viktor lo sostuvo, en lo más profundo de su ser le dolía tanto ver a Yuuri de esa manera. El pelinegro no hallaba la forma de asimilar lo que había descubierto. Viktor levantó la cara y se sintió terrible por la suerte del pobre chico frente a ellos. 

(flashback)

- Capitán Nikiforov - al salir de la habitación de Yuuri alguien lo llamó. 

- Descanse - ordenó. -¿qué sucede? - 

- Capitán, el General Yakov lo solicita en el pabellón de heridos del norte -  

- De acuerdo, voy enseguida - informó y el otro asintió y antes de irse se despidió con el saludo militar. 

Con paso apresurado se dirigió al donde fue requerido, al llegar el olor típico de un hospital y sangre inundó de inmediato sus pulmones y gracias su experiencia, así como autocontrol y sobre todo, como esa mezcla de aromas no era su favorita no sintió deseo alguno de atacar al primero que se cruzara.

- Vitya - lo llamó Yakov para indicarle donde estaba. El peliplata lo vio y se dirigió a él con un semblante serio pero sin duda más relajado desde que había dejado a Yuuri más tranquilo y descansando, si todo salía bien, el pelinegro se recuperaría y en un par de semanas podría volver al entrenamiento... o eso fue lo que creyó hasta que en medio de la conmoción de un herido recién llegado reconoció al chico rubio con el mechón colorado al frente, ¿qué como y de dónde lo conocía? fácil, de los recuerdos de su compañero. En la memoria de su compañero había dos recuerdos persistentes; uno donde Yuuri daba palmaditas en la cabeza del rubio mientras este sonreía y se sonrojaba, Yuuri lo miraba con ternura y sonreía y el otro recuerdo trataba de la vez que ambos se despidieron, ese día Yuuri estaba de verdad triste dejando atrás al  menor.

Al salir de su trance de los recuerdos ajenos, su mirada se clavó en el chico que estaba delante de él. Llevaba el uniforme roto y bañado en sangre, su rostro se veía pálido y la mitad de este estaba cubierto por el líquido carmín. Un doctor lo atendía y la situación debía ser crítica ya que los rostros de todos al rededor revelaban la gravedad de la situación, en algún momento todos se movieron rápidamente rodeando la cama de Minami el doctor ordenaba a todo el mundo despejar mientras utilizaba el desfibrilador sobre el cuerpo del chico. 

Todo se movía a una velocidad tan irreal para Viktor, no podía despegar la mirada de la situación, el cuerpo de Minami subía y bajaba con violencia a causa de las desfibrilaciones.

- Vitya... Viktor - llamó Yakov. 

- No, no puede morir así - dijo en apenas un susurro. 

- ¿qué dijiste? - 

- No, Yuuri se vendrá abajo si él muere - se dijo así mismo en voz alta. Sin perder de vista al rubio se dirigió a su camilla, ignorando toda palabra de Yakov quien en un intento de detenerlo trató de tomarlo por el brazo, agarre que fue zafado sin mayor esfuerzo de la parte de Viktor. 

Beber de tu sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora