Veinte años atrás

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-El nuevo alfa ha hecho su reclamo, dijo Anuk Luna a su joven esposa, el día de Anuk había sido largo, él era parte del consejo lycan, como consejero y ejecutor debería estar presente en toda la ceremonia, pero ahora estaba en casa y abrazaba a su esposa por la cintura.

- ¿Es Adolfo Osorio Blanco el nuevo alfa?, preguntó Coral, mientras la pareja veía a su hermoso único hijo de cinco años jugar en el jardín.

-Sí, respondió Anuk, prepara a Ralph acompáñenme. Tengo que presentar mi lealtad a Adolfo, Coral besó a su esposo, encaminándose para ir por su pequeño niño el cual algún día ocuparía el lugar de su padre... Un consejero, un ejecutor de la manada de lobos, eso significaba su nombre.

- ¿Por qué tú seguirás siendo el consejero, papi?, Anuk conducía él lujoso automóvil mientras su hijito estaba sentado en la sillita de seguridad.

Anuk, echando una mirada por el retrovisor sonrió a su cachorro, -sí Ralph, es un cargo que hemos tenido desde tu abuelo, mi abuelo, el abuelo de mi abuelo, ahora me toca a mí ser el consejero del alfa.

El niño se hizo bolas con tantos abuelos tan importantes, arrugando el ceño miró por la ventana el hermoso paisaje, -yo no conozco a ese alfa, dijo muy seguro el niño, Coral sonrió a su esposo y este con amor le correspondió el gesto, -no, pero conoces a su papá, el tío Ulrich, el niño no comprendía porque su viejo y divertido tío no podía seguir gobernando, -el tío Ulrich ¿no será más nuestro alfa?, Coral intervino pues su esposo estaba concentrado conduciendo, -el tío Ulrich es un hombre ya mayor, Ralph y quiere descansar y disfrutar un poco, así que vas a ser un buen niño como siempre y observarás todo lo que tu padre hace, pues tu ocuparás ese mismo cargo un día.

Una sensación de orgullo palpitó en el infantil pecho de Ralph, aunque a pesar de que no comprendía la magnitud de aquel cargo, sí comprendía la importancia de aprender y a él le encantaba aprender cosas nuevas.

-Sí, mami, prometo estar callado y quieto, ambos padres se miraron con complicidad, sabían que su hijo sería todo menos quieto, pero quedaron satisfechos con la respuesta del hermoso niño de cabellos dorados igual a los de su madre.

Al llegar a la hermosa villa, Ralph caminó como quien lleva años haciendo ese recorrido con sus padres.

Atrás quedaron las preguntas solamente para ahora dar paso a un hermoso y expectante niño de mirada asombrada que observaba la cantidad de autos, mientras las antorchas iluminaban de manera teatral la hermosa entrada de la residencia del nuevo alfa.

- ¿Por qué hay tantos autos?, las manitas de Ralph estaban fuertemente sostenidas por ambos padres, pero fue Anuk quien respondió mientras caminaban hasta la entrada de la mansión, -sabes que el tío Ulrich era el líder de todas las manadas, eso quiere decir que esas manadas afiliadas a la protección del alfa supremo deberán visitarlo y presentarle sus respetos y lealtad, es la tradición.

Ralph soltó una de sus manitas del agarre de su padre para poder acomodarse una hebra de cabello que se le había pegado a la carita, Coral observó a su hermoso hijo y sonrió con ese amor que toda madre tenía por su cachorro.

La familia Luna Lascurain era una de las pocas familias aristócratas que quedaban dentro de las manadas, Junto con los Osorio Blanco, y otras más.

Ralph miraba asombrado y curioso, hasta que llegaron al frente de la mansión y la guardia alfa los saludó invitándoles a pasar.

Ralph de inmediato vio a Ulrich Osorio saludando a quienes llegaban, a su lado estaba el hombre más apuesto que Ralph hubiera visto.

Poco a poco la fila fue acercando a la joven familia, hasta que estos quedaron en presencia del viejo alfa y su hijo.

Fue Anuk quien con la familiaridad que los unía abrazó a Ulrich y luego al joven alfa que sonreía de una manera arrogante, haciendo ver sus ojos más penetrantes de lo normal. Ralph fue descubierto mirando por el nuevo alfa y de manera infantil buscó resguardo detrás de su madre quien lo empujó al frente. Adolfo sonrió con esa arrogancia que empezaba a molestar a un humanito tan joven.

-Alfa Ulrich, es un gusto estar aquí, dijo Anuk, Coral depositaba un suave beso en la mejilla del anciano a quien conocían de toda la vida, -gracias a ustedes por venir de inmediato.

-Te ves bien, Adolfo, sonrió Coral al frío joven, este la miró inexpresivo y se encogió de hombros, -ustedes se ven mejor, dijo mas por compromiso, Ulrich notó la fría tensión que transmitía su hijo, -¿en dónde está mi caballero favorito?, preguntó juguetón del anciano alfa, mientras Ralph tocaba juguetón la pierna de su tío honorario y se escondía detrás de las faldas de su madre, -seguro que me pareció ver al pequeño caballero por... ¡aquiiiii!, gritó el anciano mientras se agachaba un poquito y hacía cosquillas al pequeño quien feliz abrazó a su tío honorario.

-Hola tío Ulrich, el hombre mayor depositó un suave beso en la frentecita del niño, -que grande eres, Ralph, -baja al niño papá, te cansas mucho, Ralph frunció el ceño y miró al joven alfa, -yo no soy tan pesado como tú, los rostros apenados de Coral y Anuk pasaron de todos los colores conocidos, mientras que Ulrich soltó una estruendosa carcajada que a Adolfo no le hizo ni un poquito de gracia, -eres un niño malcriado, dijo cortante Adolfo.

Ralph recargó su cabecita en el hombro del anciano, y le susurró, -no me gusta ese nuevo alfa, tío, Coral y Anuk estaban muy apenados por la osadía infantil, mientras que Ulrich disfrutaba de lo lindo ese momento.

- ¡Basta Ralph!, la severa voz de Anuk hizo encoger al niño.

-No lo regañes Anuk, el viejo alfa miró severamente a su hijo, -Ralph no dijo algo que sea incorrecto. Adolfo miró molesto a su padre, -me disculpo por querer cuidar de tu salud, de manera muy formal Adolfo se despidió del pequeño grupo y se perdió entre los lycans que habían ido a visitarle.

-Perdona Ulrich, y tú, Coral mostraba una mirada muy amenazante, -considérate castigado hasta que tengas cuarenta años, Ulrich volvió a reír y abrazó mas a Ralph, -no le riñas, Coral, mi hijo a cambiado mucho, no es ni sombra del muchacho que solía ser, y ahora está resentido conmigo por traerlo de vuelta del extranjero.

Anuk cruzó el brazo por el hombro del anciano alfa. -Tu hijo es joven, pero amará a la manada porque aprendió del mejor.


Mi Querido LycanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora