Adolfo atendió la llamada al quinto timbre, el número era de su padre, y al contestar el viejo alfa sonaba angustiado, más allá de la cordura.
—El avión donde viajaba, se ha estrellado, en un principio Adolfo no comprendía lo que su desesperado padre trataba de decirle.
—Calma papá, ¿de qué hablas? Adolfo escuchó como el sollozo del viejo Ulrich era amortiguado.
—Ralph iba en ese avión, Adolfo. Coral me llamó, aún no saben si hay sobrevivientes, pero nosotros volaremos en una hora hasta el lugar para traer el cuerpo de Ralph o para esperar lo que sea que venga.
Adolfo por un momento se perdió, su mente viajó hasta aquel momento hacía veinte años atrás cuando conoció a un carismático muchachito de cabellos rubios que se ocultaba tras las faldas de su madre, y es que a escasas horas de la renuncia de Ralph, el mundo ordenado y ártico de Adolfo se había vuelto miserable.
La culpa lo invadió instalándose como una lamprea entre sus huesos, extrayendo todas las fuerzas, si el muchacho había muerto nunca se perdonaría por haberlo tratado de la manera en que lo hizo, ahora que recapitulaba, realmente Ralph no era el problema, siempre fue él y los celos porque el muchacho era querido, era admirado y no se amedrentaba, ni aun lo hizo cuando fue rechazado, sino que salió de la casa del alfa con la dignidad de un rey.
— ¡No te atrevas a viajar sin mí!, más que una orden, la voz de Adolfo sonó a una lastimera suplica.
Ulrich gimió, ya no pudo contener el llanto.
Una hora después Adolfo, Ulrich y Coral estaban en el aeropuerto esperando para que su vuelo privado saliera, ya que la aerolínea demoraría todavía algunas horas.
En un principio al ver a Adolfo, Coral casi se le iba a la yugular del alfa, — ¿qué hace él aquí?, pocas cosas podían intimidar al lobo blanco, Coral enfadada cumplía con los convenientes requisitos para atemorizar al alfa.
El odio en su mirada y el filo en su voz iban innegablemente dirigidos a él. Ulrich tuvo que contener a la pequeña fuerza atrapada en aquella delgada mujer.
—Vamos Coral, Adolfo quiere acompañarnos, también está preocupado por tu hijo, Coral miró a su alfa con desconfianza, —es por su culpa que mi niño se marchó, las lágrimas salieron como si una presa hubiese sido rota, Ulrich abrazó a la mujer, él también cargaba una enorme culpa, él había incitado a declarársele a su hijo aún a sabiendas que no podría este corresponderle.
— Coral, necesitamos calmarnos. Ahora no es momento de rencores y culpas, Ulrich miraba a su hijo quien asintió al ver el esfuerzo de su padre para que la mujer lo acepte como acompañante, —soy viejo, y tú estás aturdida, necesitamos a Adolfo para que nos ayude con cualquier trámite, él es influyente en muchas manadas, nos será de ayuda para acelerar las gestiones que vengan, prueba de ello es que Adolfo declinó el avión que la compañía de aviación ofrecía.
El avión privado de la manada surcaba los cielos, las continuas turbulencias y la intensa lluvia no hacían más que retrasar todo.
Al llegar al lugar, de inmediato fueron abordados por personal de la aerolínea quienes les dieron informes.
El avión había caído en él mar y estaban rescatando supervivientes y cuerpos. Por desgracia el clima no favorecía la tarea.
Sin noticias ni nuevos informes, Coral, Ulrich y Adolfo fueron ubicados en una sala que habilitaron para los familiares de los ocupantes del avión, siendo el trato preferencial hacia el alfa supremo que fue inmediatamente reconocido y se dio aviso que el ejecutor iba en dicho vuelo.
Algunas personas estaban ya ahí procedentes de otros lugares. Todos con la misma zozobra, con el mismo semblante desolado. Todos con miedo de recibir las peores noticias.
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Mi Querido Lycan
Manusia SerigalaTercera y última historia que empezó con mi querido alfa, seguida de mi querido Beta y finaliza con mi querido Lycan. Ralph Luna Lascurain ha estado enamorado del gran alfa líder supremo del consejo lycan, Adolfo Osorio Blanco, quien ignora totalmen...