Diez años atrás

765 115 3
                                    

Cuando un Lycan tenía que incorporarse en las manadas, es todo un evento familiar, era un festejo que todos esperaban sobre todo por la expectación de ver los lobos de sus hijos e hijas.

Las familias se reúnen y es en primavera cuando deciden hacer la transformación y normalmente la primera carrera con la manada es cuando el lycan cumplía quince años.

En esa carrera se prueban la velocidad, la capacidad de orientación y la agudeza de los sentidos, por supuesto y obviamente debe ser un lycan capaz de seguir las órdenes de la manada, pues eso significa seguridad en alguna contingencia.

-Estás listo para tu primera patrullada con la manada, dijo Anuk a su nervioso hijo.

Ralph cuadró los hombros con un valor que sólo da la juventud.

A sus quince años Ralph era ya un apuesto jovencito, alto y delgado, de aspecto bastante distinguido y carácter mesurado, un chico que nunca les había dado problemas a sus padres.

Su cabello rubio ahora hasta debajo de los hombros estaba peinado en una trenza y su vestimenta era una chaqueta formal de piel, una camisa polo y unos jeans. Toda la ropa gritaba su buena posición social, pero Ralph era un chico sencillo que era amado en la manada por ser tan sociable y acomedido.

En la escuela, no era de los más brillantes, pero sus calificaciones eran aceptables para ser considerado un excelente elemento.

-Espero que el alfa no se las tome conmigo, Ralph acomodaba su mochila en la parte trasera del auto de su padre.

Anuk despeino a su hijo, -si mantienes la bocota cerrada y obedeces no veo motivo alguno para que Adolfo te diga algo, Ralph giró los ojos en sus gesto de desesperación, su padre sabía que el muchacho difícilmente se callaría, -así que mantén tus opiniones para ti y después en casa despotricas lo que quieras, Anuk sonrió con complicidad a su hijo, ya que el joven sabía que con su padre podía hablar libremente y este le escucharía sin problema ni juicio, eso sí, le daría consejo si este lo requería, su madre era algo así como la caballería pesada, como que si necesitaban una terrorista y defensora implacable esa era Coral.

Ambos se subieron al auto y ajustaron los cinturones.

-Irán muchos iniciados hoy, todos tus amigos estarán ahí, afirmó Ralph mientras miraba la fila de autos que se dirigían al bosque, todos ellos muchachos de su misma edad que ahora esperaban llamar la atención del alfa para ser llamados al servicio de la guardia alfa o en un caso extraordinario, ser considerado para pertenecer al consejo.

Ralph haría lo que sea necesario para no estar cerca del alfa cascarrabias y petulante, así eso significara no ser el primero en su familia en ser ejecutor y consejero.

-Muchos de esos muchachos anhelan ser parte de la comitiva alfa, Ralph. Después de todo cualquier servicio es para la realeza de los lycans.

Ralph resoplo, haciendo que su padre lo mire de forma severa.

-Tú, Ralph vienes de una larga línea genealógica de consejeros, y de gente que ha estado muy cerca del Alfa supremo, Anuk miró con ternura a su hijo, -llevas ese peso, pero además eres muy capaz de ocupar ese cargo, así que intenta, pero si no es así, siempre es bueno ser diferente y ser diferente de forma excelente, Ralph miraba a su padre, él peso en su pecho se hacía cada vez más grande, sintiéndose libre de la pesada carga familiar, y la libertad era algo que valía demasiado para mantenerla oculta. Él mismo se felicitaba de forma irónica por escoger ese momento para confesar a su padre algo importante.

-Papá, la voz angustiada de Ralph a penas se escuchaba, Anuk lo miró de reojo, - ¿Sí Ralph?, Ralph suspiró como si estuviera demasiado cansado, -yo debo confesarte algo, Anuk tensó los hombros, esperaba que su hijo hablara, -¿Qué debes decirme, hijo?, Ralph sintió la garganta cerrarse, su voz casi desaparecía, -soy gay papá, Ralph miraba al suelo, evitaba la mirada de su padre, Anuk suspiró, su rostro de semblante ilegible miraba al frente de la carretera, -supongo que tu madre y yo lo sospechábamos, Ralph miró de soslayo a su padre.

- Pero ¿cómo?, Anuk se rió un poquito sin tanto humor, -bueno el hecho de que no has salido con muchas muchachas, y solamente con aquella sobrina de Amaro, y fue una vez, luego tu mirada por tus compañeros que jugaban futbol, en fin, no es algo que yo desee para ti, porque imagino que estás consciente de lo que te espera, el rechazo, las burlas, las agresiones e insultos, pero... Anuk miró a su hijo, si tú no bajas la mirada por ser gay, yo de ninguna forma la bajaré por tu orientación. ¿Es un trato?, Ralph sentía ganas de llorar, definitivamente en la manada encontraría su lugar para honrar a sus padres.

Anuk, Ulrich, miembros del consejo y muchos otros padres observaban a sus hijos e hijas, todos jóvenes calentones con mas fuerza que un búfalo, los había desde el típico deportista, el nerd, el amigable, el antisocial y hasta los de tribus urbanas. Todos buscando un lugar en la manada o al menos cumplir con esa iniciación.

-Ralph ha crecido mucho, dijo Ulrich mientras miraba a su sobrino honorario como este saludaba a sus compañeros y sonreía.

Anuk sonrió orgulloso, -Él está listo para la primera patrullada, Ulrich sonrió, algo iba a decir cuando fue interrumpido por la voz del alfa.

Adolfo seguido por seis fornidos hombres salió de la cabaña que la patrulla alfa usaba como cubil, todas las inquietas miradas se dirigieron hacia su alfa.

-Mis queridos muchachos, poco a poco las impetuosas voces fueron bajando el volumen hasta hacer silencio, estamos aquí esperando que todos ustedes aprendan a patrullar en manada, Adolfo se movía de un lado a otro con absoluta confianza, no solamente para observar a los que podrían ser parte de la guardia alfa, sino que ustedes ya son parte de la manada, eso es mas valioso que cualquier otra cosa, pues eso les dará la oportunidad de desenvolverse para en algún momento proteger nuestro territorio. Los jóvenes observaban con admiración al apuesto y frío alfa.

Ralph estaba hasta atrás, pero como un imán los ojos de Adolfo se posaron en el joven y de inmediato frunció el ceño, -no habrá favoritismos, no habrá consideraciones, solamente se escogerán a los más aptos y a los más capaces, Ralph miró directamente a Adolfo, no bajaría la mirada así eso le cueste algún mal momento.

Demostraría que era bueno, lo haría por su padre y por él mismo, pues si podía manejar una situación así, podría manejar cualquier cosa.

Los muchachos cambiaron delante del gran alfa.

El majestuoso lobo blanco estaba plantado en todo su esplendor mientras este recorría las filas en donde estaban los jóvenes lobos, hasta que llegó donde estaba Ralph, su lobo con un suave pelaje color paja y unos intensos ojos grises, el joven lobo sostuvo la mirada del alfa hasta que este le gruñó.

La carrera dio inicio, Ralph demostraría que estaba orgulloso de ser quien era y de tener a la familia que tenía, muy por el contrario del Alfa Adolfo que no era muy querido, el joven lobo tenía el cariño de mucha gente y se esforzaría por ser el mejor.

Mi Querido LycanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora