Caminado entre bruma

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Ralph perfectamente recordaba que en donde se encontraba ahora, es su vieja recámara, sonrió al ver sus viejos dibujos, sus juguetes favoritos y su preciada colección de hojas que estaban aplastadas en un libro grueso, las fotografías plagaban la pared, los obsequios y ramos de flores eran muchos, su madre prácticamente tuvo que dividir los obsequios en varias recamaras, para poder tener espacio.

Con nostalgia observaba la fotografía en donde él y su papá sonreían, era un verano, Ralph tendría diez años y su padre y él habían ido de pesca, Ralph feliz sostenía un viejo zapato que había logrado capturar, esa foto siempre le hacía sonreír, -te traje un poco de sopa, Ralph, Coral asentó la bandeja en la mesa, Ralph sonrió travieso, -mamá, parece que quien no recuerda eres tú, Coral juguetonamente se hace a la ofendida, -que niño tan malcriado, dijo con humor Coral.

Ralph sonrió y abrazó a su madre, sosteniéndola recordando perfectamente que su vida era buena, era amado por quienes le conocían, pero algo le decía que, ese momento que no podía recordar, era importante, sin embargo, cuando las borrosas imágenes empezaban a aparecer, de inmediato como volutas de humo desaparecían.

La cabeza le dolía tanto por la tensión de querer recordar y no poder. Se sentía frustrado, y por desgracia reconocía ese sentimiento muy bien, como si hubiera estado frustrado durante mucho tiempo.

-Mañana llegan tus amigos de las otras manadas, Coral trató de que la noticia suene lo mas casual posible, Ralph distraído soplaba la tibia sopa de la cual no era fan, -¿Te refieres a Alan Ojeda, pareja de Carlos Montero y al joven alfa Benjamín Guillén Flores, pareja del beta Lucio el demonio Santillán?, Coral asintió mientras doblaba algunas ropas que su hijo había sacado, -sí, ellos llamaron para preguntar si podían verte, así que me pareció bien, Ralph terminó de comer y se recostó en las mullidas almohadas, se sentía satisfecho y mortalmente cansado, -está bien mamá, ahora por favor déjame dormir, Coral observó a su hijo, lo notó cansado, tenso, pero decidió no empujar más, mientras tanto estaba feliz de tenerlo vivo y en casa.

-¿Cómo está Ralph?, preguntó Ulrich saludando con un fraternal beso a Coral mientras caminaba junto a ella hasta la bonita sala.

Coral se sentó y Ulrich la imitó, -igual, la mujer frunció el entrecejo, aunque hoy se notaba agotado, Ulrich no tomó importancia a ese dato, -haber estado en un accidente y sobrevivir no es algo tan fácil, dijo Ulrich muy seguro, esa observación pareció tranquilizar a Coral, -tienes razón, lo importante es que está vivo, una mujer que siempre había estado al servicio de la familia, apareció con un vaso con agua para Ulrich, -gracias Gloria, la mujer sonrió y en silencio se retiró, -mañana vendrán los chicos de las otras manadas así que eso puede ser bueno, Ulrich tomó un poco de agua, -sigue sin recordar a Adolfo, ¿no es así?, Coral asintió, -no sé si eso sea bueno o malo, por lo pronto no veo a mi hijo agonizar de amor por tu hijo, el tono complacido hizo sonreír al Ulrich, -debo admitir que yo también estoy contento de que Ralph no reconozca a Adolfo, aunque mi testarudo hijo siente su orgullo magullado, Coral sonrió más que malévola, -Adolfo siempre ha subestimado a mí hijo, y se ha encargado de hacerle saber de todas las maneras posibles que Ralph no es hombre para él, Ulrich suspiró arruinado, -mi hijo es un idiota, y ahora es otra vez un idiota soltero, pues el doctorcito le ha dejado, Coral levanta la ceja, -debería de sentirme mal por tu hijo, pero no es así, al menos esta solo como Ralph, la diferencia está en que Ralph ahora está en paz sin él sentimiento de desasosiego que le traía tu hijo.

Ulrich palmeó la mano de Coral, -Ralph cree que durante su accidente se hizo el cambio de mando, pero no he aclarado algo de eso. Coral asintió aprobando la medida que dio su viejo amigo, -ya ves que eso es lo que el médico recomendó. Ulrich se levantó para irse, -perdona si me escuché muy visceral al decir lo que pienso de tu hijo, al llegar a la puerta Ulrich volteó a ver a Coral que lo seguía, -duele escuchar algo así, pero no has dicho algo que no sea verdad o que yo no supiera, así que puedes estar tranquila Coral, yo no pienso menos de ti y sabes que quiero a Ralph como si fuera mi propio hijo, ambos amigos se abrazaron y se despidieron.

-Buenas tardes Ralph. Alan ojeda se acercó hasta la cama donde descansaba Ralph quien leía algunas carpetas con casos que tenía pendientes, seguido de Benjamín que cojeaba levemente mientras traía en brazos a una hermosa bebé regordeta y peloncita que en su cabecita traía una banda elástica con una flor rosa de cintas, cuando escuchó a sus amigos llegar puso las carpetas a un lado, -hola Alan, hola alfa Benjamín, ¡mira que bella esta Amy, Ralph extendió sus brazos hasta la amigable bebé que sin chistar se dejó apapachar por Ralph.

-Supimos de tu accidente dijo Alan más seguro de hablar pues antes fue advertido de los cuidados que se tenían para con la información que se le daba a Ralph, -es una fortuna que esté vivo, dijo Ralph algo sombrío, -diez pasajeros murieron y los que sobrevivimos la pasamos muy mal, de hecho creo que muchos siguen hospitalizados y están muy delicados, yo aún no recuerdo que me orilló a viajar, Alan se movía un poco nervioso, -¿no recuerdas en serio que fue lo qué pasó?, Benjamín miraba aterrorizado a Alan, como si esperará que este cometa alguna imprudencia, Ralph negó con la cabeza, -cuando desperté estaba ya en el hospital, es todo lo que recuerdo, mi madre no me dice mucho y lo mismo hace el tío Ulrich, ambos hombres se miraron, -lo importante es que estas vivo, lo demás poco a poco sanará y recordarás, Ralph asintió, -Amy está cada día más hermosa, dijo Ralph para salir de ese incómodo silencio, y lo logró ya que la siguiente hora se la pasaron platicando de las relaciones de ellos con sus parejas.

-¿Cuándo van a encargar bebé ustedes?, Ralph miraba curioso a Alan, el joven sonrió, -Carlos y yo estamos optando por la adopción, pues en la ciudad hay una casa hogar en la que voy a apoyar cuatro veces por semana, y hemos visto muchos bebés que necesitan un hogar, Ralph sonrió, -estoy seguro que podrán decidir muy bien y que él alfa supremo les apoyará.

El par de amigos se retiró no sin antes desearle una óptima recuperación a Ralph quien les agradeció por la visita, también prometieron llamar y estar en contacto.

-Vengo a ver a Ralph, Coral no disimulaba el disgusto que le daba ver a Adolfo.

-Alfa Osorio, mi hijo se está recuperando bien si eso es lo que viene usted a constatar, Coral era inflexible y no permitía el paso de Adolfo al interior de la casa, -sé que no te agrado y no voy a empezar a hacerlo ahora, pero como personas adultas y maduras que somos, sabes que necesito ver a tu hijo y platicar algunos casos con él, Coral lo observó con desconfianza, si por ella fuera, el alfa jamás entraría en su casa.

-Pase, permítame le aviso a mi hijo, Adolfo entró hasta el recibidor, mientras castigadoramente Coral lo hizo esperar de píe.

Sabía que su conducta era infantil, pero odiaba a ese hombre por haber sido la causa del sufrimiento de su hijo, Adolfo no tuvo más remedio que esperar y soportar las actitudes de la mujer.


Mi Querido LycanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora