13
La confesión
Era una tarde nublada, el cielo estaba gris y una tormenta amenazaba con aparecer. Harry miraba la ventana, pensativo. Estaba triste; le afectaba mucho lo que estaba sucediendo entre sus dos mejores amigos.
Hermione había bajado drásticamente sus calificaciones y estaba sumamente deprimida; ya ni siquiera cumplía con sus obligaciones de prefecta.
Ron, estaba totalmente derrumbado; con trabajos entraba a las clases, no ponía atención, no hacía las tareas, había dejado de comer y apenas dormía.
Harry quería estar al lado de Ron, pero también quería estar con Hermione; sabía que ambos necesitaban de su apoyo, pero el ojiverde no podía partirse en dos, el problema era… ¿Cuál de los dos lo necesitaba más?
Ginny trataba de reconfortar a su hermano, pero Colin trataba de acaparar toda su atención y a veces la reñía, argumentando que esos eran problemas de Ron y que no debía meterse. Eso le molestaba bastante a Ginny y por eso habia comenzado a alejarse de Colin.
Una mañana de enero, durante el desayuno, como de costumbre llegó el correo. Miles de lechuzas irrumpieron en el gran salón, llevando la correspondencia a sus respectivos dueños. Hedwig llegó con el diario "el profeta"
Harry desenrolló el periódico para leerlo y estar informado de lo que estaba pasando fuera de Hogwarts.
[Ojalá que las cosas en el mundo mágico estén mejor que aquí] pensaba Harry, mientras observaba a Ron, que estaba jugando con su comida de forma desganada.
Que equivocado estaba. El ánimo de Harry decayó aún más, cuando se enteró de que más magos habían desaparecido; magos que poseían puestos importantes en el Ministerio de Magia. Entre ellos estaba el Jefe del Departamento de Obras Públicas Mágicas y la Consejera del Ministro.
Harry se quedó preocupado, según la nota de "El Profeta", las autoridades creían que el próximo paso de Voldemort sería atacar Gringotts, Hogwarts o incluso el Ministerio de Magia.
Muchas fuerzas de seguridad mágicas comenzaron a movilizarse entorno a estas instituciones. Harry lo comprobó, el día en que Agentes de Seguridad Mágica fueron colocados a los alrededores de Hogwarts para custodiar el castillo y los terrenos.
El ambiente se volvía cada vez más tenso en el colegio; era como estar prisionero en aquel castillo, ya que nadie podía salir o entrar y no se podía ir a ninguna parte, sin identificarse.
Para colmo, las cosas con Ron seguían igual, estaba hundido en una gran depresión y cada día que pasaba, las cosas se ponían peor.
Una tarde, Ron no regresó a clases después de la comida, ni si quiera había asistido a comer. Harry y Audrey habían notado este hecho, así que acordaron ir a buscarlo después de clases.
Audrey estaba realmente preocupada por Ron, trataba de consolarlo, de darle ánimos, incluso de hacerlo reír, pero lamentablemente no obtenía resultado alguno.
Ginny también estaba muy preocupada por su hermano y muy a pesar de lo que Colin opinara, ella siempre trataba de ayudarlo. Esa tarde, también se unió a Harry y a Audrey para tratar de hablar con Ron y hacerlo entrar en razón.
Harry, Ginny y Audrey llegaron a la sala común de Gryffindor, buscando a Ron. Viendo que no estaba, Harry subió a su habitación; lo buscaría por medio del mapa del merodeador.
- Voy a buscarlo! -dijo Harry, dirigiéndose al dormitorio de los chicos- No tardo!
Ginny y Audrey se quedaron esperando. Después de unos segundos, Harry regresó.
- No esta! El mapa no esta!
- Estas seguro de que lo buscaste bien? Tal vez lo dejaste en otra parte -dijo Ginny.
- No, Ginny. Siempre guardo el mapa en el baúl! -dijo Harry pensativo- Sabes lo que creo?
- Que? -preguntó ansiosa Audrey.
- Creo que Ron lo tiene o lo escondió en algún lado -aseguró Harry.
- Por que haría algo así? -cuestionó Ginny.
- Fácil, desapareció por que quiere estar solo y no quiere que lo encontremos. Él sabía que trataríamos de buscarlo y que mejor que asegurarse de que no podamos encontrarlo! -explicó Harry.
- Pues… con mapa o sin mapa, voy a buscar a Ron! -dijo Ginny con decisión.
- Bueno, vamos a dividirnos -propuso Harry- Ginny, tú irás a la torre de astronomía, y a la biblioteca; Audrey, tú irás a las mazmorras, al sótano y los baños de los prefectos; yo, iré a los invernaderos y a los terrenos del castillo, incluyendo la cabaña de Hagrid.
- Esta bien! -dijeron Ginny y Audrey al unísono.
Los tres salieron de la sala común, decididos a encontrar a Ron.
Los muchachos buscaron por todo el castillo, por cada uno de los rincones más recónditos de Hogwarts, pero no obtuvieron resultado.
Otra vez volvieron a reunirse a la torre de Gryffindor, los tres iban muy desanimados.
- Encontraron algo? -preguntó Harry.
- Nada! -exclamó Ginny con decepción
- Que tal tú, Audrey? -volvió a preguntar Harry.
- No hay rastro de él -respondió Audrey con tristeza.
- Donde estas, Ron? -dijo Harry para sí mismo. Se quedó pensando unos segundos, cuando de pronto, se le ocurrió una idea.
- Y si no esta en Hogwarts? -dijo Harry de repente.
- A donde más podría estar? -dijo Audrey incrédula.
- Pues…
- Las tres escobas!! -exclamaron Ginny y Harry al mismo tiempo.
- Las… tres escobas? -cuestionó Audrey.
- Es un lugar fuera de Hogwarts -explicó Ginny- Esta en Hogsmeade, un pueblito mágico.
- Bueno, pero suponiendo que Ron se haya ido a ese lugar a donde dicen… ¿Cómo es que salió de Hogwarts, si hay Agentes de Seguridad por todos lados? -volvió a cuestionar Audrey.
- Hay pasadizos secretos en el castillo, luego te explico bien. -dijo Harry, mientras volvía a subir a su dormitorio.
- A donde vas? -dijo Ginny.
- Espera -dijo Harry.
Ginny y Audrey intercambiaron miradas. Después de unos segundos, Harry bajó a la sala común, con su capa invisible bajo el brazo.
- Voy a buscar a Ron. Ustedes quédense aquí, por si regresa antes.
- Yo voy contigo! -exclamó Ginny decidida.
- No Ginny! -objetó Harry- Con lo que esta pasando afuera sería muy arriesgado que salieras de Hogwarts, además, si nos descubren, podrían expulsarnos.
- Pero es mi hermano! -replicó Ginny- Además, ya hemos roto las normas otras veces y hemos estado cerca de la expulsión!
Harry miró a Ginny, pensó un poco y al final decidió…
- Bueno, esta bien, pero quédate cerca de mi. Audrey, tu quédate aquí por si Ron regresa.
Ambos chicos salieron de la sala común y se dirigieron al pasillo secreto que daba al sótano de Honeydukes.
Mientras tanto, en otra parte de Hogwarts; Draco Malfoy se había quedado estudiando en la biblioteca hasta tarde. No tenía mucho sueño y había decidido quedarse a leer. Iba saliendo de la biblioteca, caminando sin saber a donde iba; iba muy distraído pensando en los recientes acontecimientos en el mundo mágico.
[Para que habrán secuestrado a la consejera de Fudge? Bueno, tal vez quieran sacarle información del ministerio, pero… lo que no entiendo es… Por que al Jefe de Obras Publicas? Eso si no lo entiendo, para que lo querrían?]
De repente, Draco escuchó unos ruidos extraños, eran como una especie de quejidos, como si alguien estuviera herido o lastimado. Fue en ese momento en que se dio cuenta de que había estado vagando por el pasillo del tercer piso.
Se dirigió hasta el final de el pasillo y al doblar la esquina, vio que Crabbe y Goyle estaban golpeando a una persona. Draco reconoció enseguida a la victima, se trataba de Ron.
El pelirrojo estaba tirado en el piso; tenía el ojo derecho amoratado, el labio roto y escupía sangre. Se protegía el abdomen con ambas manos.
- Que diablos están haciendo? -dijo Draco entre sorprendido y fastidiado.
- Draco! Que bueno que llegas! -dijo Goyle- Le estamos dando una lección a Weasley.
Draco miró con detenimiento a Ron; el muchacho trataba de levantarse con mucho trabajo, estaba muy golpeado, pero además, estaba completamente ebrio. Lo más sorprendente de todo, era que no oponía resistencia a los golpes, ni si quiera intentaba defenderse.
- Esta es una oportunidad perfecta para desquitarte por lo que pasó el año anterior, en el baile de navidad! -dijo Crabbe.
Draco seguía mirando a Ron; estaba sucio, muy lastimado y olía a alcohol. Extrañamente, sintió mucha pena por el pelirrojo.
- Ya basta! -dijo el rubio en tono firme- Creo que ya fue suficiente!
- Que? -replicó Goyle- Lo estas defendiendo?
- No -se apresuró a explicar Draco- Es solo que ya esta muy golpeado. Ya déjenlo.
- No te estarás ablandando, verdad? -dijo muy astutamente, Crabbe.
- No, como crees! -alegó Draco- Es solo que… -la verdad es que si había sentido compasión por Ron, pero por ningún motivo iba a decírselos, así que se inventó un pretexto-…Esta bien que le hayan dado una lección a Weasley, pero… piensen un poco, que tal si un prefecto los encuentra aquí? Que tal si algún profesor pasa y los ve? Creo que ya fue suficiente, ya lo golpearon, ya se divirtieron, ahora será mejor que nos vayamos antes de que…
En ese instante, unos pasos se escucharon. Al parecer, alguien se aproximaba. Sin perder tiempo, Crabbe y Goyle huyeron a toda velocidad a su sala común, Draco intentó hacer lo mismo, pero volteo y le remordió la conciencia dejar ahí tirado a Ron. Así que decidió regresar y ayudarlo a incorporarse. Ron comenzó a levantarse con mucho trabajo, los pasos cada vez se escuchaban más cerca, hasta que…
- Ron!! -exclamó una hermosa chica rubia con expresión de angustia- Que fue lo que paso? Que fue lo que le hiciste, Malfoy??
- Lo salvé de que lo mataran a golpes! -dijo Malfoy en tono molesto- Y tu? Que haces aquí, O'conell?
- Estaba buscando a Ron! -respondió Audrey- Que es lo que vas a hacer?
- Pues que más!! Voy a llevarlo a la enfermería! -replicó como si fuera lo obvio.
- Te ayudo a cargarlo! -dijo Audrey.
Los dos tomaron por los hombros a Ron y lo llevaron cargando a la enfermería.
- Ve a buscar a Madame Pomfrey! -indicó Draco- Yo voy a recostarlo en una de las camas.
Audrey fue en busca de Madame Promfrey, en lo que Draco acomodaba a Ron en una de las camas de la enfermería.
- No debería darte gusto… hip… verme así? -preguntó Ron, aún le quedaba un poco de lucidez- Se supone que me odias, no?
- Me abruma tu gratitud! - dijo Draco en tono irónico, mientras lo acomodaba en una de las camas de la enfermería.
- Por que… hip… me ayudaste? -preguntó una vez más, el pelirrojo.
- A caso querías que te dejara ahí? -replicó Draco- Te hubieran matado a golpes!
Ron agachó la cabeza, gruesas gotas resbalaban por sus mejillas.
- Eso… hip… hubiera sido mejor -agregó el gryffindor- Eso quería me que hicieran… Que me mataran.
Draco miró a Ron de forma incrédula. Ronald Weasley, dejándose golpear?? Siendo que él respondía a la más mínima provocación? Eso era señal de que algo andaba muy mal con él.
- Por que dices eso? -preguntó Draco.
- Por que… ya no soporto este dolor -dijo Ron con tristeza tocándose el pecho, su rostro mostraba una infinita tristeza; seguía llorando amargamente y en silencio- Ya no puedo con esto… hip… Me gustaría arrancarme el corazón… para ya no sentir.
Dejó caer pesadamente su cabeza sobre la almohada y con la mirada perdida, siguió llorando silenciosamente.
- Tan mal te dejó lo de Granger?
Ron dio una rápida mirada a Draco y le respondió.
- Tan sencillo como que… hip… ella es mi razón de ser. Sin ella… yo no soy nada!
Draco no podía creer lo que estaba presenciando. Ron estaba deshecho, derrotado… estaba… hecho un desastre! En otra época, Draco hubiera festejado el ver así a Ron, pero en ese momento, el rubio sentía mucha pena por él, incluso le provocaba un sentimiento de simpatía hacia él.
[Esto esta mal!] pensaba Draco [Muy mal!]
- Madame Pomfrey viene para acá! -dijo Audrey algo agitada, iba llegando con rapidez hacia donde estaba Ron- Como esta?
- Pues… mal! -respondió Draco.
Audrey lo observó con detenimiento. Ron estaba bastante golpeado, aunque a él no parecía importarle. La rubia dio un sonoro suspiro…
- Jamás pensé que el rompimiento con Hermione le causara tanto daño! -reflexionó Audrey.
- Ese es el efecto que una mujer puede causar en uno! -dijo Draco, recordando su propia experiencia con Pansy.
- Y yo no me enteré bien, como estuvo todo el asunto! -se lamentaba Audrey- Si hubiera ido al baile, tal vez le hubiera podido quitar de encima a Patil.
Draco miro a Audrey no muy convencido de lo que la chica habia dicho.
- No fuiste al baile? -dijo Draco extrañado.
- No -confirmó la Ravenclaw- No pude asistir, me dio una gripa muy fuerte. Además, no tenía pareja!
Draco hizo un gesto raro, como si tratara de recordar algo.
- No! Tú si fuiste al baile! -aseguró Draco- Si yo te vi bailando con Weasley!
- Yo? Bailando con Ron? -dijo Audrey con extrañeza- No! Yo ni me pude levantar ese día.
- Entonces… quien era la que…?
- Que fue lo que pasó?? -dijo alarmada Madame Pomfrey, viendo el deplorable estado de Ron- Pobre chico!!
- Eeehh… se cayó de las escaleras! -se apresuró a decir Draco; a pesar de ya no tener una amistad con Crabbe y Goyle, no iba a acusarlos; no era un soplón.
Audrey se quedó callada, aunque le había echado una mirada a Draco de desaprobación.
- Estará bien! -dijo Madame Pomfrey, evaluando las heridas de Ron- Ahora será mejor que salgan.
Ambos chicos salieron de la enfermería.
- Pero… si tu no fuiste al baile, entonces… ¿Quién era la que estaba bailando con Weasley esa noche? -preguntó Draco, algo confundido.
- Solo que haya sido mi gemela malvada! -bromeo Audrey, después pensó un poco y agregó- O… que alguien se haya hecho pasar por mi…
Draco estaba bastante pensativo…
- Que piensas? -preguntó la rubia.
- Nada… es solo que… esto esta muy raro -dijo Draco- Y sabes algo? Creo que sé quien es la persona responsable de todo este enredo.
- Pansy! -exclamó Audrey con seguridad- Fue ella ¿verdad?
Draco se quedó pensando nuevamente, parecía como si estuviera ideando algún plan. Después de unos momentos en silencio, concluyó…
- Sabes, O'conell? Tu y yo tenemos cosas muy interesantes de que hablar…
Por otra parte, en Hogsmeade; Harry y Ginny iban saliendo del sótano de Honeydukes. La tienda estaba completamente vacía. Los chicos salieron envueltos en la capa invisible, por si cualquier cosa pasaba.
Salieron de Honeydukes y se dirigieron hacia las tres escobas.
Todo era muy extraño, varios negocios en Hogsmeade estaban abiertos, pero totalmente vacíos. Otros estaban cerrados; ese era el caso de las tres escobas. Harry y Ginny se asomaron por una de las ventanas del local, para ver si no había nadie dentro, pero el lugar estaba desértico. Todo el pueblo parecía estar abandonado.
Viendo que no había ni un habitante, los muchachos decidieron quitarse la capa invisible.
El pueblo entero tenía un aspecto de haber sido evacuado escasos minutos antes.
Tanto Harry como Ginny, comenzaron a sentir que el aire de Hogsmeade era denso y frío. Definitivamente, algo muy extraño estaba pasando en aquel sitio ¿En donde estaba toda le gente?
De pronto, vieron a una persona sentada en una banca, fuera de la tienda de bromas Zonco.
Harry y Ginny decidieron acercarse a la señora para preguntarle adonde se habían ido todos.
Ambos, comenzaron a acercarse y pudieron ver bien el rostro de aquella persona.
Era una mujer de pelo corto y ondulado. Tenía enormes ojeras muy oscuras y la mirada perdida. Su rostro estaba muy pálido y de la boca le escurría un hilo de saliva.
- Buenas tardes -le habló Harry- Disculpe…
La señora no respondió en lo absoluto…
- Eh… disculpe… -volvió a decir Harry, acercándose más a la señora y pasándole una mano por enfrente de la vista.
- Harry, será mejor que nos vayamos -dijo Ginny temerosa y como si presintiera algo malo.
De repente, la mujer dio un salto, gruño con fuerza, mientras tomaba rápidamente la mano de Harry y le daba tremenda mordida.
- Aaaggghhhh!!! -gritó Harry, apartando su mano y espantado por aquella mordida tan sorpresiva.
- Desmaius! - exclamó Ginny, apuntando su varita hacia la señora. Ésta, cayó inconsciente en el piso.
- Que le pasa?? -dijo Harry asustado y tocándose la herida de su mano- Esta loca!!
- No esta loca! -aclaró Ginny asustada- Es un Zombi!! El hechizo aturdidor solo los deja inconscientes por unos minutos, así que mejor vámonos!!
- Ella… es un Zombi?? -dijo Harry, aún sin comprender.
- Si -dijo Ginny, tomando la capa invisible del suelo; se le había caído del susto que le había provocado la señora; después comenzó a caminar velozmente, mientras le explicaba a Harry- Los Zombis son seres sin conciencia, creados por magos tenebrosos. El responsable de esto debe estar cerca; mejor regresemos a Hogwarts!
- Ginny… espera -dijo Harry, tomando a la pelirroja del brazo.
Ambos chicos se detuvieron, se quedaron quietos durante unos segundos, mientras observaban desde la mitad de la calle, todas las casas y los negocios de Hogsmeade.
De cada puerta y de cada ventana, comenzaron a salir personas con grandes ojeras oscuras en el rostro y con la saliva escurriéndoles por la boca. Estaban pálidos, como muertos; caminaban torpemente y gruñían como animales salvajes. Estaban por todas partes y se dirigían hacía los jóvenes gryffindors.
- Todo el pueblo esta… invadido!! -exclamó Harry preocupado.
- Que vamos a hacer? -preguntó Ginny con un tono de angustia en su voz.
- Salgamos de aquí!! -dijo Harry, tomó a Ginny de la mano y salieron corriendo.
Una gran multitud de Zombis, los venía siguiendo. Mientras más avanzaban los muchachos, más Zombis seguían apareciendo, de los diferentes establecimientos.
Llegó un momento en que ya no pudieron seguir avanzando, eran demasiados y los estaban rodeando completamente. Ginny estaba apunto de entrar en pánico, mientras que Harry trataba de controlar el miedo y de pensar en algo, rápido.
- Vamos a cubrirnos con la capa! -dijo Harry, tratando de ponerse la vieja capa de su padre.
- No funcionará! -replicó Ginny- Ellos pueden olernos!
En ese instante, Harry alcanzó a ver que en la acera de enfrente, había una tienda de escobas de segunda mano, e inmediatamente tuvo una idea.
- Ginny, necesito que aturdas a cuanto Zombi puedas, necesitamos llegar a la acera de enfrente. De acuerdo?
Ginny asintió con la cabeza, mientras sacaba su varita y comenzaba a aturdir a los Zombis más cercanos. Harry también hizo lo mismo. Muchas de esas criaturas, se les aventaban, pero ni Harry ni Ginny, permitían que se acercaran demasiado.
Lentamente, fueron caminando hacía la acera de enfrente, hasta que al fin llegaron.
- Ginny, necesito que los mantengas alejados por un momento -pidió Harry- No dejes de aturdirlos.
- Muy bien! -dijo la pelirroja, que estaba logrando mantenerlos a raya.
Harry quería romper el vidrio del escaparate de la tienda, pero para su mala suerte, se había olvidado del hechizo que rompía cosas.
[Como era? Brackia? Bracken? Demonios!!]
- Harry! No sé lo que pienses hacer, pero hazlo ya! Ya no puedo con ellos! -dijo Ginny, al ver que comenzaba a tener problemas con los zombis.
La pelirroja ya no podía con ellos, eran demasiados y ya estaban a escasos pasos de los chicos.
Por más que intentaba, Harry no pudo recordar el hechizo.
[ni modo!] pensó Harry [lo haremos al estilo muggle]
El gryffindor, se echó para atrás, tomó vuelo y fue a estrellarse contra el vidrio de la tienda, cayendo violentamente al piso y lesionándose con los pedazos de cristal roto.
Ginny no dejaba de seguir aturdiendo a los zombis, aunque retrocedía lentamente, pues ya no podía contenerlos más.
Harry salió de la tienda, montado en una nimbus 2000, tomó a Ginny por la cintura y salieron volando de Hogsmeade.
- Tuviste que romper el vidrio de esa manera? -reprochaba Ginny a Harry. El viento le pegaba de lleno en la cara.
- No me acordaba del hechizo para romper cosas! -explicó Harry.
- Pudiste haberme preguntado! -replicó Ginny- Es Brackium!
- Ya ni modo!
Después de atravesar todo el bosque prohibido montados en la escoba, los muchachos aterrizaron en la azotea de la torre de astronomía, burlaron a los guardias de seguridad mágica con la capa invisible y se dirigieron a la enfermería para que Harry fuera atendido. Para sorpresa de ellos, se encontraron ahí a Audrey y a Draco; al parecer, platicaban muy entretenidos.
- No pudimos encontrarlo! -exclamó Ginny, estaba toda despeinada y con la túnica llena de polvo.
Harry traía la mano izquierda herida, por la mordida de aquella mujer, también varías cortadas en la cara y la túnica algo desgarrada.
- Ron esta en la enfermería! -informó Audrey- Draco lo encontró en el pasillo del tercer piso! Esta muy golpeado, él… se cayó de las escaleras.
Draco y Audrey, intercambiaron miradas.
- Pero, él esta bien? -preguntó Ginny ansiosa.
- Parece que si -dijo Audrey- Madame Pomfrey ya lo esta atendiendo.
Harry miró a Draco con ojos inquisidores.
- Tu viste como se cayó? -le preguntó a el rubio.
- No -respondió Draco- Yo lo encontré cuando ya estaba en el piso. Al parecer, Weasley se ha dedicado a beber; yo creo que su estado de embriaguez fue la causa de su caída.
Harry no le creyó ni una sola palabra, pero no dijo nada.
- Esta ebrio? -preguntó Ginny avergonzada por la actitud de Ron.
- Si -dijo Audrey.
- Será mejor que entremos, Harry. Sirve de que te revisan esas heridas -dijo Ginny.
Harry y Ginny entraron a la enfermería, seguidos por Audrey y Draco.
Ginny se llevó la mano a la boca de la impresión de ver a Ron en aquel estado.
El pelirrojo estaba muy golpeado, tenía el ojo izquierdo totalmente morado y cerrado de lo hinchado que estaba. Le salía un poco de sangre en la nariz y tenía los labios hinchados. Estaba dormido.
Ginny se quedó al lado de su hermano, mientras le curaban las heridas a Harry. Draco y Audrey se fueron; al parecer tenían "cosas importantes que hacer"
Ginny esperó a que Madame Pomfrey terminara con Harry.
Después de un rato, Harry salió con la heridas curadas y la mano izquierda vendada; se reunió con Ginny, que estaba enfrente de la cama de su hermano.
Ambos muchachos miraban a Ron con pena. Después de un rato, Ginny salió de la enfermería y se sentó en una banca que estaba afuera; se sentía mal por Ron, pero no quería que Harry la viera así.
Harry, la siguió…
- Estas bien? -preguntó Harry, sentándose al lado de ella.
- Si -dijo ella- lo importante es que él esta aquí y que se recuperará pronto.
Harry se quedó callado por unos segundos. Miraba a Ginny con cuidado, sabía que la chica estaba mal. Harry odiaba ver sufrir a Ginny.
- Me duele verlo así! -dijo Ginny.
- Lo sé! A mi también me duele!
- Si tan solo se dieran una oportunidad! -exclamó la pelirroja con frustración- Quiero ayudarlos, pero no sé como!
Harry se acerca lentamente a Ginny y la abraza.
- No te preocupes, ya encontraremos alguna manera -dijo Harry en tono de consuelo.
Ginny se dejó abrazar por Harry; recargó su cabeza en su hombro y cerró sus ojos. Se sentía tan bien en sus brazos.
En ese pequeño instante, Ginny no deseaba estar en ningún otro lado. Solo quería estar ahí, muy cerca de él; oliendo su perfume, sintiendo los movimientos de su pecho al ritmo de su respiración, escuchando los latidos de su corazón.
En ese momento, Ginny descubrió que todo este tiempo había estado engañándose a si misma. No quería a Colin, nunca lo quiso. Solo había sido un intento desesperado por olvidar a Harry; obviamente, había fracasado. No podía seguir negando que… aún lo amaba.
Harry comenzó a acercarla más hacía él; lenta y suavemente.
El joven gryffindor sentía que estaba soñando. Pero, a pesar de sentirse tan bien al lado de ella, también sentía un profundo dolor; por no tenerla como él quería.
- Gin?
Ginny volteó la cara, para poder ver de frente a Harry.
- Si?
Harry miraba con intensidad a Ginny, tenía un nudo en la garganta. Quería que ella supiera lo que él estaba sintiendo; no importaba si ella tenía novio o no, simplemente… Harry ya no pudo contener ese sentimiento. Ni si quiera supo como le salieron las palabras…
- Ginny, quiero que sepas que… estoy profundamente enamorado de ti. Perdona si te lo digo, pero… ya no podía soportar estar en silencio.
Ginny comenzó a temblar de los nervios. Jamás se esperó que Harry le hiciera tal confesión.
- Harry… yo…
- No, déjame terminar -dijo Harry, ya decidido- Este sentimiento me ha estado consumiendo por dentro desde hace mucho tiempo. Día tras día he luchado contra esto; durante todo este tiempo me he repetido una y otra vez, que tu tienes novio, que yo no significo nada para ti, que tengo que olvidarte; pero la verdad es… que no puedo. He intentado pensar en otras cosas, en alejarte de mi mente, en olvidarte; pero… simplemente no puedo… y no quiero!
Sé que tal vez tuve una oportunidad contigo, y que por ser tan ciego, no la aproveche. Si debes estar con Colin, mientras yo me muero de los celos; lo tengo bien merecido, por haber sido tan tonto y por no haberme dado cuenta de lo mucho que significabas para mi; por no haberme dado cuenta de que… lo eres todo en mi vida.
Ginny estaba estupefacta. En ese instante, sentía una gran alegría en su alma. Harry, el hombre al que amó desde el primer momento en que lo vio, le correspondía! Pero a la vez, se sentía triste. Amaba profundamente a Harry, pero no podía estar con él; ella estaba con Colin ahora, y no quería hacerle daño.
- No espero que después de esto, termines con Colin y te eches en mis brazos -continuó Harry, acercándose lentamente al rostro de Ginny- Te estoy diciendo esto, por que es lo que siento y por que quería que supieras que… te amo.
Ambas miradas se fundieron; Harry acercó su rostro al de ella; tomó la barbilla de la pelirroja con su mano y la acercó más a él. La punta de su nariz tocó la de la chica, ésta, no pudo evitar estremecerse por completo. Mientras ambos, percibían la respiración y el aliento del otro, se dejaron llevar por sus sentimientos y se besaron. Inició con un inocente roce de labios, después sus labios se fundieron en un largo, dulce y tierno beso.
En ese instante de autentica magia, toda duda y temor se fue de la mente de ambos. Que diablos importaba Colin, Voldemort, o Ron? Que importaba si el mundo dejaba de girar? En ese momento, no existía nadie más.
En ese momento… todo el universo eran ellos dos. Solo ellos dos.
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Harry Potter y La Maldicion del Sueño Oscuro.
FanficHarry ha vencido una vez mas a Voldemort, pero este regresara con mas fuerza.. esta vez.. el enemigo se encuentra.. en su propia casa. (Para entender esta historia, debes leer primero su predecesora: "Harry Potter y el Heredero de Gryffindor")