Cap 22 Entre penas y esperanzas.

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Entre Penas y Esperanzas

Hermione iba saliendo de su junta con los prefectos; iría a la biblioteca a leer un poco, si no fuera por que tenía el humor por los suelos. Todo el asunto de Ginny, lo que estaba pasando con Ron y los recientes acontecimientos en el Ministerio, la abrumaban por completo.
Era una situación muy difícil, no había ni un solo motivo o razón para intentar seguir adelante.

Caminó sin rumbo, durante unos segundos, pensando en alguna solución; dándole vueltas a todo, tratando de encontrar una salida. Después de caminar un buen rato, se detuvo en un pasillo desértico, se recargó en uno de los muros del castillo y se dejó caer lentamente, hasta llegar al piso.
Comenzó a llorar, con gran desconsuelo. Era la primera vez que la respuesta a sus problemas no se encontraba en los libros, era la primera vez que ningún profesor podía decirle que hacer.

[Que puedo hacer? Si tan siquiera hubiese algo que pudiera hacer!] pensaba con angustia, mientras lloraba amargamente.

En ese instante, se escuchó el ruido de pisadas; alguien iba acercándose por el pasillo. Hermione ni se inmutó, siguió concentrada en sus penas…

- Señorita Granger! -exclamó una voz chillona desde la esquina del corredor- Un gusto saludarla!!
Hermione se limpió las lágrimas y volteó para saber quien le estaba hablando…

- Winky! -exclamó la castaña, sonriendo levemente.

- La señorita Granger no se siente bien? -preguntó la elfina con preocupación, acercándose a Hermione para observarla de cerca- La señorita tiene problemas?

- No es nada -dijo Hermione, desviando su mirada con pena- solo estoy un poco deprimida.

Winky miró con cuidado a Hermione, ésta comenzó a levantarse del piso.

- La señorita Granger debe animarse! A Winky no le gusta ver así, a la señorita!

- Ya se me pasará, no te preocupes -dijo Hermione con desgano.

- Winky quería verla desde hace tiempo -dijo la elfina doméstica, con entusiasmo- Winky encontró algo que es suyo!

Hermione la miró con duda…

- Algo mío?

- Si -asintió la elfina doméstica- Algo que a usted le pertenece!

Hermione estaba extrañada. Que podía tener Winky que fuera de ella? La elfina siguió hablando…

- Sígame! Le mostraré!

Hermione siguió a la elfa. Ambas caminaron por varios pasillos, hasta llegar a las cocinas. Winky llego al retrato de las frutas, le hizo cosquillas a la pera, ésta comenzó a retorcerse de la risa y se convirtió en el pomo de una puerta. La elfa giró la perilla y entró a las cocinas junto con la joven gryffindor.

Varios elfos domésticos se acercaron a Hermione y le ofrecieron de comer y de beber.

- No gracias -se negó Hermione amablemente- No tengo hambre.

Después de pasar por varias montañas de calderos, cazuelas y trastes sucios, ambas llegaron a una trampilla de madera.

Winky abrió la trampilla y bajó a través de ella, Hermione la siguió. Bajaron por unas escaleras de madera, muy gruesa y llegaron a un pasillo muy largo, que contenía innumerables puertas.

- Que es este lugar? -preguntó Hermione sorprendida de ver el largo pasillo y ver tantas puertas.

- Éste… es nuestro hogar! -explicó Winky- Aquí vivimos los elfos domésticos! El amo Dumbledore es muy bueno con nosotros! Nos da a cada elfo un cuarto propio, con todo y los muebles!! -añadió en tono de agradecimiento.

Hermione no le tomó mucho interés, se sentía muy aturdida y prefería saber que era eso que Winky había encontrado y le pertenecía a ella. Después de caminar un rato, se detuvieron en una de las múltiples puertas de madera.

- Al fin llegamos! -exclamó la elfina.

Winky tronó un par de dedos de la mano izquierda y la puerta se abrió de golpe.

Hermione miró sin interés, lo que parecía ser una pequeña sala en miniatura. La habitación estaba amueblada con pequeños sillones, una alfombra chica y una diminuta mesa de centro. Al fondo se encontraba una chimenea tan chica, que parecía de juguete.

Cuando Hermione posó su mirada sobre la mesa de centro, se sorprendió.
Sobre la pequeña y desgastada mesa de madera, flotaba una hermosa rosa roja, de la cual emanaban destellos rosas brillantes, color pastel.

Hermione se quedó mirando a la flor por unos segundos y luego entró a la habitación. Le bastó con poner un pie dentro, para detectar una riquísima fragancia por todo el ambiente.

- Pero… que… -comenzó a decir la castaña.

La chica avanzó con decisión hacia la salita y vio a la hermosa flor flotante.

- Pensé… pensé que se había quemado! -musitó Hermione para sí misma.

- La encontré en la chimenea de la sala común -intervino Winky- Alguien muy tonto debió intentar destruirla!

Hermione miraba aquella rosa de forma pensativa…

- Si… -dijo la chica arrepentida, recordando que ella misma había lanzado la flor al fuego- Alguien muy idiota, diría yo!

- El que lo intentó, no sabe que esas flores mágicas son casi indestructibles. Lo único que puede acabar con ellas, es el desamor! -explicó la elfina.

- El desamor? -preguntó Hermione con interés.

- Claro! -dijo Winky- Las dómilas son flores mágicas, que se alimentan del amor que existe entre las personas que las obsequian y las que las reciben. Es por eso que son eternas y que no necesitan de cuidados para que florezcan. Mientras ese amor exista, la flor existirá; si el amor termina, la flor se marchitará!

Hermione miró a la espléndida flor; de pronto, comenzó a sentir que una calidez entraba en su pecho y le invadía el alma. Su corazón sintió un poco de paz, pero sobretodo… esperanza.

- Eso… eso significa que… Ron aún me ama! -dijo para sí misma; luego, mirando a Winky con aprehensión, agregó- Verdad?

- Así es! -confirmó Winky contenta- Y si la señorita quiere pruebas, solo tiene que observar el brillo de su dómila!

Hermione miró  una vez más a la flor. De sus ojos, salieron unas cuantas lágrimas; pero éstas eran lágrimas de felicidad.

- Espero que la señorita Granger se sienta mejor! -exclamó Winky, observando con sus grandes ojos saltones a Hermione.

Hermione tomó su dómila por el tallo y luego, miró a Winky con infinita gratitud.

- Gracias Winky! -exclamó Hermione con ilusión- No solo me desvolviste mi flor… -y mirando una vez más a su preciosa dómila, agregó emocionada- …me devolviste la fe!!

Mientras tanto, en los pasillos del colegio, Harry iba caminado en compañía de Draco; ambos se dirigían  a sus respectivas torres.

- Yo aquí me desvío, Harry! -dijo Draco, mirándolo de modo preocupado- Si necesitas algo ya… ya sabes que…

- Gracias!  -lo interrumpió Harry.

- Hasta mañana! -se despidió Malfoy y se fue.

Harry dio unos cuantos pasos hacia la torre de gryffindor; el sonido sordo de sus pisadas podía escucharse por todo el corredor, mientras el ojiverde pensaba en la situación en la que estaba. O Ginny o Halley. Acaso tendría que elegir?
Repentinamente, el joven se detuvo, dio media vuelta y cambió de dirección. Ahora no se dirigía a su torre, se dirigía a la enfermería.

Al llegar a la enfermería, Harry se asomó por la puerta; ahí vio a varios magos y brujas aún heridos, otros tantos estaban logrando recuperarse; unos ya estaban definitivamente fuera de  peligro y recuperados.

Harry permaneció observando el sitio por unos segundos, hasta que su mirada encontró lo que estaba buscando. Una linda pelirroja le daba de beber agua a un mago que tenía ambas manos vendadas y reposaba sobre una de las camas.

Ginny sintió la mirada de Harry e inmediatamente volteó para poder verlo.

La joven Weasley terminó de atender al mago y salió al encuentro del ojiverde.

- Hola, Harry! -saludó Ginny con timidez.

Harry la tomó de las manos y la llevó aparte, cerca de la banca donde la había besado por primera vez.

- Que haces levantado tan tarde? -preguntó la pelirroja.

- Vine a verte! -respondió Harry con tono sereno, mientras observaba a Ginny con intensidad- Como… - intentó seguir hablando, tratando de que no se le quebrara la voz- …como te sientes?

- Un poco cansada, pero sin sueño -dijo Ginny, mirando a Harry; luego cambió su mirada, de Harry al piso- supongo que las pociones del profesor Snape, están haciendo su efecto… aunque… realmente no sé cuanto tiempo podré… resistir!

Harry miró a Ginny directo a los ojos; Ginny escondía su mirada de Harry; Harry la tomó por los brazos, la acercó a él y la abrazó con fuerza.

Ginny pegó su cuerpo al de Harry y se dejó envolver en los fuertes brazos del joven gryffindor, ella también lo abrazó.

En ese instante, Ginny pensó muchas cosas que anteriormente había pasado por alto.

Ella quería graduarse de Hogwarts, estudiar para Auror o tal vez para Medimago; viajar por todo el mundo, casarse, tener hijos, vivir su vida al máximo! Pero… con lo que ahora estaba pasando, todos esos proyectos de vida, parecían inalcanzables.
Ginny tomó conciencia de que… la vida, prácticamente, se le estaba escapando de las manos!

La pequeña de los Weasley, comenzó a llorar en silencio; sus silenciosas y mal disimuladas lágrimas, empezaron a empapar el uniforme de Harry.
Ginny dejó escapar un leve sollozo, mientras se daba cuenta de que, lo que más le dolía… lo que más se lamentaba, era el no poder estar más con Harry, con el hombre al que siempre había amado.

Harry la comprendió perfectamente, sin necesidad de que la pelirroja dijera palabra alguna; pues él sentía ese mismo dolor, ese mismo vacío en su pecho, esa misma angustia.
El joven gryffindor sintió como su corazón se encogía… lenta y dolorosamente.

Harry se separó de ella, le secó las lágrimas que caían por sus mejillas, con mucha ternura y le subió el rostro, tomándolo por la barbilla.

- Escúchame bien! -dijo Harry con solemnidad- No voy a permitir que algo te suceda! Entiendes? No lo voy a permitir!

Ginny miró con ojos cristalinos a Harry, mientras nuevas lágrimas se deslizaban con lentitud sobre sus sonrosadas mejillas.

Harry le limpió las lágrimas una vez más y  comenzó a perderse en la mirada  de la joven.

Ginny también se perdió dentro del verde de los ojos de Harry.
Harry se acercó lentamente hacia el rostro de Ginny; sus labios comenzaron a rozar los de ella, antecediendo un tierno y largo beso de amor.

Cuando se separaron, Ginny comenzó a respirar con profundidad, como si se le hubiera ido el aire y quisiera recuperarlo.

- Estas bien? -preguntó Harry algo asustado.

- Si -respondió Ginny hiperventilando un poco- Es solo que… cuando estoy contigo… hasta se me olvida respirar! -agregó ella con sonrisa triste.

Harry volvió a estrecharla fuertemente entre sus brazos. Ginny también lo abrazó. De pronto, la pelirroja dejó de sentir temor; total… si debía de morir, que mejor lugar que entre los brazos de Harry.

En ese momento, pero en otra parte de Hogwarts; Draco Malfoy iba llegando a la torre de Slytherin. Ya era tarde y aunque no tenía mucho sueño, el rubio había decidido entrar a su habitación; iba entrando a la sala común muy pensativo, imaginando que haría si estuviera en el lugar de Harry, cuando una voz conocida le interrumpió sus pensamientos.

- Buenas noches!

Draco dirigió su mirada hacia las escaleras, que era de donde provenía aquella voz.
La oscura sala común se luminó un poco, al encenderse unas cuantas antorchas,  dejando ver a Pansy Parkinson sentada en un escalón.

- Pansy! -dijo Draco extrañado de ver a la Parkinson despierta a tan altas horas de la noche- Que haces aquí? Deberías estar dormida! -agregó el rubio sin moverse de su lugar.

- Lo mismo digo! -respondió ella, levantándose del piso- Que haces levantado tan tarde y afuera de la torre?

Draco se dio cuenta de adonde quería llegar Pansy…

- Vagando… -respondió Draco con seguridad mientras observaba impasible, como la chica iba acercándose a él con lentitud.

Pansy se puso delante del atractivo rubio y lo miró desafiante. En ese momento, Draco comprendió que Pansy no estaba sola.

Detrás de unas cortinas que adornaban las paredes de la sala, salieron Crabbe y Goyle.
Draco adivinando lo que a continuación sucedería, se metió la mano en la túnica y tomó su varita, pero Pansy fue más rápida y exclamó el encantamiento de desarme.
La varita de Draco, salió volando por los aires, dejando a Malfoy a merced de los tres slytherins y completamente indefenso.

- Me han dicho varias cosas sobre ti, Malfoy -comenzó Goyle, acercándose a Draco- Me habían dicho que nos habías traicionado, que habías renegado de nosotros… que te habías convertido en un soplón!

Draco se quedó callado, sabía que estaba en problemas y trataba de pensar en algo, para poder salir bien librado de ahí.

- …claro, yo no quise creerlo -continuó Goyle- pero… hoy te vimos en la biblioteca…

Goyle comenzó a mover la cabeza negativamente, mientras chasqueaba la lengua repetidas veces…

- …frecuentando a Potter y a Weasley, siendo amable… servil…

Crabbe también se acercó a Draco, pero se aproximó por detrás del rubio.

- Ayudando a la sangre sucia, al pobretón y al huérfano!  -añadió Pansy con un desagradable gesto de asco en su cara.

- Pensé que no podías caer más bajo, Draco -dijo Goyle con mirada amenazante, paseándose alrededor de Draco- …ahora… tengo curiosidad, dime… ¿de que lado estas?

- Del lado de la razón! -respondió Draco.

Inmediatamente terminando la frase, Goyle le dio un puñetazo a Draco en el abdomen, Draco se dobló del golpe, pero Crabbe lo incorporó y lo tomó por ambos brazos, dejándolo expuesto a los golpes de Goyle; Pansy soltó una risita burlona.
- Yo soy tu amigo -dijo Goyle con burla- Y como tu amigo, voy a mostrarte de que lado debes estar!

¡pum! Un puñetazo fue recibido por Draco, justo en la mandíbula, ¡pum! Otro en el ojo izquierdo, ¡pum! Otro en la nariz…
Draco manchaba de sangre su túnica, sangre que le escurría de la nariz y del labio inferior.

- Solo así puedes, verdad?? -le espetó Draco, escupiendo un poco de sangre al hablar.

Goyle sonrió…

- Dile que me suelte… dile que me suelte y entonces verás!! -agregó Draco, apretando los puños y sosteniéndole la mirada a Goyle.

- Créeme, amigo -dijo Goyle con gesto de falso dolor- esto me duele más a mi, que a ti! Pero, de alguna manera tienes que recordar hacia donde debe estar tu lealtad!

Terminando de decir esto, Goyle le puso otro puñetazo en la cara a Draco y un fuerte rodillazo en la entrepierna.

Draco se dobló del dolor y cayó al suelo muy lastimado; Crabbe no lo sostuvo. Goyle lo pateo en el suelo, repetidamente y con toda su fuerza e ira.
Draco no podía defenderse, Goyle no le daba oportunidad alguna. El joven Malfoy comenzó a escupir sangre, esto alarmó un poco a Crabbe.

- Gregory… -intervino Crabbe- …creo que ya ha sido suficiente -agregó, mirando como Draco se hallaba golpeado y débil.

Goyle no le hizo caso y continuo con su brutal golpiza.

- Gregory, ya basta!

- Deja que lo siga golpeando! -intervino Pansy- Se lo merece por ser un maldito traidor!

- Tú cállate!! -le gritó Crabbe a Pansy con brusquedad; luego se dirigió de nuevo a Goyle- Ya basta! Se supone que íbamos a darle una lección, no a matarlo a golpes!

Goyle se detuvo, ya se había cansado de patear a Draco.

- Tienes razón -dijo Goyle, miró a Draco tirado en el piso, mientras éste trataba en vano de incorporarse.

- Vámonos! -les ordenó a Pansy y a Crabbe.

Los tres miraron con lástima a Draco…

- Ya lo sabes, amigo! -dijo Goyle- Ya sabes de parte de quien debes estar!

Los tres subieron las escaleras a sus respectivos dormitorios, dejando a Draco malherido y maltrecho, tirado en el piso  de la sala común.

Por otro lado, en la oficina de Dumbledore, Norman Diggle se ocupaba del asunto de Halley…

- La única que se le parece es un Imperius!  -comentaba Deddalus Diggle, mientras iba y venía, recorriendo el despacho del director- No se me ocurre otra cosa!

- Este modo de control es mucho más fuerte y eficaz que un simple Imperius  -decía Dumbledore- Es evidente que es algo mucho más complicado que eso!

- Yo tengo cierta sospecha, pero.. no lo sé -decía Norman, tocándose la barbilla con gesto pensativo.

- Cual? -preguntó Sirius en tono solemne.

Norman lo miró pensativo…

- No… no lo creo! -dijo para sí mismo- Faltarían muchos elementos; No… ni si quiera vale la pena mencionarlo -concluyó el desdentado mago.

De pronto, la puerta del despacho de Dumbledore se abrió. Todos miraron a la figura que entraba por la puerta. Se trataba de Harry. El joven Gryffindor entró con decisión a la oficina y se dirigió a Dumbledore; iba a decir algo, pero el mismo director lo interrumpió…

- Harry, que bueno que vienes!! -exclamó Dumbledore- Iba a mandar traerte, pero veo que ya no será necesario. Por favor, siéntate!

En la mesa de la oficina, lo observaban: Sirius, Snape, Deddalus, Norman, Fred, Alexander, Bill y por supuesto, Albus Dumbledore.

- Norman te hará unas cuantas preguntas, Harry -dijo Dumbledore, con mirada amable.

- A cerca de que? -preguntó Harry.

- A cerca de Halley, Harry; Norman esta tratando de determinar como es que Voldemort ejerce control sobre ella; si descubrimos como lo hace, podremos ayudarla! -explicó Albus.

Harry asintió con la cabeza, aunque el había ido a buscar a Dumbledore con la idea de que lo ayudara a buscar alguna solución para Ginny.

- Si hacemos que Halley regrese a ser la misma de antes, sería de gran ayuda para nosotros; además de que… ella misma podría deshacer todo lo malo que hizo! -agregó Deddalus, lanzándole a Harry una mirada de esperanza.

Harry sintió como si aquel pequeño mago, le hubiera leído el pensamiento, luego, pensó en lo que Deddalus acababa de decir; si Halley regresaba a ser la de antes, ella podría deshacer la Maldición de Ondina y Ginny quedaría libre y a salvo. Eso podría funcionar!

- Harry… -comenzó Norman, mientras tomaba uno de los muchos pergaminos que había regados por la mesa- Dime… en los últimos meses que conviviste con Halley, la notaste extraña?

- En que sentido?

- En su comportamiento, … notaste algo raro en su forma de ser? -preguntó Norman.

Harry se quedó pensando…

- Pues, a veces la sentía un poco distraída, como… como si estuviera en otro mundo; pero… supongo que eso le pasa a cualquiera!

- Si, claro! -aseveró Norman, mientras tomaba notas en su pergamino- Pero… yo hablo de algo mas… notorio -continuó pensativo- como… cambios repentinos de humor, o de actitud.

Harry se quedó pensando; después de unos segundos, su mente comenzó a echar marcha y los recuerdos empezaron a llegar a su turbada cabeza…

- Ahora que lo menciona… -comenzó a decir Harry muy pensativo- …si había actitudes extrañas en ella. Hace tiempo, antes de que ella ingresara al INMI ; Halley se encontraba muy nerviosa. Recuerdo que se levantaba por las noches muy agitada; y como no podía dormir, le daba vueltas a toda la casa.

Norman tomaba notas en aquel pergamino viejo, con una rapidez impresionante; Harry miraba con duda, la actitud del anciano mago.

- Bueno… en realidad, Halley siempre ha sufrido de insomnio -agregó el ojiverde, no muy seguro.

- Ah, ya veo -musitó Norman sin poner demasiada atención a esto último; luego, volviendo la mirada a Harry, volvió a preguntar con interés- Alguna otra cosa que recuerdes? Alguna actitud agresiva?

Harry negaba con la cabeza, Norman continuaba interrogando…

- Algún intento suicida? Depresión, tal vez?

Harry dejo de mover la cabeza negativamente; comenzó recordar las noches en que su hermana lloraba por Fred.

- Bueno… hubo una época en que Halley estuvo deprimida -explicó Harry.

- Y… por cuento tiempo fue eso? -volvió a preguntar Norman, mientras escribía de nuevo en su pergamino.

- Pues, realmente no lo sé! En ese tiempo ella ingresó al INMI y no sé si siguió deprimida…

- Sabes cual fue la causa de su depresión?

- No estoy muy seguro, pero creo que tuvo problemas con su… novio -respondió Harry, mientras miraba rápidamente a Fred, que parecía algo incómodo.

- Que tan deprimida estaba? -siguió preguntando Norman.

- Pues… -Harry no sabía a ciencia cierta que tanto había sufrido Halley por Fred- realmente no lo sé!

- Estaba muy deprimida!  -intervino Alexander-  Mi habitación esta junto a la de ella en el INMI; yo siempre la escuchaba llorar por las noches.

- Alguien sabe quien era el novio de Halley?

Alexander movió la cabeza en señal de no saber nada.

- Es… -Harry echó una rápida mirada de soslayo a Fred- bueno… no sé si debería de dec…

- Yo! -afirmó Fred; se veía más incómodo que nunca.

Alexander miró  a Fred sorprendido; no sabía que había estado conviviendo con el "ex" de la chica que le gustaba.

-Tuvimos unos cuantos problemas y nos separamos -explicó Fred sin decir más detalles.

Norman comprendió que el joven Weasley no quería hablar del asunto. Después de hacer unas cuantas anotaciones, Norman miró a Harry con seriedad y dijo con solemnidad.

- Harry, tengo información de que Halley fue secuestrada por Voldemort hace un año; y que sé intentó realizar la cuarta ceremonia de un ritual muy antiguo. Sé que la torturó e intentó conjurarla con el hechizo para obtener los poderes de Gryffindor. Recuerdas que haya pasado algo más, aparte de eso? Algún conjuro que alguien más le haya hecho? Mm… alguna marca que le hayas visto?

Harry intentó escudriñar entre sus recuerdos, no recordaba muy bien todo aquello que había pasado. Además, no era algo que quisiera tener presente por siempre.

- Creo que no! -concluyó Harry.

- Muy bien, Harry! Eso es todo! -exclamó Norman satisfecho con las respuestas del muchacho- Por favor, si recuerdas algo más, no dudes en decírmelo!

- Si.

- Ahora será mejor que vayas a descansar, ya es muy tarde! -dijo Dumbledore.

Harry salió del despacho de Dumbledore con un poco de esperanza. Si Norman Diggle lograba sacar a su hermana del dominio de Voldemort, ella podría deshacer la Maldición de Ondina y salvaría la vida de Ginny; ambas estarían salvadas!!

El joven gryffindor llegó a su torre, atravesó con velocidad la sala común y subió a su dormitorio; había sido un largo día y tenía que descansar. Se desvistió sin ganas, se puso la pijama, se arropó con las cobijas y se abandonó al sueño.

Harry estaba en un bosque; un bosque enorme y muy oscuro. Era de noche y había tanta maleza y árboles, que no se podía ver bien. El joven gryffindor comenzó a caminar con cautela por el bosque. Solo se escuchaban el crujir de las hojas en el piso, cuando Harry caminaba.
De repente, sintió la necesidad de correr, tenía un mal presentimiento que lo sofocaba, que le oprimía el pecho. De pronto se detuvo; había algo de agitación en ese sitio… Harry se fue acercando, al lugar donde escuchaba ruidos y gritos… de repente, ahí los vio…
Una batalla se llevaba a cabo en el bosque; la orden del fénix peleaba sin tregua, al igual que la orden tenebrosa. El ojiverde corrió a ayudar…

- Salva a tu hermana!! -gritaba Sirius, mientras se batía a duelo con un mortifago- Sálvala y salgan de aquí!!

A Harry comenzó a latirle fuertemente el corazón; comenzó a buscar ansioso entre todo el alboroto, el lugar donde podría estar Halley.
Al fin la encontró! Amarrada a una gran roca y desangrándose por el cuello; Halley trataba de soltarse en vano; comenzó a lograrlo; primero una mano, luego la otra…

Harry corrió a ayudarla, pero algo se le enredó en los pies y lo hizo caer al piso.
Una asquerosa serpiente verde lo aprisionaba, se enroscaba en su cuerpo y lo apretaba.
Harry intentó lanzarle un hechizo, pero ya era demasiado tarde. La serpiente lo envolvía por completo y el pecho de Harry no podía moverse; era cuestión de tiempo para que dejara de respirar…
De repente Halley toma una daga entre sus manos, va  adonde esta Harry y le entierra la daga a la serpiente; justo en la cabeza.

Nagini suelta un horrendo silbido, afloja el cuerpo y comienza a moverse de forma espástica. Harry al fin logra safarse.

- NOOOO!!!!

Se escucha un grito ensordecedor. Es Voldemort, que observa atónito como muere su asquerosa serpiente.

Harry y Halley comienzan a retroceder lentamente, mientras que Voldemort mira el cuerpo inerte de su serpiente y se lamenta por su muerte.

- Nagini!! No!!

- Vamos! Salgamos de aquí! -dice Harry llevándose a su hermana.

Voldemort cambia la mirada de Nagini a Halley, pero a ésta, la mira con intenso odio. Levanta la varita apuntándole a Halley y con ira en su voz, exclama:
                                                                   
- FUNESTO ERAM VIVUS, MORTIS TUA MORS ERO!!!

De la varita de Voldemort sale lentamente, una especie de polvo plateado, que comienza a condensarse en el aire y toma forma de una serpiente. Harry y Halley ya habían comenzado a correr, pero la serpiente plateada de Voldemort, se desplaza velozmente por el aire, alcanzando el hombro derecho de Halley. Ésta, se desvanece, emitiendo un quejido.

- Halley!! -gritó Harry- estas bien??

Halley se levanta del piso, toma a Harry de la mano, le sonríe con malicia y comienza a quemársela…

- No!! -dice Harry, tratando de apartar su brazo.

- Ahora ya es mía!! -se escucha la voz de Voldemort en tono de júbilo- Es mía!!! JAJAJA!!

Harry se despertó sobresaltado. Se encontraba en el piso de su habitación, temblando y empapado en sudor. Todo mundo seguía dormido, al parecer nadie se había dado cuenta de su terrible pesadilla; miró al rededor, tratando de comprender que todo había sido un mal sueño

De pronto, recordó que eso había sucedido hacia un año, cuando Halley fue sometida a la cuarta ceremonia.  En su mente resonaron las palabras que Voldemort había dicho… "FUNESTO ERAM VIVUS, MORTIS TUA MORS ERO"  Eso debía ser! Seguro que eso era lo que Voldemort había hecho para controlar a Halley, en venganza por lo de Nagini!!

Harry se levantó de un salto y dio unos cuantos tropiezos al emprender su torpe carrera y salió dando tumbos por el dormitorio. Corrió como loco hacia la oficina de Dumbledore.

- Profesor Dumbledore!! -exclamó Harry muy agitado, entrando junto con una corriente de aire al despacho del director.

Los presentes, (Dumbledore, Norman, Deddalus, y Sirius) voltearon sobresaltados, para ver quien hacia tanto alboroto.

- Harry, pasa algo? -preguntó Albus Dumbledore, preocupado; al ver a Harry tan agitado y pálido.

- Lo he recordado!! -exclamó Harry casi sin aliento, la carrera desde su dormitorio hasta el despacho del director, había sido fatigante- He recordado lo que Voldemort le hizo!

- Haber, cálmate y siéntate! -dijo Dumbledore, tratando de calmar al chico.

- De que hablas, Harry? -preguntó Sirius.

- En la cuarta ceremonia… -comenzó a relatar el ojiverde, mientras se sentaba en una silla- …Voldemort hechizó a Halley!

- Si, si -dijo Norman algo cansado- sabemos que trató de conjurarla para quitarle sus poderes, pero que no logró llevar a cabo todo el ritual.

- No me refiero a eso! -dijo Harry con ansia.

- Ah, entonces supongo que te refieres al encantamiento Lumen Phylos -comenzó a explicar Norman- verás, Voldemort hechizo a Halley para que no pudiera soportar la luz del sol; Halley incrementa sus poderes cuando es tocada por el sol, así que, para asegurarse de que ella no los usaría, la hechizo; pero tengo entendido que en la cuarta ceremonia, le aplicó el contra hechizo Lumen Phylos, para que ella pudiera resistir la luz y usar todo su poderoso potencial en su favor.

- No… -iba a interrumpir Harry, pero después de escuchar toda la explicación, exclamó- En serio? No sabía que se volviera más poderosa con el sol! -por un breve instante, se le olvidó lo que había venido a decir.

- Así es, Harry; es por eso que Halley es aún más peligrosa -dijo Dumbledore.

- Bueno, eso  es interesante… -retomó Harry- pero, yo quería decirles algo que pasó la noche en que se llevó a cabo la cuarta ceremonia.

- A que te refieres exactamente? -volvió a preguntar Sirius.

- Cuando yo traté de liberar a Halley, la serpiente de Voldemort me atacó; me hubiese matado, de no haber sido por que Halley acabó con ella.

Norman dio un bostezo, como que no le estaba dando mucha importancia al asunto, Harry se apresuró a decir lo que deseaba que los demás supieran…

- En fin, el punto es que, cuando Halley mató a la serpiente, Voldemort se puso como loco; Fue tanta su ira, que le lanzó un hechizo a Halley…

- Un … un hechizo? -dijo Norman, al parecer, su sueño se había desvanecido abruptamente y había renacido su interés por el caso.

- Si -dijo Harry- dijo… algo así como… funesto… mortis…vivus…no-sé-que!

Al escuchar esto, Norman y Dumbledore intercambiaron mirada nerviosas. Dumbledore desvió su mirada hacia la mesa y comenzó a entrelazar las manos, muy pensativo, preocupado. Harry continuó su relato…

- Después, de la varita de Voldemort salió una luz plateada, era… era como una especie de polvo plateado que comenzó a…

- Tomar forma? -preguntó Deddalus.

- Si -dijo Harry sorprendido.

- …de un animal! -completó Dumbledore- supongo que tomó la forma de una serpiente.

Harry asintió con la cabeza.

- Dime, Harry -dijo el director- viste si la serpiente tocaba a Halley?

- Si -dijo Harry- la alcanzó, a pesar de que  ya estábamos algo lejos.

- Harry, te has fijado si Halley tiene alguna marca en el cuerpo? Alguna especie de cicatriz… no lo sé… una mancha? -preguntó Dumbledore, su rostro cada vez se veía más cansado.

Harry recordó la vez en que se enfrentó a su hermana en el Ministerio de Magia. La joven había descubierto parte de su hombro derecho y Harry había podido ver claramente, una mancha negra bastante nítida, parecía la figura de una serpiente.

- Si -respondió Harry pensativo- en su hombro derecho, tiene una marca negra, una línea ondulada, que se parece al cuerpo de una serpiente.

Deddalus comenzó a buscar entre la montaña de pergaminos que estaban sobre la mesa; desde el fondo, sacó un viejo y desgastado pergamino. Trató de acomodarlo, teniendo cuidado en no romperlo, ya que el documento era bastante viejo;  lo abrió y lo mostró a todos…

- Funesto eram vivus, mortis tua mors ero! -exclamó Norman, mientras deslizaba el amarillento pergamino hacia Harry y hacia Dumbledore- Así es como se invoca!


Harry se asomó hacia el pergamino, para poder leer lo que éste contenía… En la primera línea se podía leer, con letras antiguas y borrosas…


"Tenebricosus  Somnus"

Harry Potter y La Maldicion del Sueño Oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora