Cap 23 La Maldición del Sueño Oscuro.

118 6 0
                                    

23

La Maldición del
Sueño Oscuro

- Que… es eso? -preguntó Harry desconcertado.

- Tenebricosus  Somnus! -exclamó Deddalus Diggle en tono dramático.

En ese momento, la puerta del despacho de Dumbledore  se abrió; Fred y Alexander iban entrando. Por la expresión de sus rostros, inmediatamente se dieron cuenta de que algo estaba pasando.

- Sucede algo? -preguntó Fred desconcertado.

Dumbledore se quedó callado, pensando; Norman les respondió…

- Sabemos lo que le esta pasando a Halley!

- Que le pasa? -preguntó Alexander con ansia.

Fred le echó una furtiva mirada de desaprobación…

- Halley esta bajo el influjo del "Tenebricosus Somnus" -respondió Norman.

- Que es eso? -preguntó Fred.

- Una poderosa y maligna maldición.. -intervino Dumbledore, levantándose por fin de su asiento y caminando por toda la habitación- Es una maldición muy antigua; data de milenios. Antes le llamaban así, pero es más conocida como… "La Maldición del Sueño Oscuro"!

- Y… como funciona? -preguntó Harry un tanto preocupado.

- Verás… -comenzó Dumbledore, dio un sonoro suspiro y explicó- es algo un poco complicado…

- No importa! -dijo Harry impaciente- Quiero saber! -luego, mirando a los demás, agregó- Todos queremos saber!

Dumbledore miró rápidamente a todos los presentes. Todo mundo se había acomodado en su respectiva silla y se dispuso a escuchar la explicación del director. Se veía que estaban bastante interesados; A Harry le pareció que el director había envejecido mucho en los últimos 5 minutos. Dumbledore se dispuso hablar, paseándose nerviosamente por toda la habitación…

- Todo en este mundo posee un equilibrio… una homeostasis que no debe romperse… -Dumbledore siguió dando pasos lentos, por toda la habitación- …Así como existe el frío, existe el calor; también existen los polos positivo y negativo, el blanco y el negro, la felicidad y el sufrimiento, el bien y el mal, etc. … saben a lo que me refiero? -los miró como si esperara una respuesta; todos asintieron con la cabeza, en señal de que habían entendido, el anciano siguió hablando- …todos, absolutamente todos, nacemos con dos tendencias: bondad y maldad. Cuando somos pequeños no somos concientes de ello, pero cuando crecemos, es cuando tomamos conciencia y tenemos el poder de decidir. Uno mismo va eligiendo el camino que desea tomar; Voldemort, erró el camino y decidió ser malvado; Alexander, su hijo, decidió ir por otro camino muy distinto, el del bien. Bueno, pues… la maldición del sueño oscuro, es una maldición muy poderosa que ataca la mente de las personas bondadosas; se mete en el subconsciente, aturde su personalidad dominante, en este caso, la personalidad buena, y la somete a un profundo sueño que termina por confinarla en la propia mente. Esto, a la larga provoca que su personalidad malvada, se libere y tome el control de sus actos. En este caso, la Halley Potter que todos conocemos, esta atrapada en su propia mente, observando desde dentro, todas las atrocidades que "la otra Halley" esta cometiendo!

Todos se quedaron callados… Dumbledore continuo explicando…

- Debo decir, que esto no muy alentador… -dio un suspiro de decepción, dejó de pasearse y se sentó en su lugar- Dado que Halley tiene poderes extraordinarios, "la otra Halley" puede llegar a ser muy poderosa y causarnos verdaderos problemas! Ella esta fuera de control, no es ella misma y eso puede resultar bastante peligroso para nosotros!

Hubo un silencio sepulcral que duró unos cuantos segundos. Al parecer, todos estaban impactados por la amplia explicación del director. Si Dumbledore estaba en lo cierto (que era lo más probable), iba a ser muy difícil que Halley volviera a ser la chica buena de antes.
Harry se quedó pensando; habían hablado de los efectos de la maldición, pero… había una cura?
- Podemos hacer algo para revertir la maldición? -preguntó Fred desconcertado, adelantándose a la pregunta que, tanto Harry como Alexander, querían formular- Existe algún contra hechizo o cura?

- No que yo sepa! -exclamó Dumbledore con profundo pesar.

- De hecho… hay una forma -dijo Norman muy pensativo.

- La hay? -preguntó Dumbledore con cierta esperanza.

- Bueno, no funciona para toda la gente y pues… es algo muy arriesgado! -respondió el pelón mago.

- A que te refieres con que "no funciona para toda la gente"? -preguntó Dumbledore.
Norman dio un sonoro suspiro y respondió:

- Esta es la única manera de salvar a los que sufren esta maldición;  y solo funciona en las personas que no han sido dominadas por el lado oscuro por completo. Halley es una chica muy fuerte; al dejar escapar a Harry en el Ministerio de Magia, ella demostró que "la otra Halley" aún no la ha dominado del todo. Por lo regular, cuando la otra parte toma todo el control; ya no hay nada que se pueda hacer. En este caso, creo que aún estamos a tiempo. Aunque… debo advertirles que es bastante peligroso!!

- Pero, supongo que podemos intentarlo, no? -dijo Sirius; al fin había podido salir del trance que le había causado aquella explicación.

- Que es lo que se tiene que hacer? -preguntó Dumbledore interesado.

- Como dijo Dumbledore -comenzó a explicar Norman, a todos los presentes- …la Halley que todos conocían, esta prisionera en su propia mente; lo que hay que hacer es… rescatarla!

- Bueno, eso es evidente -intervino Alexander- …la cosa es, como vamos a hacerlo?

- Tenemos que entrar en su mente y partir desde ahí…

- Y como se supone que entraremos en la mente de Halley? -preguntó Fred.

- Existe una poción para eso -respondió Norman- aunque… algunos ingredientes son algo difíciles de conseguir y algunos otros son… digamos que no muy legales.

- Danos una lista de todo lo que necesitas -dijo Dumbledore con seguridad, luego se levantó de su silla, se aproximó a la chimenea, tomó unos cuantos polvos flu y los regó por todo el fuego.

- Pensé que la red flu estaba bloqueada -comentó Fred.

- Solo se bloqueó para viajar -aclaró Sirius.

- Ah -musitó Fred, satisfecho con la explicación.

- Profesor Snape? Se encuentra ahí? -llamó Dumbledore, mientras metía su cabeza dentro de las enormes flamas verdes de fuego- Podría venir a mi despacho enseguida? Necesitamos de su ayuda. Gracias.

Dumbledore sacó su cabeza de las llamas y regresó a su lugar. Norman había tomado un pedazo de pergamino y había comenzado a escribir todos los ingredientes que necesitaba; como a los 5 minutos, Snape iba entrando a la oficina del director.

- Me necesitaba, señor? -preguntó Snape a Dumbledore con ceremoniosidad.

- Si, Severus; Pasa por favor! -dijo Dumbledore- siéntate!

- Que sucede?

- Necesitamos que prepares una poción -dijo Dumbledore con tono solemne- es una poción un poco complicada.

- Que clase de poción? -preguntó Snape interesado.

Norman terminó de escribir en su pergamino y se lo dio a Snape.
Snape leyó en silencio el documento.

- Es una poción muy complicada -advirtió Norman- Y algunos ingredientes serán difíciles de conseguir.

- He hecho pociones más difíciles! -exclamó Severus, mirando aún el pergamino con gesto de suficiencia- En cuanto a los ingredientes… tengo la mayoría -y mirando la receta con cuidado, agregó pensativo- Puedo saber, en la mente de quien piensan entrar?

- Halley sufre la maldición del sueño oscuro! -explicó Dumbledore.

Snape cambió su semblante, de presumido a preocupado…

- En serio?

- Me temo que si! -confirmó el director.

- Si Halley bebe esa poción, regresará a la normalidad? -preguntó Alexander con cierta esperanza.

- No -respondió Norman- La poción es solo una parte de todo lo que hay que hacer! Esta poción es para dos personas: para Halley y para la persona que irá a rescatarla.

- Y quien irá a rescatarla? -preguntó Sirius.

- Bueno… debe ser alguien que… tenga un fuerte lazo emocional con ella -dijo Norman.

- Alguien como… Fred? Quizá? -sugirió Sirius.

Fred se quedó sorprendido; no esperaba que lo fueran a elegir a él para salvar a Halley. Alexander hizo una mueca de disgusto; no le agradó mucho saber que Fred sería el "salvador" de Halley.

- No -dijo Norman- Por lo que sabemos, llevar a Fred solo agudizaría más el problema, ya que él puede despertar emociones en ella, tanto positivas como negativas. Hay que poner en claro una cosa. Halley es una persona fuerte, pero al estar deprimida por lo de Fred, se volvió más vulnerable a la maldición. Ver a Fred en este momento, sería como… echarle más leña al fuego!

- Entonces? -preguntó Alexander, con la esperanza de que lo eligieran a él.

Todos se quedaron pensando…
- Podría ir yo -intervino Harry- Ella es mi hermana y yo la quiero mucho. Creo poder hacerlo; claro, si me dicen que es lo que tengo que hacer.

Norman miró a Harry con aprehensión…

- No, Harry; Entrar en la mente de una persona es muy peligroso, ni yo, y creo que nadie, desea ponerte en riesgo!

- Pero… es mi hermana! -dijo Harry en tono de reproche- Tomaré cualquier riesgo para salvarla! Usted haría lo mismo si estuviera en mi lugar! -agregó el ojiverde.

Norman pensó un poco, miró a Dumbledore, éste le regresó una mirada que indicaba aprobación; Luego, volvió a mirar a Harry y asintió con la cabeza, con gesto de resignación.

- Bien, cual es el plan? -insistió Harry.

- Mira… -comenzó Norman- le daremos a beber la poción a Halley, en cuanto la beba, ella caerá en un profundo sueño y comenzará a abrir su mente; en cuanto ella tome la poción, tú deberás tomarla inmediatamente y te conectarás con ella; entrarás a su subconsciente y la buscarás dentro de su mente; toda tu magia y poder te acompañarán!

- Cuando llegue a su mente… con que me encontraré? -preguntó Harry con cierta aprehensión.

- Pues… -Norman lo miró dubitativo- …en realidad, nadie lo sabe. Nadie sabe todo lo que esconde la mente humana, ni si quiera su propio dueño. Lo cierto es que… estoy casi seguro de que, te encontrarás con "la otra Halley", y lo más probable es que, tengas que enfrentarte a ella.

Harry lo miró preocupado…

- Enfrentarme a … ella?

- Solo a una parte de ella; la parte malvada! -confirmó Norman- Pero esa no es la parte difícil.

- Ah, no?? -exclamó Harry, algo asustado- Acaso hay otro riesgo, aparte de enfrentarme a mi hermana?

- Pues en realidad… si -explicó el desdentado mago, con una mueca de resignación- Es muy importante que entiendas esto muy bien, Harry. Debes tener cuidado con lo que haces. "La otra Halley" tratará de detenerte; incluso… si puede, intentará matarte! Pero, tú solo podrás defenderte, no podrás atacarla, debes hacer las cosas de manera que no lastimes a la Halley malvada!

- Pero… como va a defenderse, sin hacerle daño? -preguntó Deddalus Diggle, se veía bastante confundido. Harry asintió, dándole la  razón a Deddalus.

- Bueno… -comenzó a explicar de nuevo, su hermano- Tu misión, Harry; es encontrar a la antigua Halley y ayudarla a despertar de la pesadilla donde se encuentra sumergida. Si por algún motivo, dañas a "la otra Halley", la antigua Halley también recibirá el mismo daño. Si tú destruyes a "la otra Halley", también estarías destruyendo a la antigua Halley! Las dos tendencias coexisten en la misma persona; siempre fue así, solo que una estaba suprimida y la otra dominaba. Si tú, por algún motivo, mataras a una de ellas, la otra también morirá! Si tú matas a la Halley malvada, perderemos a la antigua Halley… para siempre!

Harry se quedó pensando; parecía que eso era demasiado. [Ahora entiendo por que tanta insistencia en que era muy peligroso!] pensaba Harry. Como iba a hacer, para defenderse de su hermana, sin dañarla?

- Y esos no son todos lo riesgos -continuó, Norman- Hay otra cosa que también debes considerar. No puedes estar demasiado tiempo dentro de la mente de Halley. La poción te dejará en un sitio de inicio, tendrás una hora para buscar a la antigua Hall y despertarla; después tendrás que regresar al sitio de inicio. Si pasada la hora, no has regresado… te perderás en la mente de tu hermana y no podrás regresar a tu cuerpo… jamás! Y… bueno… todos sabemos que, el cuerpo no puede vivir sin la mente, así que…

- Puedo morir! -completó Harry, en tono sombrío.

Norman asintió con la cabeza, con gesto lúgubre. Todos miraban a Harry con seriedad.

- Es muy peligroso! -dijo Sirius preocupado y negando con la cabeza- Y ni siquiera sabemos si funcionará; no creo que sea buena idea que vayas, Harry.

- Para la persona que vaya será el mismo riesgo -agregó Norman- Es la única manera de vencer la maldición.

Todos se encontraban pensativos; tratando de encontrarle el lado positivo al asunto. Harry estaba muy serio; pensó unos minutos y al fin dijo:

- Sé que esto es muy peligroso, pero… aún así, voy a hacerlo!

Sirius lo miró orgulloso.

- Esperen un momento -intervino Fred- Estamos pasando por alto una cosa muy importante!

- Cual? -dijo Norman.

- Como se supone que vamos a darle de beber la poción a Halley? -explicó Fred con astucia-  Por que… no creo que quiera tomársela por pura buena voluntad! O si?

- Buen punto! -dijo Snape.

- Rayos!! -exclamó Norman Diggle, no pensó que su plan pudiera tener alguna falla- No había contemplado eso!!

- Pues… podríamos obligarla! -sugirió Alexander.

- Y quien va a obligarla!? Tu? -dijo Fred sarcástico. Alexander lo miró molesto.

- Podríamos aturdirla y darle a beber la poción! -sugirió Sirius pensativo- pero… esto es de urgencia y tendríamos que ir a donde se esconden los mortifagos, para encontrarla.

- No creo que eso sea necesario -intervino Dumbledore, se levantó de su asiento y miró hacia una de las ventanas de su oficina- Ella vendrá! Estoy seguro. En cuanto a lo de aturdirla, no creo que sea tan sencillo. Primero nos calcinaría vivos antes de dejar que nos acercáramos a ella… no… -agregó mientras regresaba a su asiento- déjenme eso a mi! Yo me haré cargo de ella!

Todos se quedaron callados, pensando en el plan tan arriesgado y descabellado que acababan de tramar.

- Bien… -dijo Dumbledore- …Ya esta dicho. Así lo haremos. Severus, necesito que tengas la poción lo antes posible.

- Mañana la tendrá lista, director! -respondió Snape, con seguridad. Norman lo miró con admiración.

- Esta reunión se terminó; será mejor que vayamos a descansar -concluyó el anciano.

Todos y cada uno se fueron saliendo de la oficina del director. Harry iba caminando por el corredor, hacia la torre de Gryffindor, con el corazón palpitándole. Sabía que era peligroso, sabía que podía morir en el intento, pero era algo que tenía que hacer.

[Por mi hermana y por Ginny!] pensaba Harry decidido.

*      *      *
A la mañana siguiente, Harry despertó tarde; ya eran las 11:36 de la mañana, cuando apenas bajó al gran salón; ahí confirmó que no era el único que desayunaría tarde.
Muchos alumnos de las diferentes casas, apenas iban bajando a tomar el desayuno; al parecer las clases se habían suspendido.

El ojiverde se dirigió hacia la mesa de gryffindor y se reunió con Ron, Hermione y Ginny; ésta última se veía más pálida que de costumbre y más ojerosa que nunca.

- Buen día! -dijo Harry un poco más animado.

- Hola! -saludaron el resto.

- Espero que estés buscando lo que prometiste que buscarías -dijo Ron con seriedad.

- Ya no será necesario buscar… -dijo Harry- Norman Diggle encontró una manera!

Ron lo miró con aprehensión…
- En serio??

- Así es… aunque… -Harry se quedó callado durante unos segundos- no es algo muy sencillo que digamos.

- Que quieres decir? -preguntó Hermione con interés.

Harry comenzó a narrarles todo acerca de la maldición del sueño oscuro y de todo lo que ayer se había hablado en la oficina de Dumbledore.

- No quisiera parecer impertinente, pero… eso en que beneficia a Ginny? -preguntó Ron.

- No lo entiendes? -dijo Hermione muy metida en  la plática- Si Harry logra salvar a Halley y hacer que vuelva a la normalidad; ella podrá deshacer la maldición que le hizo a Ginny!

- Ah -musitó Ron.

- Pero… -intervino Ginny- Eso es muy arriesgado!

- Pues si! -aceptó Harry- Pero… es la única alternativa que tenemos.

En ese mismo instante, por la gran puerta del gran salón, un muchacho rubio iba entrando…

- Oh por Dios! -exclamó Hermione, llevándose las manos a la boca y con expresión de estar consternada; Harry, Ginny y Ron voltearon a ver que pasaba.

Draco Malfoy iba entrando al gran salón. Traía el ojo derecho amoratado, la nariz parchada, el labio inferior hinchado y roto; caminaba con lentitud, ya que cojeaba levemente con la pierna izquierda.
Crabbe, Goyle y Pansy, lo miraron y luego intercambiaron entre ellos un par de risas burlonas. Luego, Crabbe le hizo señas a Draco…

- Draco! -exclamó fuertemente desde su mesa- Aquí hay un lugar, amigo! Te guardamos un asiento.

Draco dio unos cuantos pasos y se detuvo a observar las cuatro mesas.

Vio que Crabbe lo invitaba a sentarse, mientras que Pansy y Goyle lo miraban expectantes, para ver cual sería su reacción…

- Recuerda de que lado estas! -agregó Crabbe, mirando a Draco amenazadoramente.

Harry, Ginny, Ron y Hermione; se dieron cuenta de todo.
Draco miró a Crabbe con mirada de resentimiento, siguió avanzando con lentitud y cambió de dirección. Crabbe no entendió el cambió de dirección de Draco, pero se quedó sorprendido, al igual que Goyle y Pansy.

Draco se había dirigido hacia la mesa de Gryffindor; al sitio donde Harry y compañía, estaban sentados…

- Les molesta si me siento aquí? -preguntó Malfoy con trabajos, ya que la inflamación del labio inferior no lo dejaba hablar muy bien.

- En absoluto! -dijo Harry, haciendole un lugar a Draco.

Malfoy se sentó con cuidado y después volvió a mirar a Crabbe, esta vez, su mirada era retadora.

Crabbe y Goyle lo miraron con desaprobación, junto con otros Slytherins.

- Estas loco?? -le dijo Ginny- Te acabas de echar encima a todos los Slytherins!!

- Créeme! Esto no se puede poner peor! -respondió Draco.

- Que fue lo que te paso? -preguntó Hermione.

- No es nada! -dijo Draco- Solo fue un accidente.

- Déjame adivinar -intervino Ron, mirando rápidamente a Crabbe y Goyle- Fueron las "escaleras", cierto?

Draco miró a Ron sorprendido. Al parecer, Ron no estaba del todo inconsciente cuando se emborrachó y fue golpeado por el par de gorilas.

- Así es -respondió el rubio.

- Esas "escaleras" ya han causado muchos problemas -dijo Ron en tono de odio y apretando los puños- vamos a tener que darles un poco de "mantenimiento".

- No creo que puedas -dijo Draco- al menos, no hoy. Todos los estudiantes regresaran hoy por la tarde a sus respectivas casas. Todos, excepto yo; como no hay nadie que se haga cargo de mi! -agregó con tristeza.

- No te sientas mal -dijo Harry- Ron, Ginny y yo, también nos quedamos.

- Hablaré con Dumbledore -intervino Hermione- le diré que no pienso abandonarlos. Yo también quiero quedarme!

En ese momento, una gran lechuza gris, entró ululando fuertemente por una ventana y sobrevoló el gran salón.

- No es un poco tarde para el correo? -dijo Ron, extrañado.

La lechuza se dirigió hacia la mesa de gryffindor y le lanzó una carta a Draco. Después, retomó su ruta y salió por la misma ventana por la que entró.

Éste, tomó el sobre y comenzó a leer con cuidado, ya que no podía ver bien, gracias al golpe en el ojo derecho.

- Que sucede? -preguntó Ginny, al ver que Draco ponía expresión de incomprensión.

- Es de San Mungo! -dijo Draco dudando. El rubio abrió el sobre, sacó una carta, la desdobló con cuidado y comenzó a leerla.

Después de estar leyendo durante unos segundos, Draco cambió completamente su semblante. El rubio se puso totalmente pálido, casi transparente; sus manos comenzaron a temblarle ligeramente y sus grandes y grises ojos empezaron a ponerse vidriosos, cristalinos; el muchacho continuó leyendo…

- Estas bien? -preguntó Harry; notando el repentino cambio del slytherin.

Draco no respondió. Terminó de leer la carta, la dobló con cuidado, mientras tragaba saliva y hacia un enorme esfuerzo por no llorar.

- Estoy bien -dijo al cabo de unos segundos, con la voz quebrada y el alma hecha pedazos.

- Podemos ayudarte en algo? -preguntó Ron consternado; ya suponía lo que había sucedido.

Draco movió la cabeza en señal de negación, se levantó de su asiento y salió del gran salón sin decir nada más.

- Qué le pasó? -preguntó Ginny confundida.

- Al parecer recibió malas noticias -dijo Hermione.

- Espero que no sea lo que estoy pensando -murmuró Ron por lo bajo y para sí mismo.

- Bueno, yo tengo que irme -se levantó Hermione- todavía tengo que organizarme con los prefectos para llevar al resto de los estudiantes a la estación en Hogsmeade. Los veo después! -agregó muy segura y salió del gran salón.

- Crees que Dumbledore la deje quedarse? -preguntó Harry a Ron.

Ron se encogió de hombros, en señal de no saber nada.

- Bien, yo voy a la enfermería, a ver como sigue mi papá! -dijo Ron- nos vemos después!

- Y yo voy a darme un baño! -agregó Ginny- Al rato nos vemos!

Los dos Weasleys se despidieron y dejaron solo a Harry.

- Ahora resulta que todos tienen cosas que hacer, menos yo! -dijo Harry a sí mismo.

Mientras tanto, en uno de los numerosos corredores de Hogwarts; dos muchachos instalaban un detector de tenebrismo, especialmente pesado…

- Esta cosa pesa bastante! -se quejaba Alexander.

- Algo -afirmó Fred, que era más fuerte que Alexander y por lo tanto, aguantaba más peso.

Ambos chicos habían estado trabajando juntos.

- Necesitan una mano? -dijo una voz varonil.

Ambos muchachos voltearon para ver de quien se trataba y vieron a Bill. El mayor de los Weasley fue a ayudarles a instalar el detector de tenebrismo. Entre los tres, acomodaron el pesado artefacto.

- Gracias -agradeció Alexander; secándose el sudor de la frente con la manga de su túnica.

- No hay por que! -respondió Bill, mirando de reojo a Fred, para ver si él también le agradecía. Fred se limitó a sacudir el polvo de su túnica.

- Le avisaré a Moody que éste, ya está!! -dijo Alexander y se alejó, dejando a los hermanos solos.

- Y… como esta mamá? -preguntó Bill como para hacer plática- Supe que fue una niña!

- Si -dijo Fred en tono cortante- Todo salió bien.

Luego, el gemelo se dio la vuelta y se alejó con decisión. Bill lo siguió…

- Fred… -le llamó Bill- Fred…!

Fred no le hizo caso y siguió su camino. Bill aceleró el paso y alcanzó a su hermano.

- Hasta cuando vas a dejar esta estúpida actitud?? -dijo el mayor de los Weasley.

Fred se paró en seco, giró bruscamente en dirección hacia Bill y lo miró con ira.

- Actitud estúpida?? -preguntó Fred molesto- Crees que esto es algo estúpido? Crees que fue una estupidez haberme quitado a mi novia??!!!

- Maldita sea, Fred!!! Cuando vas a dejar de discutir por eso??

- Crees que es algo difícil de olvidar?? Ah??-exclamó Fred, dando de empujones a su hermano mayor.

- Eres un necio!! -decía Bill, encarando a Fred- Si tan solo supieras lo que realmente pasó!!

- Ahora si te acuerdas?? -dijo Fred; cada vez estaba más enojado- Pensé que "no sabías lo que estabas haciendo"!!! -agregó, imitando a su hermano.

- Mira, déjame explicarte… -comenzó Bill, armándose de paciencia.

- Ahórrate tus explicaciones!! No quiero saber nada!! Ni de ti, ni de ella!!

- Sigues siendo un imbécil, niñito mimado!! -exclamó Bill ya molesto.

De repente, Fred sintió que la sangre se le calentaba y le recorría todo el cuerpo; perdió el control de sí mismo y se fue en contra de su hermano.
El gemelo, sorprendentemente, azotó a su hermano mayor sobre la pared y le propinó un tremendo puño en la mandíbula; pero Bill no sé quedó cruzado de brazos. El mayor de los Weasleys, tomó el brazo agresor y comenzó a torcerlo, antes de que le propinara otro golpe. Bill comenzó a girar el cuerpo de Fred, quedando éste de espaldas.

Bill tiró a Fred al piso, boca abajo y siguió torciéndole el brazo, provocándole dolor; luego, se colocó encima del gemelo, aplastándolo con su enorme y bien conformado cuerpo.

- Me vas a escuchar, aunque no quieras! -dijo Bill forcejeando con Fred.

Fred trataba de zafarse, pero Bill era mucho más fuerte y lo tenía bien sujeto. El mayor de los Weasley siguió hablando…

- Si… es verdad!! Es verdad que Halley me gustó!! Desde la primera vez que la vi en el andén 9¾, me gustó y mucho!! Pero cuando supe que tú y ella tenían algo, yo me aparté!! En ese momento, yo me olvidé de ella y comencé a buscar por otro lado! Yo jamás me metería con las novias de mis hermanos!! Nunca!!

- Entonces, por que lo hiciste?? -preguntó Fred dolido, aún forcejeaba con su hermano- Tú sabías muy bien que yo la amaba y no te importó!! Sabías muy bien lo que ella significaba para mi y aún así, lo hiciste!! Me la quitaste!!

- Yo no te quité nada, Fred!! -respondió Bill- Esa noche, pasó algo muy raro. Llegué muy tarde del trabajo, cuando entré a la casa, escuché ruidos; ya todos estaban dormidos y me decidí a investigar; cuando entré a la cocina, la vi… Ella estaba sentada sobre la mesa, bebía un vaso con agua…

Todo estaba oscuro, Bill había escuchado ruidos raros y había ido a investigar de donde venían…
El atractivo pelirrojo, entró a la cocina; nunca se imaginó lo que a continuación iba a ver.

Una hermosa joven, de largo cabello negro y bello rostro, estaba sentada sobre la mesa de la cocina…

- Halley? -preguntó Bill dubitativo, tratando de reconocer a la chica, mientras sus bellos ojos azules se acostumbraban a la oscuridad del lugar; cuando al fin logró reconocerla del todo, agregó- Hola!! Que haces aquí?

- Tenia sed! -respondió ella en tono sexy y fijando su seductora mirada en el mayor y más bello de los Weasleys- Y… vine por un poco de agua.


Bill dio unos pasos hacia Halley, se acercó a ella.

- Viniste con Harry y Sirius? -volvió a preguntar Bill.

- No -respondió ella lentamente y con voz suave; luego, levantó su bella mirada y observó a Bill, directo a los ojos…

- Imperius!

Bill comenzó a sentirse extraño. Halley era tan hermosa, tan atractiva, Aquella mirada lo tenía como… hipnotizado. No podía dejar de verla, de admirar su belleza, de observar ese par de ojos negros… esa boca… esos labios que lo tentaban terriblemente a probarlos.

Halley bebió otro trago de agua, sin dejar de observar a Bill; dejó el vaso sobre la mesa; Bill miraba como una pequeña gota del transparente líquido le había quedado sobre su labio inferior. Halley, seguía observando al mayor de los Weasleys, mientras entre abría sus labios y con su lengua, removía la gota que le había quedado; humedeciéndolo al mismo tiempo; todo esto, con suavidad y lentitud. A continuación, la chica estiró su brazo hacia Bill y lo colocó sobre su hombro, comenzó a bajar su mano… lentamente sobre el pecho del pelirrojo; cuando llegó a la corbata, tomó el pisa corbatas de metal que Bill llevaba puesto y lo desabrochó…

Bill observaba idiotizado, sin protestar. Sentía la cabeza pesada, la mente turbada. "Bésala!!"  le ordenaba una voz en su mente, mientras dentro de Bill surgía un deseo incontenible e intenso de tomar a Halley entre sus brazos… de besarla… de poseerla!
La joven volvió a sujetar la corbata de Bill, la jaló, llevando a Bill hacia ella; acercó su rostro al de él; sus labios comenzaron a rozar los del pelirrojo; éste, sintió el aliento de ella, se dejó llevar y la besó apasionadamente…

- Me sacó todo lo que pudo!! -explicaba Bill, todavía sujetaba a Fred con fuerza en el piso- Todo!! Claves!! Contraseñas!!, TODO!! Como crees que fue violada la seguridad del INMI?? Como crees que lograron atacar el Ministerio de Magia?? Como crees que envenenaron el agua de Hogsmeade? Como crees que descubrieron el túnel secreto por el que Harry y los demás escaparon, el día del ataque al Ministerio?? TODO SE LO DIJE YO!!! -agregó Bill, con frustración- Yo le di información del Ministerio y también de la Orden del Fénix!!  Yo soy el único maldito responsable de todo este.. caos!!! Después de sacarme información, me borró la memoria y se fue!! -concluyó molesto; aún seguía forcejeando con Fred.

A Fred se le hacía increíble esa historia. Simplemente, era absurdo que Halley, una chica recién egresada de Hogwarts, pudiera ejecutar a la perfección una maldición imperdonable sobre su hermano, un mago mayor y con mucha experiencia. Pero, por otro lado, la idea no era tan descabellada; para esa época, Halley ya debía estar bajo el influjo de La Maldición del Sueño Oscuro, además, la chica posee poderes excepcionales y era probable que hubiera aprendido rápido, como ejecutar un Imperius, más aún, estando bajo la instrucción del mismísimo Lord Voldemort.

Bill soltó a Fred y se levantó del piso. Fred también se incorporó, un poco más calmado.

- La única verdad es… que Halley jamás te engaño! Ni yo tampoco! -dijo Bill, un poco agitado por el forcejeo- Ella estaba bajo el efecto de "el sueño oscuro" y yo… sobre los efectos del Imperius.

Ambos hermanos se quedaron mirando durante unos segundos. Alexander regresó corriendo…

- Creo que ya son todos! -exclamó el joven Louthd, sin siquiera imaginar lo que había pasado durante su ausencia.

- Eso es todo lo que quería que supieras! -dijo Bill serio- Si me crees o no, eso es cosa tuya!

El mayor de los Weasleys se dio la vuelta y se alejó, dejando a Fred muy pensativo y totalmente confundido.

Por otra parte; en uno de los solitarios pasillos de Hogwarts; una muchacha rubia caminaba en silencio, tratando de llevar una buena carga de equipaje.

- Deberían tener carritos para las maletas! -se decía Audrey a sí misma, tratando en vano de arrastrar su baúl, a la vez que cargaba otra maleta.

- Problemas con el equipaje? -preguntó una conocida voz, desde el final del corredor.
Audrey giró la cabeza para buscar al dueño de esa voz. Se trataba de Ron. El pelirrojo caminó hacia ella, con una leve sonrisa en su rostro.

- Algunos! -respondió ella.

- Déjame llevar esto -se ofreció Ron caballerosamente, llevando el pesado baúl de la rubia- Que traes dentro?  -reprochó el pelirrojo- Piedras??

- En realidad son mis libros! -explicó Audrey, caminando junto a Ron, hacia el gran salón.

- Veo que ya tenías todo preparado -comentó Ron.

- Veo que tú, no! -respondió Audrey- En donde están tus cosas?

- Yo voy a quedarme! -explicó Ron, mientras doblaba la esquina; ya estaban cerca del gran salón- Mamá aún sigue en San Mungo y mi papá, aunque ya esta bien, se quedará aquí; así que no tiene caso que regrese a casa!

- Ah, ya veo! -exclamó la rubia, un poco decepcionada.

Al poco rato, ambos muchachos llegaron al pasillo cercano al gran salón, en donde todo el estudiantado solía dejar el equipaje, para ser llevado al tren. Ron acomodó el baúl de la rubia, junto con el resto del equipaje de los otros estudiantes.

- Servida, señorita! -dijo Ron en tono de broma y haciendo una inclinación hacia Audrey.

- Te lo agradezco! -exclamó Audrey haciendo lo propio.

-  Bien… -exclamó el pelirrojo- que tengas un buen viaje!

- Gracias, Ron! -exclamó ella, despidiéndose de Ron con un abrazo.

El pelirrojo respondió al abrazo de Audrey, de manera natural; pero eso no le impidió sentir la fuerza y la emoción con que ésta lo sujetaba. Pensando que a Audrey le pesaba despedirse, Ron dijo:

- Vamos, Audrey! Esto no es un adiós definitivo! Nos veremos muy pronto!

Audrey siguió aferrada a Ron. Después, la chica se despegó un poco, se colocó frente al rostro de Ron y  se acercó lentamente al oído del chico.

- Cuídate! -le susurró con suavidad al oído- Cuídate mucho, quieres?

La rubia comenzó a mover su rostro, rozando la mejilla de Ron, hasta llegar cerca de sus labios.

Audrey, comenzó a acercarse a los labios del pelirrojo. El joven gryffindor fue tomado por sorpresa; su mente se había puesto en blanco, estaba paralizado; no esperaba que Audrey quisiera besarlo! Que se suponía que debía hacer? Quitarse? Corresponder?

Mientras Ron luchaba consigo mismo y se encontraba indeciso, Audrey siguió adelante y comenzó a besar a Ron; éste, sin pensar con claridad… correspondió el beso.

En ese momento, Ron se sintió tan confundido. Sintió un cosquilleo dentro de sí mismo, una especie de sensación placentera que le recorría todo el cuerpo; los labios de Audrey eran tan suaves, tan cálidos, tan ricos… El varón más joven de los Weasley, cerró sus ojos y empezó a dejarse llevar por aquella sensación tan agradable y placentera.

Ron hubiera disfrutado del beso, si no hubiera sido, por que la imagen de Hermione invadió su mente.

- No, esto… no esta bien! -susurró Ron, separándose con lentitud de Audrey.

- Por que? -preguntó Audrey con voz suave, mientras se acercaba una vez más a Ron- Tú quieres olvidar a Hermione y …yo puedo ayudarte a hacerlo!

Audrey volvió a besar a Ron. Ambos chicos comenzaron a dejarse envolver por aquella sensación, hasta que un ruido sordo, los interrumpió.

Ambos se separaron abruptamente y voltearon, para saber que había sido ese ruido.

Una chica de cabello castaño y enmarañado, estaba parada cerca de la entrada del gran salón. Los observaba a ambos sin parpadear; estaba pálida y tiesa; como si estuviera petrificada y a un lado de ella, yacía su baúl tirado en el piso, abierto y con todos sus libros regados por el suelo. De la impresión, se le había soltado de las manos.

- Per… perdón por interrumpir! -exclamó Hermione en tono nervioso, mientras trataba de levantar su baúl con torpeza y comenzaba a recoger sus libros del piso; al fin había reaccionado ante aquella dolorosa escena, intentaba comportarse lo más normal posible, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no echarse a llorar.

Ron sintió como si toda la temperatura de su cuerpo bajara en un segundo y sintiéndose peor que una cucaracha; corrió torpemente hacia la castaña para ayudarle con sus cosas.

- Estas… estas bien? -preguntó Ron con nerviosismo- Te hiciste daño?

- No, no… -se apresuró a responder Hermione- Estoy bien! Solo ha sido el baúl! Se me cayó! -agregó la castaña, evadiendo la mirada del pelirrojo y repitiéndose a sí misma, una y otra vez, que no iba a llorar, y menos delante de Audrey.

Por otra parte, Audrey dio un suspiro que expresaba verdadera frustración, mientras observaba a Hermione con cierto fastidio.

Ron y Hermione continuaban guardando las cosas de ésta última, sintiéndose bastante incómodos; el pelirrojo, consumido por la vergüenza y la castaña, consumida por el dolor.

En ese instante; unos alaridos se escucharon en las afueras del castillo. Ron dejó de hacer lo que estaba haciendo y trató de poner atención a aquel leve ruido que sobresalía del ambiente.

- Que pasa? -murmuró Audrey extrañada, viendo como el pelirrojo se levantaba de repente e iba hacia la ventana.

- No lo sé! -respondió él, que comenzó a trepar por las paredes del castillo para poder asomarse a la alta ventana.

Hermione seguía recogiendo sus cosas con rapidez; aún estaba algo impactada por lo que acababa de presenciar.

- No puede ser! -exclamó Ron, en cuanto se asomó por la ventana.

- Que? -preguntó Audrey inquieta.

- Audrey… -dijo Ron sin dejar de mirar por la ventana- Ve por el profesor Dumbledore -le ordenó el pelirrojo muy serio.

Audrey se quedó extrañada por aquella petición.

- Rápido!! -agregó Ron con desesperación, al ver que Audrey estaba inmóvil.

Al ver la actitud de Ron, Audrey no se atrevió a cuestionarlo y salió corriendo en busca del director.

- Que sucede? -preguntó Hermione a su "ex" pelirrojo, se notaba interesada en lo que sucedía afuera.

Ron saltó de la pared en donde se hallaba apoyado y cayó de pie sobre el piso.

- Están aquí! -respondió con seriedad, mirando a Hermione con preocupación- Ya vienen…


Harry Potter y La Maldicion del Sueño Oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora