Sabía que lo mejor para mí era irme de esta ciudad. Desde niña siempre he soñado con irme a vivir lo más lejos posible de esta ciudad que solamente destroza tu vida, quería estar lejos de mi familia, de mis amigos, de las personas. Siempre tuve ese sueño tan inquietante de comprarme una casa simple en el campo y pasar el resto de mi vida allí, tranquila.
Las personas de la escuela suelen tenerme mucho miedo y odio, también suelen respetarme, pero desde que me empezaron a ocurrir cosas horribles comencé a perder mi esencia, comencé a volverme un poco más débil, así que todos estos hijos de puta comenzaron a aprovecharse de eso y cada día veo sus sonrisas de satisfacción al notar mi sufrimiento. Claramente ellos estaban felices de toda la mierda que me estaba ocurriendo. Ninguno de ellos parecía tener ni una pizca de sentimientos, de alguna forma, se sentía como si me estuvieran imitando. No lo negaré, soy alguien mala, despreciable y que no tiene tanta compasión por los demás, ni por las personas que me rodean. Si fuera por mí, me daría totalmente igual si algo les pasara a todos los imbéciles que vienen a esta horrible escuela, pero... ahora, al tener tantas experiencias de mierda, espero que nunca les pase lo mismo que me ha pasado a mí a lo largo de toda esta vida de mierda.Y aunque deseara con todas las ganas del mundo irme de esta horrible ciudad, no podía hacerlo. Lamentablemente, aunque nadie lo crea, una parte de mi si quería a las personas, y muchas de esas personas a las que qui-quiero y que me importan están en esta ciudad. Si me iba, si me alejaba sin decirles absolutamente nada, seguro no me lo perdonarían, cosa que realmente no me importaba, pero si algún día volvía, nadie estaría ahí para apoyarme. Todo me hubiera sido más fácil si no tuviera a gente que me importara. Todo hubiera sido mucho más fácil si les hubiera insistido lo suficiente para que se alejaran de mí. Aunque hubiera sido triste quedarme sola, no hubiera tenido gente que me atara a esta ciudad.
— ¿Abinchi? —rodé los ojos. Que fastidio. Me di la vuelta mientras sacaba el cigarrillo de mi boca, dejando salir un gran humo negro—. ¡Qué bueno verte, Nevera!
Otra vez ese maldito apodo, gracias por recordármelo, Mindy. Pensé al escucharla. Me quedé en mi lugar mientras la veía acercarse a mí. Se le veía tan feliz que me causaba muchísimo asco.
— Quiero presentarte a una personita—agarró del brazo a un chico y lo posicionó muy cerca de mí. Cuando digo "muy cerca de mí", lo digo literalmente, ya que Mindy lo puso a escasos metros de mi cara. Arrugué mi cara al ver lo cerca que estábamos. Un pequeño movimiento y nuestras bocas podrían tener un curioso y asqueroso momento—. Te presento a Jackson, él es nuevo por aquí—Mindy tenía una sonrisa un tanto traviesa.
Sabía la mierda que quería hacer con el pobre chico, siempre era así con los nuevos. Me maldigo un montón por haberla dejado junto a Madison aquel fin de semana. Realmente fue una gran equivocación dejarlas a las dos juntas, ya que Madison no pudo influenciarme a mí, la influenció a mi amiga.
Mindy lo alejó un poco de mí y se acercó lo suficiente para que su nueva presa sexual no escuchara nada de lo que tenía que decirme. Lo único que agradezco es que lo haya alejado de mí, ya estaba a punto de empujarlo al sentir lo asqueroso que era tenerlo cerca de mí.
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Cᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ ᴅᴇ Hɪᴇʟᴏ ✔©
Roman pour Adolescents¿Alguna vez han leído la típica historia de "El bad boy" y la "Chica nerd"? En esta historia los roles cambian. Ahora, Abby Morgan será la encargada de ser la "mala" de la historia. "Aléjate de las personas que te hacen sentir que eres difícil de am...