Antes de que todo se pusiera sombrío y falto de sonrisas Jungkook y Yoongi tuvieron su cita.
No fue algo que wow, podía ganar el premio a la mejor de las primeras citas, pero la pasaron bien. Jungkook manejó bastante atento todo el tiempo y Yoongi jamás le preguntó hacia dónde lo llevaba. Sólo murmuraba "espero que sea algo bueno porque mi trasero está empezando a entumirse", como el encantador hombre que era.
El viaje fue largo. Jungkook en ningún momento pensó que no valdría la pena.
Cuando Yoongi se dio cuenta hacia donde iban, casi se volvió loco de alegría.
- ¡Wow! ¡La playa! Jungkook… yo… oh Dios mío. – Bajó del auto con las manos en su cabeza y su boca abierta en total sorpresa y shock. – Oh Dios mío. Oh Dios mío.
Jungkook sonrió con emoción por haber hecho algo bien y Yoongi se puso serio y formal cuando se dio cuenta de que lo estaba disfrutando demasiado. Jungkook nada más se acercó un poco para colocar una mano en su hombro antes de regresar al auto.
El tacto podía pasar a ser de lo más normal pero Yoongi se dio cuenta del significado y tragó con fuerza, avergonzado.
La mano de Jungkook en el hombro de Yoongi gritaba: Me di cuenta que también llevas a una niña emocionada por dentro. Me sé tú secreto, chico malo.
- Eres un tarado. Te odio. – Comentó y Jungkook soltó una risita boba, distante.
Yoongi caminó hacia el agua para mojar sus pies.
No hizo falta preguntarle, ya que era demasiado obvio que Yoongi no visitaba la playa muy a menudo. Jungkook no había tenido tiempo de apreciar la vista porque literalmente todo el viaje había estado rogando que no lo detuvieran. Su jefe había sido un ángel, literalmente, al haberle prestado su auto y habría sido terrible que no hubieran completado su destino. Jungkook era muy joven para manejar y lo peor que pudo haberles sucedido era que le pusieran una multa o los llevaran de regreso a sus casas en un coche patrulla.
Ja. Esa habría sido una primera cita bastante memorable.
***
Jungkook se había ido preparado. Bueno… más o menos.
Se dirigió a la cajuela del auto y sacó tres paquetes de bombones, galletas y un frasco de Nutella. Yoongi se rió cuando dedujo el plan de su primera cita.
Se tuvo que poner en una posición pensante (sus piernas separadas, apoyado más en una que en la otra, con sus brazos cruzados y una mano en su mentón) porque sí… así era Min Yoongi. Un idiota.
Y era despistado también. Muy despistado.
- Playa. Buena vista. Buena compañía. Buen clima. – Dijo con solemnidad. – Te superaste, Jeon.
- Califícame! – Pidió entusiasmado mientras buscaba un lugar en donde armar la fogata.
- Por el momento tienes un 9 de 10. Ya veremos cómo queda tu calificación para el final de la cita. – Dijo casi desafiante.
Jungkook asintió, feliz.
Fue un martirio poder prender la fogata porque no tenía cerillas. Así que ambos tuvieron que gastarse las primeras horas conviviendo como cavernícolas, tratando de hacer fuego con rocas.
