Capítulo 6 - Huellas del pasado

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Heather y yo habíamos quedado para hablar y contarnos las novedades, y entre que la esperaba no, empecé a dar vueltas inconscientemente por toda la casa, acabando en el piano de Amanda.

Intrigada, toqué algunas teclas y pensé enorgullecida en como dominaba mi abuela aquella técnica. En una esquina del piano, observé que algo azul contrastaba con su profundo negro, hallando una especie de amuleto en forma de tortuga.

 En una esquina del piano, observé que algo azul contrastaba con su profundo negro, hallando una especie de amuleto en forma de tortuga

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Sin saber por qué, lo cogí y miré fijamente aquel llamativo color que me transmitía una inexplicable tranquilidad . Con el objeto resguardado entre mis manos, noté que alguien se acercaba y lo guardé con perspicacia.

—¿A dónde vas? —me preguntó Amanda por detrás y yo me felicité mentalmente por mi intuición.

—Quedé ahora con Heather.

—Tened cuidado con el mar, dan tormenta —dijo con una pizca de autoritarismo—Y como os pille, podría provocar un desastre.

—Sí, abuela—rodé los ojos hacia arriba ya que no me veía y justo entonces Heather apareció, despidiéndome de ella con un beso en la mejilla para que viese que su nieta era buena y responsable.

...

—¿Así que Ethan ya lo sabe? —interrogué mientras se me iluminaba el rostro.

—Sí...—se encogió de hombros y siguió relatando—Al principio estaba en shock, y pensé que se iba a enfadar, pero me dejo contárselo todo.

—Ojalá tener un novio con tanta tolerancia...

—Eso es verdad, porque si hubiese sido del revés no me lo querría ni imaginar—ambas nos reímos por la gran verdad que había dicho y se formó un silencio del cual supe que las preguntas iban a apuntar ya en mi contra—¿Y tú qué? ¿Novedades?

Como siempre hacía, apreté los labios y miré hacia abajo—Nada interesante.

—Lía, siempre haces ese gesto cuando mientes.

Sentí un peso enorme de lo que había pasado ese día y todavía no se lo había contado a nadie, y tampoco sabía cómo porque a decir verdad, era muy impactante.

—¿Vamos al agua? —ofreció mientras las dos dirigíamos las miradas al mar y al cielo, que se encontraba prácticamente negro.

—No sé si será una buena idea...

—Solo será cuestión de minutos—Heather ya se dirigía hacia allí y yo no tuve más remedio que seguirla.

Al fin y al cabo, sabía que meterme en el agua me iba a relajar para relatarle la historia.

—¿QUÉ? —chilló, aferrándose todavía más a la roca en la que estábamos agarradas—P-pero no habréis hecho nada, ¿no?

Arquee las cejas ligeramente dándole a entender lo necesario.

Aguas Profundas (AS#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora