Tras desvelarse la identidad del enemigo, las sirenas deberán estar más juntas que nunca y no podrán fiarse ni de su propia sombra.
Nuevas aventuras, amores y personajes te acompañan en esta entrega.
¿Pero, qué pasará cuando se descubra algo inespe...
—El objeto al que se refiere es el anillo—razonó con innata sensatez—Si os dais cuenta, es la suma que da lugar a eso.
A partir de ahí, yo fui la encargada de cuidar aquel misterioso anillo, o como me decía Zoe, yo era la "elegida". Respecto a la noticia de Olive, todos quedamos bastante tocados y la mayoría de la gente todavía lo estaba asimilando. Como era obvio, Amanda convocó una sesión de carácter urgente para anunciar ese revés que podría cambiar la historia de los mares, siendo el reino azul el más afectado.
Allí se decidió que sería un largo trámite, el cual no se empezaría hasta que la paz volviese de nuevo.
Lo único bueno era que Kyle había mostrado una gran mejoría y en poco tiempo volvimos a ganar la confianza que se perdió en esos meses. Septiembre ya había empezado, dándome cuenta de que al mes siguiente haría un año desde que comencé mi nueva vida en Perth.
—Bueno Lía, ¿sabes qué día es mañana? —saltó Kyle mientras caminábamos por la orilla de la playa.
Yo me quedé con cara de póquer, pensando en nuestro aniversario, lo cual no era posible ya que prácticamente hacía menos de un mes que retomamos la relación.
—Pues...—negué con la cabeza.
—Lía, ¡es tu cumpleaños! —me dijo con emoción, viéndose en sus ojos.
—Dios, es verdad—me llevé una mano a la cabeza por mi empanada mental.
Sin embargo, esas celebraciones nunca me habían gustado ya que no solía venir mucha gente y tenía que actuar como si me lo estuviese pasando fenomenal.
—¿Qué te parece que salgamos todos de noche?
—Por mí bien—me encogí de hombros.
—No pareces muy emocionada, la verdad.
—Es que nunca he tenido una buena fiesta de cumpleaños.
—Ya verás como mañana sí, pequeña—me agarró y me besó la mejilla, haciéndome sonreír ligeramente.
Al caer la noche, me acompañó hasta casa y se despidió de mí con un profundo y sincero beso, lo cual me hizo confirmar de nuevo que el Kyle de siempre había vuelto.
Nada más entrar a mi dormitorio, noté que Amanda venía detrás para decirme algo.
—Lía, una cosa—se apoyó en el marco de la puerta—Mañana va a haber obras de tarde en casa, así que mejor vete a dar una vuelta en ese rato.
—Sin problema, abuela—le dirigí una sonrisa tranquilizadora y se fue, dándome las buenas noches.
A raíz de lo que me había dicho Kyle y la extraña proposición de Amanda, deduje que durante la tarde me organizarían una fiesta sorpresa para cuando yo volviese.
Al poco, me eché a dormir para estar descansada al día siguiente, y cuando me levanté a eso de las 11 me encontré el móvil con un montón de mensajes felicitándome.
Compañeros de clase, las siete sirenas, mis antiguos amigos de Denver...Todo iba bien hasta que me encontré con el chat de un número desconocido, lo cual me extrañó ya que yo solía añadir a contactos a toda la gente.
Feliz no cumpleaños, querida Lía. De regalo te adjunto esta preciosa foto, la cual será enviada a **** si en tu cumpleaños, a las 3AM, no confiesas un secreto a cada una de las sirenas—pudiendo mentir alternativamente—a excepción de Zoe y Sheyla.
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